- no se que hacer., jeje - dice Manuel riéndose irónicamente
Luego de escapar de los Perros huecos, Manuel llega hasta un estacionamiento en donde hay solo tres Cámaros uno blanco, uno rojo y uno negro.
- ¿ahora que hago? -
Manuel sube sobre el techo de uno de los coches para pensar.
- por una parte si entro esta a posibilidad de encontrarme con esos oscuros -
Mirando nuevamente al frente hacia el oscuro corredor, luego mira al callejón de donde vino y otra vez mirar el oscuro corredor.
- pero si me quedo aquí a que anochezca igual me encontraran de todos modos -
Manuel suspira un poco y trata de pensar una solución.
- ahhhh, mierda no se me ocurre nada... auch, carajo lo olvide -
Manuel grita desesperado tirando de su cabello, pero lo único que consigue es lastimar mas sus manos e impregnar de sangre el cabello.
- ahhhhh, me había olvidado de las manos por la mortificación -
Mirando sus manos ensangrentadas trata de decidirse rápido, una vez mas su vida depende de que decida y de como actué pero el destino no lo quiso así.
- ¿huh? -
Mirando a su derecha luego de escuchar a los perros chillar Manuel comienza a tener un mal presentimiento de algo venir desde el callejón.
- esto se va a poner feo - dice mientras un escalofrío se apodera de su ser haciéndole temblar.
Bajando rápido del coche se acerca hasta el cámaro Negro, una bella obra de arte de con la palabra Destreza escrita en el capo.
- ahuw, eso dolió -
Manuel con fuerza utiliza su codo y golpea la ventana para romperla, pero una vez mas se demuestra su debilidad y no es capas de romperla, esta vez ni siquiera pudo agrietar el cristal si no que solo logro hacerse mas daño a si mismo.
- hijo de la ##### -
una vez mas lo intenta pero el fracaso es evidente.
- ###### madre -
Una tercera vez para obtener el mismo resultado, apenas si le pudo generar unas grietas al cristal y ya su codo esta lo suficientemente adolorido como para intentarlo una vez mas.
En eso Manuel abre los ojos como platos tras recordarlo
- la llave inglesa -
Recordando la llave inglesa que se trajo de la habitación del aeropuerto Manuel rápido baja su mochila y saca la llave rápido pues a pesar de tener las palmas laceradas el las sujeta con fuerza mientras se acerca al cámaro.
- lo siento amigo -
El cristal es despedazado de un solo golpe de la llave inglesa, Manuel registra el vehículo tras romper la ventana solo encontrarse con una franela de algodón talla extra grande, por desgracia, eso fue todo lo que pudo encontrar.
- fuuuuuu supongo que esto servirá - dice Manuel tras dejar salir un largo suspiro.
Tras registrar el vehículo y no encontrar nada mas, Manuel toma la franela de algodón para luego dirigirse a su mochila, el toma asiento justo al lado y comienza a rasgar la franela de algodón creando así tiras de 1 a 2 metros de largo, tiras con las cuales comenzó a vendar sus manos asiendo que estas dejen de sangrar tanto.
Mirando hacia los demás vehículos, Manuel descansa un poco, para así recuperar las fuerzas que en realidad no tiene. Tras descansar y ponerse sobre sus pies, nuevamente registra todos los vehículos, uno por uno los registra de pies a cabeza.
Los objetos encontrados son:
Un reloj digital Negro.
Una linterna, minera por su tamaño.
Una caja de cartón con nada mas que recibos de pago.
Un par de llaves, con un llavero con la cara de Son Goku y una etiqueta con el numero 13.
Sin duda son muy pocos objetos y 2 de ellos son útiles aunque no esta muy seguro de si las llaves sean necesarias, Manuel las guarda simplemente porque le gusto el llavero.
Manuel recoge su mochila y se para enfrente de la entrada a los departamentos, con la lampara de minero en la izquierda y la llave inglesa en la derecha él parece estar preparado, pero al mirar el oscuro pasillo al que entrara un terrible escalofrió le recorre la espalda, Manuel enciende la lampara y dirige la luz hacia el fondo, pero la luz no llega tan lejos.
- que mas da -
El chico de 14 años se adentra en el pasillo, las sombras comienzan a abrazarle y es tragado por la oscuridad mientras apunta en todas direcciones con la linterna, esperando no ser arrastrado por esas manos oscuras.