Seong-Jin se levantó temprano por la llamada que recibió en su teléfono.
—J-joven amo lo sentimos mucho pero él jefe de la empresa con el qué se quería encontrar mañana lo adelanto para hoy, ¿quiere qué le prepare un vuelo para dentro de dos horas?
—No.
—Pero señor el jefe de la empresa con la qué quiere colaborar solamente aceptará verle hoy.
—Prepara el vuelo para mañana a las cinco.
Sin nada más qué decir Seong-Jin colgó el teléfono dejando a su asistente con un enorme cargo.
Con solo 23 años era capaz de superar a cualquier hombre de negocios del país.
***
—Señorita, por favor no haga eso puede caerse.
Sun Hee estaba intentando colgar en la pared de su cuarto una pequeña foto de ella y Hye juntas, lamentablemente la silla en la qué estaba subida cayó haciéndola caer a ella también, con sus rápidos reflejos se agarró a la cortina para evitar golpearse contra el suelo.
—Señorita, ¿se encuentra bien? Por favor deje que ese tipo de cosas las hagamos nosotros.
—Vale.
Sun Hee recibió una llamada de Hye, parecía alegrarse mucho de qué la llamara.
—Hye, ¿pasa algo?
—Sun Hee ha pasado algo increíble, tengo qué contártelo.
—Tengo tiempo, puedes decirlo ahora—habló ansiosa, realmente ella quería saber que era eso tan importante.
—Por teléfono no puedo.
Sun Hee estaba decepcionada, decidió que lo mejor seria traer a Hye otra vez a la mansión.
—Puedes venir si quieres.
En verdad, Sun Hee no sabía si estaba haciendo lo correcto, ¿su esposo dejaría qué viniese otra persona nuevamente?
—¡Allí estaré!—contestó Hye rápidamente.
Sun Hee no podía decirle ahora qué no, no quería arruinar su emoción.
Fue al dormitorio de su esposo pensando en la palabra peligroso. Abrió la puerta despacio y asomó su pequeña cabeza.
—¿Seong-Jin?
Él se giró rápidamente y observo a su esposa detalladamente, la cual seguía apoyada en la puerta tranquilamente.
—Tengo que preguntarte algo, ¿puede venir mi amiga a tu casa otra vez?
Seong-Jin arqueó una ceja y volvió a mirar a su esposa.
—Te equivocas.
—¿Qué?—Ella realmente no sabía lo que él trataba de decir.
—Nuestra casa.
El corazón de Sun Hee empezó a latir cuándo escuchó las palabras de su esposo.
Se quedó quieta, cuando por fin logro recomponerse, salió del dormitorio de su esposo.
Una hora después Hye se encontraba en la entrada de la mansión esperando a Sun Hee.
Hye parecía que asustada, antes en la entrada varios guardaespaldas no la dejaban pasar.
Afortunadamente el mayordomo Min Ho apareció y ordenó a los guardaespaldas que se retirasen.
Finalmente, Hye pudo ver a Sun Hee, apresurada fue hacia donde estaba ella y antes de que pudiera dejarla decir algo, ella se adelantó.
—¡Soy la manager del famoso actor Bon Hwa!
Sun Hee se sorprendió bastante, había escuchado últimamente de ese actor, decían que había logrado grandes logros en muy poco tiempo, era impresionante.
Sun Hee observó confusa a Hye.
Ella había comenzado a caminar otra vez hacia la entrada.
—Me tengo qué ir, solamente vine a decirte eso, además, tengo muchos informes qué rellenar.
Hye fue corriendo hacia un auto aparcado en la entrada.
Sun Hee seguía un poco confusa, ¿había venido hasta aquí solo para decirle eso?
Decidió no darle mas importancia s lo sucedido, fue a su dormitorio y se sentó en un cómodo sillón. Enseguida, busco el nombre Bon Hwa, pero en vez de aparecer el famoso actor... Apareció su famoso video de la piscina, una tortura interminable para ella.
¿Qué pasaría si los padres de su esposo vieran ese video o todavía peor... Su esposo?
Un escalofrío recorrió el cuerpo entero de Sun Hee, apagó su teléfono y intento pensar en algo más positivo.
Entró al balcón de su dormitorio y miró todo a su alrededor, los jardines eran cada vez más hermosos, el sol era radiante y había una brisa agradable.
Tenía qué admitir qué su vida ahora era mejor, desde que no estaba con su madre todo era un poco menor, nadie se metía con ella, era tratada bien y los empleados se preocupaban por ella.
Tampoco podía negar que no le desagradaba su esposo completamente, aun no entendía porque se casó con ella, pero sabía que poco a poco iría averiguando todos esos misterios.