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Chapter 246 - Día 2: Fogata Parte I

Con algo de dificultad logré pasar al resto, salí del agua y me recosté en la orilla sobre una manta para descansar.

- No puedo creer que hayas dado todo de ti para no beber. - Ashley se arrastro hacia donde estaba y se dejó caer.

- Sabes que no tolero muy bien el alcohol. - Mi respiración seguía agitada, me encontraba agotada.

- Deben dejar de hacer este tipo de retos. Soy lento para procesar las cosas. - Joseph jadeo y se sentó a un lado.

- Somos el tercer y el cuarto lugar. - Isabella jalo el brazo de Tom y se nos unieron a descansar.

- Perdiste Louis. - Comentó Ashley satisfecha.

Levanté la cabeza y vi que el salía del agua. Las gotas descendían por su cuerpo mientras que la luz las traspasaba. Él era muy brillante.

- ¿Estas grabando un comercial? - Pregunté observándolo con detenimiento.

- ¿Y tu estas babeando? - Ashley simulo limpiarme la boca con su mano y comenzaron a reír.

- Llevemos la basura y lo que ya no usemos a la cabaña para no cargar mucho por la noche. - Sugirió Mateo una vez que llegaron.

- Yo llevó la basura. - Joseph se paró y caminó hacia ellos.

- Alguien necesita traer más alcohol. - Ashley parecía estar desmayada por el cansancio pero aún podía hablar.

- ¿Son las bolsas negras que están en el frigorífico? - Preguntó Tom mientras se levantaba.

- Si, por favor. - Isabella rodó hacia mi y me abrazó como si fuera un koala.

Las tres cerramos los ojos mientras tomábamos el sol y descansábamos.

- ¡Regresamos en un rato! ¡Louis quédate con ellas y cuídalas! - Dio instrucciones Mateo y se marcharon los cuatro.

- Quiero seguir jugando en el agua pero me siento sin energía. - Ash murmuro mientras se giraba y me abrazaba tal y como lo hacia Isabella.

- Por favor aléjense, sus piernas y brazos pesan. - Me moví tratando de zafarme de su agarre pero era imposible.

- Eres muy cómoda. - Isabella frotó su mejilla en mi hombro.

- Y muy suave. - Ash soplo mi oreja y acarició mi abdomen.

- ¡Por favor paren! - Grité mientras ellas reían y comenzaban a hacerme cosquillas.

- ¡LOUIS AYUDA! - Mis ojos se encontraban cerrados y mi risa salió uniéndose a la de mis amigas.

Pasaron unos segundos cuando sentí que alguien me levantaba. Abracé con mis manos su cuello y envolví mis piernas en su cadera.

- Siento que me robaron toda mi energía. - Abrí los ojos y descansé mi cabeza en aquel pecho tan familiar.

- ¡Eso no es justo! - Se quejaron las dos mujeres que estaban disfrutando el atormentarme con cosquillas.

- Ahora debo buscar otra victima. - Ashley sonrió maliciosamente mientras acechaba a Isabella que saltó de su lugar y comenzó a correr.

- ¡No huyas! ¡No te haré nada! - Ash la siguió tratando de alcanzarla.

- ¡Entonces deja de seguirme con esa sonrisa tan tenebrosa! - Isabella estaba disfrutando del juego.

- ¡No vayan tan lejos! - Les grité mientras me sujetaba con fuerza para no caer, pero al parecer no escuchaban.

- No te muevas tanto. - Las manos de Louis se aferraron a mis caderas con fuerza.

- ¡Oh! - Me sorprendí al sentir su solidez con la que me sostenía. Un cosquilleo invadió mi espalda y mi corazón se aceleró.

El viento soplo, lo cual me hizo mover un poco porque estaba algo frío.

- Sasha. - Suplicó en mi oído mientras sentía como su respiración se agitaba y sus músculos se tensaban.

- Fue el viento. - Murmuré mordiéndome el labio mientras soltaba un poco el agarre de mis brazos que envolvían su cuello para verlo de frente.

- Hace algo de frío. - Su mirada era distinta a lo usual, se sentía un poco sombría pero era imposible dejar de verlo.

- Si, hace frío. - Una de sus manos subió lentamente por mi espalda causando que me estremeciera.

Aquel frio que sentía hace unos segundos se desvaneció y cambió por un leve calor que aceleró mi corazón y mi respiración.

- Deberías cambiarte. - Cerró con fuerza sus ojos y tras respirar profundamente relajó sus manos sin dejar de envolverme para que no me cayera.

- Sasha. - Cuando dijo mi nombre algo surgió desde mi interior.

Tomé su rostro y lo besé profundamente, aún no tenía mucha experiencia con ese tipo de besos pero al sentir la calidez de sus labios me resulto embriagador e imposible el dejarlos. Con torpeza mi lengua envolvió la suya y exploré con torpeza su interior.

- Maldita sea. - Se quejó Louis una vez que terminé de besarlo.

- Podrían vernos. Ve a cambiarte, necesito alejarme por un rato. - Besó mi frente y me bajó.

- No me sigas. -

Solté su cuello, él inmediatamente se dio la vuelta y se adentró al lago. Fue hasta que el viento frio golpeo mi cuerpo que comprendí lo que había hecho. Mis mejillas se sentían calientes, corrí a secarme con mi toalla y a ponerme el Palazzo. Saqué de la mochila de mi amiga el repelente de mosquitos y me lo aplique. Encontré tres sudaderas negras guardadas, tomé una y me la puse.

- ¡Vamos a detenernos! - Isabella se acercó cansada por correr.

- De acuerdo. - Giré a ver a Ashley a quien le faltaba el aire.

- ¿Qué les pasó? - Pregunté al ver sus pies y manos llenas de lodo.

- Tuvimos una batalla. - Fui por unas cuantas latas de refresco para que bebieran y se los di. Hasta que se saciaron respiraron aliviadas.

- ¿Qué es esto? - Ash miro la lata y sus ojos se agrandaron con sorpresa.

- Sash, nos diste cerveza en vez de refresco. - Eructó mientras se cubría la boca.

- No me digas eso. - Le miré desconcertada. Ambas habían bebido de una por lo menos tres o cuatro latas. Ninguna de las tres éramos resistentes al alcohol.

- Primero lávense las manos y las piernas en lo que preparó su ropa. - Les di instrucciones antes de que la cerveza hiciera su efecto en ellas.

Las dos comprendieron lo que quería hacer y fueron a la orilla. Vi que los demás llegaban y corrí hacia ellos.

- Hagamos la fogata fuera de la cabaña. -

- ¿Porque? - Me preguntó Alex algo desanimado.

- Por accidente las dos bebieron cerveza. - Señalé a las dos mujeres que reían sin razón en la orilla.

- Oh. ¡Vámonos! - Gritó Mateo haciendo que ellas caminaran hacia nosotros.

- ¡Louis regresa, vamos a la cabaña! - Joseph se acercó hacia donde estaba su hermano y Louis no tardó mucho en salir.

Corrí hacia las mochilas y saque toallas para dárselas a mis amigas y a mi novio.

- Llevémoslas cerca antes de que sea imposible moverlas. - Le dije a Louis que al ver a su hermana con las mejillas rosadas y riendo me ayudó a cargar el resto de cosas.

El plan había cambiado un poco, pero el que ambas estuvieran un poco fuera de sí no significaba que no lograrían su propósito inicial.