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Chapter 194 - ¿Abuelo? Parte IV

¿Qué se supone que debería hacer? Yo sabía lo que implicaba el aceptar la oferta de aquel hombre mayor, tendría que dejar todo atrás para proteger a las personas que quería... mis amigos, mis tíos (los padres de mis amigos), la señora Lilly, Louis, Isabella. También tendría que dejar mi casa, mi trabajo y la biblioteca. Prácticamente era desaparecer de sus vidas.

- Sé que es difícil tomar una decisión en estos momentos, pero debes tener en cuenta que aquellas personas que te siguen podrían hacerte daño, y una de las opciones que tienen es usar a otros que viven cerca de ti.- Dijo con suavidad acercándose a mi lentamente.

- Lo sé, entiendo que es un riesgo muy alto el que estoy tomando ahora, ellos también lo saben...- Cerré los puños con fuerza e ira, guardé algo de cordura y me tranquilice antes de que flaqueara. -Necesito tiempo, tengo que hacer muchas cosas en estos momentos, quiero analizar todo. Lo que usted me pide me ha tomado por sorpresa y no era algo que planeaba que pasara.-

- Yo tampoco pensé que esto resultaría así. Piénsalo y dame una respuesta cuando estés preparada, sea lo que sea que elijas estaré a tu lado y daré todo lo que tengo para protegerte y vengar la muerte de tu madre.- Su mirada se lleno de fortaleza, tocó mi hombro y me sonrió dándome algo de fuerza para seguir adelante.

- Gracias.- Sonreí lentamente. -Tengo que volver a arreglarme, se supone que venía de incógnito con mis amigos.- Me alejé un poco y tome mi bolso junto con mi peluca negra.

- Ven, puedes usar mi baño, ahí te puedes arreglar, nadie te molestará.- Me indicó el camino a una puerta que estaba en la sala. -Estaré esperando en la mesa.- Agradecí el gesto y entre a trenzarme el cabello para después arreglar el cabello y proseguir a maquillarme, aunque no era muy buena como Ash hice lo que pude. Cuando estuve lista me miré en el espejo, ¿Qué hago? ¿Debería aceptar o no? me senté en el suelo, doble mis rodillas y me recargué en la pared, di miles de vueltas en todas mis opciones, y en todas me sentía frustrada por no saber qué debería elegir. Mi vista se nublo un poco y después de un tiempo todo desapareció.

No se que pasaba pero podía ver como estaba en un lugar oscuro, olía a gasolina, escuchaba como las olas se movían, giré el rostro pero no había nada, intenté moverme pero no podía, mis pies y manos estaban atados, quise hablar pero estaba amordazada. "¿Que diablos?" Pensé mientras intentaba moverme o buscar algo para liberarme. Un par de voces llamaron mi atención, estaban un poco lejos y no oía con claridad lo que decían, tuve miedo de que me quisieran hacer daño así que rodé con cuidado para no lastimarme.

- ¡¿A donde crees que vas?!.- Grito un hombre con burla, unos pasos se acercaron a mí, me tomaron de las manos con fuerza, tenía frio y miedo, me arrastraron un par de metros y me dejaron caer abruptamente.

- ¿Qué haces? Te dije que no puedes lastimarla, el jefe le necesita viva. Si se entera de que andas jugando con ella se enojará.- La voz de aquel otro hombre sonaba bastante serena.

-¿Quienes son?.- Intenté decir pero solo se oían ruidos extraños saliendo de mi boca.

- ¡Oh! Creo que quiere platicar.- Respondió la voz del primer hombre.

- Esta bien, puedes quitarle la venda... Después de todo no podrá hacer nada una vez que el jefe obtenga la información.-

Sentí una respiración cerca, al igual que unas manos que me quitaron la mordaza y la venda de los ojos.

