Al darme vuelta ví que a seis metros de distancia de mi, un hombre de traje salio de un coche blanco, un Ford Mondeo. Tenia rasguños por algunos lugares y tambien se podia ver una abolladura en la parte trasera en el lado derecho. Que habrá tenido que hacer para que termine así...
Por como esta el coche vino por la parte izquierda en la calle que conecta a la avenida, estaba en contra mano, que irresponsable.
Aunque creo que eso no importa en este momento.
-Angela!- El hombre se apresuro a donde estaba yo.
Justo cuando estaba a unos cuatro metros de mi, me percate de que otro cristal estaba cayendo en esta dirección, era enorme, un poco más grande que un autobús.
No lo logrará a tiempo, me acerqué a él rápidamente mientras ajustaba la fuerza en mis brazos para sujetar a la niña que estaba apoyada en mi pecho.
El hombre lucia un poco confundido, cuando nuestros ojos se encontraron, parecía como si su alma hubiera dejado su cuerpo ya que se quedo congelado en el lugar. Maldición, quieres moverte...
El hombre pareció despertar de su estupor y volvió a acercarse. Justo cuando estaba por dar un paso, yo ya había llegado.
Dando un salto, lo empuje con mis pies en el pecho con la fuerza suficiente para empujarlo a una distancia segura.
Cuando caí, di un salto hacia atrás quedando de cuclillas. El hombre parece confuso por lo que acaba de ocurrir pero eso no duro mucho ya que en el siguiente instante lo entendió.
El cristal enorme, que era mas grande de lo que espere, finalmente impacto contra el suelo. Había caído atravesando el edificio a mi izquierda, que filo tan increíble...
Con el edificio, atravesado a mi izquierda, y con el caos de autos en llamas y cristales a mi derecha, ya no había forma de seguir adelante.
Puedes imaginarte que tanto caos tiene que haber para llenar una calle doble vía para que quede totalmente obstruida como si una trinchera fuera.
Los gritos a mi alrededor solo hacen que mi cabeza se entumezca...
El hombre notando que no había forma de cruzar ni por arriba ni por los costados, me miro fijamente.
Con una expresión severa saco un teléfono de su traje, me lo mostro y lo lanzo al aire sobre el cristal de cinco metros.
Ya veo, que buena idea viejo. Atrape el teléfono, por un momento creí que no lo conseguía...
El hombre saco otro telefono y comenzó a manejarlo. Momentos después el teléfono en mi mano comenzó a sonar con un tono de la Guerra de las galaxias ¿Enserio?
Conteste y la voz del hombre se comenzó a escuchar.
"Perdona por esta situación, soy Alban, veo que me ayudaste recién, Gracias. Te sere sincero, no es una situación en la que me pueda tomar el lujo de hablar, asi que esto sera breve-" (Alban)[1*]
La voz grave de Alban estaba agitada y un poco nerviosa, comenzó disculpándose y agradeciendo en esta loca situación
"La niña que sostienes es mi única hija, Angela. te queria pedir un favor de ayudarme a protegerla, esta claro que la situación es grave y ahora mismo no puedo hacer nada. Veo que no eres una mala persona, por favor ayudame a encontrarme con ella. Te daré una recompensa si me ayudas, te daré todo lo que pueda si me ayudas..." (Alban)
En su desesperación, Alban con voz temblorosa y ojos rojos comenzó a rogar. En este tipo de situaciones, separarte de un ser querido puede ser mortal. Imagino que en algunas partes este caso esta sucediendo, algunas pueden haber resulto en muertes incluso.
Alban sabe eso, así que entiendo su desesperación. Bueno ya que igual a mi se me fue cortado el paso, no hay razón alguna para negarme
"Alban, viejo[2*], no te preocupes, te ayudare a reunirte con tu hija... ¿Angela decias que se llamaba? Bueno, de cualquier manera ya me había decidido en ayudarla desde la primera vez que la salve"
Sonreí levemente mientras miraba de costado atras de mi, al lugar donde el cristal había penetrado el suelo hace unos momentos. Alban escuchando mis palabras y mirando donde yo miraba, se percato el cristal incrustado en el suelo, dándose cuenta de que el tipo que tenia en la llamada no solo lo había salvado a él, sino a su hija, y estaba a punto de ayudarlo con esa petición egoísta suya. Le debía muchos favores.
Alban solto una pequeña risa, parecia que se había quitado el peso de una montaña de sus hombros.
"Gracias por tu ayuda... Por cierto ¿Cúal es tú nombre...?" (Alban)
_Zand_
(Notas:
[1*]En las llamadas o charlas por cualquier artefacto pondré las comillas, y también en solo esas ocasiones pondré el nombre de quien habla al final*
[2*]Aquí no lo dice de forma ofensiva, mas bien lo dice de forma de hablarle a un amigo*)