Recostado en el suelo con la mirada al cielo y la luz del sol tocando sus ojos, Manuel es abrazado por la agradable sensación de calor sobre su cuerpo, el agradable abrazo de la cálida luz que le a salvo la vida.
Mientras que al otro lado siendo separado solo por la linea entre el sol y la sombra yace el oscuro agitando sus brazos en la cólera de haber perdido, su presa esta justo al frente justo a su alcance pero la luz le interviene y su cuerpo ya se comienza a evaporar así que golpeando el suelo en berrinche retrocede y entra por la puerta de donde salio, como un animal con el rabo entre las piernas regresa el oscuro a su cueva sin su presa.
Manuel se esfuerza para levantar la cabeza y ver como las ultimas manos terminan de esconderse, pero detrás de estas observa algo mas. Un hombre de metro ochenta con cabello blanco, vistiendo un traje negro mientras se apoya con un bastón. Apenas si le puede ver, pero para que sea su imaginación es muy detallado y aunque no alcanza a ver su rostro por la distancia puede sentir como le mira fijamente y luego de 20 segundos el hombre gira como si fuera a entrar dentro de los apartamentos pero se desvanece justo antes de entrar, dejando a Manuel con un desconcierto que mas tarde le impediría dormir.
* * *
Dejando caer su cabeza contra el suelo, Manuel deja escapar un suspiro.
- fiu, estoy a salvo.... por ahora - Con los ojos cerrados comienza a relajar su cuerpo, la sangre brota de sus heridas pero no es suficiente como para que muera desangrado así que solo tratara de reposar su cuerpo un poco bajo la luz del sol.
Manuel aprovecha el calor, estuvo dentro de un departamento que parecía un congelador sin nada mas que su chaqueta puesta así que ahora solo quiere calentarse, se relaja y descansa mientras siente la cálida brisa del verano sobre su cuerpo lacerado que si lo comparamos se vería como un árbol que apenas si a logrado salvarse de la tormenta, para que luego llegaran leñadores que no saben ni conque parte se usa el hacha.
Media hora después...
- ¿huh? - Manuel arruga su frente y nariz, parece que no estaba completamente dormido ya que pudo despertarse rápido solo para sentir una presencia a su lado. Un gruñido seguido por un ladrido, posiblemente otro de los perros huecos que se encuentre a su lado, Manuel abre los ojos para asegurarse.
- Esto es una broma... ¿verdad? - dice con una débil voz
Al abrir sus ojos lo primero que ve son un par de ojos brillantes y amarillos que le miran fijamente dando paso al aterrador rostro de un lobo gris de hocico blanco, este pareciera sonreír mientras jadea.
- Solo esto me faltaba - dice Manuel esperando la mordida que le dará punto y final a su vida. Pero parece que ya es costumbre que espere y nada pase.
La baba se derrama por su lengua cayendo sobre el raspado rostro de Manuel, el Lobo le olfatea unos segundos, su nariz fría toca sus mejillas y al terminar comienza a lamer el rostro del chico de 14 años que se encuentra tirado sobre el pavimento.
- Ya... ya... espera, tranquilo chico tranquilo, eso hace cosquillas - dice Manuel aliviado por darse cuenta que el perro esta vivo "no es un ser humano pero igual es gratificante el encontrarse con alguna cosa viva en medio de todo este caos" piensa Manuel y se podría decir que es una coincidencia, pero para el no es así.
- ¿como te llamas amigo? -
Manuel dirige su vista hacia el cuello del perro y observa la placa de oficial que cuelga de su collar y con un nombre plasmado. "Alpha"
- Tu nombre es Alfa eh, valla nombre para un perro policía - dice mientras una mirada serena es la que Manuel deja salir pues parece que algo cambio en el ahora.
- Bien, me alegra que estés aquí Alfa - dice Manuel mientras sonríe y acaricia la cabeza del perro por un buen rato.
- Bueno, creo que ya es hora de irnos - le dice Manuel al perro
Manuel trata de levantarse pero solo termina cayéndose, tal vez por causa del agotamiento en su cuerpo este no es capaz de responder pero la verdad es mucho mas cruda y dolorosa. Al levantar un poco la cabeza para tratar de ver que pasa, pero no alcanza así que trata de usar sus brazos para sentarse pero solo un agudo dolor es lo obtiene cuando pone esfuerzo en ellos, y tras verse las manos solo puede aterrarse por suerte ya a visto muchas cosas en tan solo 2 días como para perder el pánico con solo esta imagen. Manuel suspira y calma su mente, es obvio que si cunde al pánico solo podrá empeorarlo.
- ¿ como fue que esto paso?, ¿quizás fue cuando salí volando por la puerta? No la piel no se me habría caído de ser así, creo que fueron las mismas manos me hicieron esto, así que el solo hecho de que me toquen es un problema -
Heridas profundas como las garras de un oso, o quizás cortes múltiples por el cristal de la puerta, sea como halla pasado Manuel ahora tiene una cantidad de cortes profundos y quemaduras por el frió, es obvio que fueron las manos del oscuro, partes de la piel aun siguen cayéndose como si solo fueran trozos de hielo, como si el toque de esas cosas te petrificaran y convirtieran en una paleta helada humana. Sus brazos están terriblemente dañados y no solo sus brazos, sus piernas se encuentran también en la misma situación.
Manuel trata de levantarse pero ninguno de sus miembros es capas de sujetarlo, que puede hacer ahora.
Manuel trata de gatear, pero el mismo resultado es el obtenido.
Un ultimo intento por levantarse, y es logrado pero cae hacia el frente por sus piernas no lo sujetan para nada y solo simplemente cae al frente, pero antes de tocar el suelo algo suave, peludo y tibio detiene su caída, Alfa el perro quien tal vez ahora sea su nuevo compañero le ayuda a sostenerse.
- Gracias amigo - le dice al perro.