Alejandra se quedó pensativa por un momento. Creía que ya se había olvidado de ella porque no había sentido la presencia de ese hombre otra vez, al parecer solo había aprendido a esconderse aún mejor y la había estado siguiendo a todas partes.
Alejandra dejó salir un fuerte suspiro y se recostó nuevamente en el sofá tapándose los ojos con el dorso de una mano y la otra mano la dejó caer con la tablet a un costado del sofá recargándose en el suelo. Dobló una pierna para sentirse más cómoda y se quedó en silencio un momento antes de hablar en voz alta.
-Y yo aquí creyendo que había sido muy discreta y que la coordinación no me había notado pero estuve en su mirada todo este tiempo. Que ingenua fuiste Alejandra, eso te pasa por subestimarlos y sobrestimar tus habilidades. Pero no más, aprovecharé la cita que tengo mañana con el director de la empresa para distraer y confundir a mi seguidor. Le haré creer que toda mi investigación de Amanda y Alejandro está relacionada con mi reunión de mañana y lo perderé de vista el resto de mis salidas. No puedo seguir dejando tantos espacios y mantenerme bailando en la palma de la mano de la coordinación. Necesito estar más alerta, ser más astuta e ir un paso por delante de ellos.
Debo evitar a toda costa que @te veo se entere de esto o se volverá a burlar de mi intelecto, debo demostrarle que puedo hacer un excelente trabajo y que puedo ir por delante de los planes de la coordinación.
Y mientras hablaba en voz alta terminó quedándose dormida en el sofá, no se levantó hasta que la luz del sol que se colaba por la ventana le dio directo a al cara. Se levantó confundida y le tomó un rato tomar conciencia de ella misma, miró la hora en su tablet y se terminó por despertar completamente. Eran las siete y tenía la cita para las nueve. Se metió a bañar rápidamente y se vistió rápido. Tomó una galletas, un yoghurt y las llaves del auto. Aunque la moto era más rápida en el auto se podría peinar y maquillar de camino a la empresa.
Faltaban diez a las nueve cuando entró a la recepción y le aviso de su cita a la secretaria que amablemente la guió al ascensor. Presionó el número siete y le dio instrucciones de como llegar a la oficina del director al salir del ascensor.
Alejandra se dio una última mirada en el espejo del ascensor antes de bajar en el número siete. Salió y caminó derecho hasta al fondo dio vuelta a la derecha y luego a la izquierda después del primer cubículo. Se detuvo frente a la puerta y tocó firmemente.
-Adelante, la estaba esperando señorita Alejandra.
El hombre de mediana edad, con cabello gris, nariz ancha, un bigote negro y tupido, con ojos verdes y pequeños llenos de arrugas y ojeras la esperaba sentado en el interior. Cuando la puerta se abrió el hombre vio entrar a una mujer de ojos dorados con una mirada muy profunda, la piel de color arena, unos labios medianos pero carnosos pintados de morado. Era alta y delgada pero con curvas un poco pronunciadas. Con el elegante traje que llevaba la hacía parecer una ejecutiva poderosa aunque fuera una investigadora. Su elegante cabello lacio y muy negro estaba recogido en una coleta.
Su sola presencia en la habitación la volvía más cálida, lo que le dio un brillo rejuvenecido al director. Le dedicó una sonrisa con sus delgados labios y la invitó a sentarse frente a él.
-Muchas gracias señor, he venido por que desea acabar con las peleas de sus jefes y crear un plan de respaldo por si se vuelve a suceder otra pelea. ¿Es correcto?
-Así es, esa es la razón por la que pedí ayuda, pero por favor no sea tan formal conmigo. Ya que vamos a estar trabajando juntos me gustaría que me llamara José.
-Está bien, José. ¿Tiene copias de los registros de pérdidas y ganancias desde la pelea de sus jefes? También me gustarían copias de los negocios y acuerdos cerrados durante ese periodo, así sería más fácil armar el plan de respaldo correspondiendo a las formas de negocio de sus jefes.
-Claro, todo lo que necesite para terminar con nuestro problema. Si necesita algo más, no dude en pedirlo. Mi secretaria preparará todo lo que necesite.
-Muchas gracias.
-Yo debo agradecerle, no sabe los problemas a los que la compañía se a tenido que enfrentar. Lo que queremos todos es que se resuelva pronto. No es que la esté presionando.
-No se preocupe, no me sentí presionada. El problema de la pelea se puede resolver rápidamente pero la creación del plan de respaldo me temo que tome más tiempo.
-Lo entiendo perfectamente, deje pido los documentos que necesita.
El hombre le pidió los documentos a su secretaria a través del comunicador.
Mientras esperaban a que la secretaria llegara con los documentos que había pedido, Alejandra miró los enormes ventanales que cubrían dos de las paredes de la oficina.
-José, podría acercarme a los ventanales.
-Por supuesto, puedes disfrutar de la vista de la ciudad mientras mi secretaria viene. Debo admitir que es uno de los placeres en mi día, sobre todo el amanecer y la puesta de sol se ven hermosos sobre la ciudad.
Alejandra sonrió y asintió en aprobación de lo que decía el hombre. Se acercó al ventanal que estaba de espaldas al hombre y miró en dirección a la calle. Justo en la parte de abajo miró a un hombre al otro lado de la calle caminar frente a la empresa un par de pasos antes de recargarse en un auto mientras leía una revista de moda masculina. Era el mismo hombre que la había estado siguiendo y a quién estaba buscando. Pues ahora que podía verlo bien desde esa altura y no podía escaparse de su vista, tomaría las medidas necesarias para hacerlo bailar en la palma de su mano. Alejandra sonrió ampliamente de manera involuntaria. El hombre se levantó en ese momento y se paró a su lado, miró su sonrisa y creyó que se debía a la vista.
-Sí, es hermosa ¿no crees?
Alejandra lo miró confundida por un instante hasta que notó la sonrisa en su rostro y adivinó lo que pensaba el hombre.
-Sí, es muy bella. Desde aquí se puede ver la vida de todas las personas abajo y también las maravillosas áreas verdes.
-Sí quieres ver áreas verdes más hermosas puedes ir al otro ventanal, desde ahí se alcanza a ver el Parque de los Colomos.
Alejandra le dio una última mirada al hombre que la seguía antes de seguir al director al ventanal de la izquierda.
-La vista desde aquí es aún más hermosa, ¿no crees?
-Sí, el parque le da un toque de vida a la vista de la ciudad.
-Sí, me gustaba pararme a ver el atardecer solo por placer y lo disfrutaba mucho, ahora solo lo veo para desestresarme y cuando tengo tiempo.
El director mostró mucha pena en su rostro y dejó escapar un ligero suspiro. Alejandra le causo pena verlo así de triste y decidió resolver el caso rápidamente. Iba a decirle unas palabras de ánimo cuando la secretaria entró.
-Traigo todos los documentos que me pidió señor.
-Muchas gracias, entrégueselos a la señorita por favor. Y Cristina, si la señorita Alejandra se comunica a la oficina para pedir documentos por favor tarde en conseguírselos.
-Sí, señor.
La secretaria le entregó los documentos a Alejandra y salió rápidamente de la oficina, cerrando la puerta tras de si.
Alejandra le dio una hojeada a los documentos y comenzó a sentirse un poco nerviosa. Vio los documentos con cuidado y sintió un pequeño malestar en su interior. '¡No entiendo nada de los documentos! Mal momento para darme cuenta que no sé nada de finanzas, por suerte me parece que ahora conozco a alguien que sí!
-Gracias José por los documentos. Si necesito algo más o hago algún avance te contacto.
-Gracias a ti Alejandra por responder a mi pedido, me salvaste. Espero buenos resultados de tu parte.
-Por supuesto, escuchará buenas noticias pronto.
Alejandra se despidió del director y bajó por el ascensor. Ahora sólo quedaba perder de vista al hombre que la seguía y por suerte sabía dónde se escondía exactamente.