La luz molestó mis ojos haciendo que los cerrará rápidamente, me sentía cansada y sedienta, volví a abrir los ojos y frente a mi estaba Alex hablando con preocupación, no escuchaba nada de lo que me decía, cerré nuevamente los ojos.

-¡Sasha!.- Me hizo volver en mi, abrí lentamente los ojos y Alex seguía viéndome. -¡Diablos! ¡Sabía que era demasiado para ti el venir!.-

- Shhh... no grites.- Dije intentando levantarme.

-No te muevas.- Dijo autoritariamente Mateo poniéndose de cuclillas.

-Estoy bien.- Le quite importancia a lo que sea que estuviese pasando.

-¿Cómo vas a estar bien si llevamos casi media hora intentando despertarte?.- Alex sonaba alarmado y preocupado.

- Posiblemente es porque he dormido pocas horas estas semanas, me he presionado mucho con el trabajo.- Dije justificándome mientras intentaba calmarles.

- Debes guardar reposo, no te dejaré hacer nada. Yo me encargare de todo.- Mateo sonaba bastante enojado, le miré su rostro pero aunque intentaba ocultarlo estaba muerto de la preocupación.

- Prometo descansar.- Levanté la mano como juramento, cuando bajaron la guardia me senté e intente ponerme de pie.

- ¿Por qué eres tan necia?.- Dijo Alex molesto tomándome del brazo ayudándome a incorporarme.

- Hace frio.- Sonreí para aliviar la tensión pero sus rostros se tensaron. -¿Qué?.-

- Hoy es un día muy caluroso, estamos arriba de los 35 grados.- Alex tomó mi temperatura con su mano. - Esta bien, vayamos a casa... o al doctor.-

- Vamos.- Mateo se acercó a mi, coloco mi mano detrás de su cuello y me levantó.

- ¿Están bien? El doctor ya viene.- Dijo el secretario corriendo hacia nosotros.

-No hace falta, ya esta mejor. Nos marcharemos ahora.- Respondió Mateo de manera cortés.

- ¿Están seguros? Ella aún esta muy pálida.- Insistió pero mi amigo no se iba a detener.

- Estoy bien, solo no he descansado lo suficiente, parece que esta vez me excedí.- Dije cuando pasamos a su lado, él miro con atención mi rostro, instintivamente me toque la cara y la parte detrás del cuello en donde sentí que mi trenza se asomaba , rápidamente escondí mi verdadero cabello, el hizo un signo de no decir nada, agradecí con la cabeza y salimos del baño.

- ¿Estas mejor?.- Dijo el padre de mi madre con preocupación acercándose a mí.

- Estoy mejor.- Dije dándole golpecitos a Mateo para que me bajara, a regañadientes me obedeció y con cuidado me puso en el suelo. -Lamento haberles preocupado, temo que debemos marcharnos.- Me disculpe.

- Entiendo.- Dijo recuperando su actitud seca habitual. - Manténgase saludable, si mi gente sabe algo les avisara de inmediato.- Extendió su mano para despedirse, tomé su mano y sentí algo en mi mano, pero actué con naturalidad. - Estaremos en contacto.- Asentí y procedí a despedirme del secretario quien me miró con curiosidad, él también extendió su mano y pude ver que pasó lo mismo que con su jefe, intente evitar reírme pero una sonrisa se dibujo en mi cara.

- Con permiso.- Dije caminando hacia la puerta con mis amigos a mi lado como chaperones.

- Yves, date prisa, recuerda que el tiempo sigue corriendo y no perdona.- Dijo el hombre mayor, me paré en seco comprendiendo lo que quería decir, regrese a mis cinco sentidos y abandoné la sala.

Guardamos silencio hasta llegar al auto, Alex me abrió la puerta, subí sin siquiera verle, una vez que todos estuvimos dentro, nos relajamos y suspiramos llenos de tranquilidad.

- Realmente parece que no son ellos.- Dijo Mateo poniéndose el cinturón de seguridad.

- Confirmo lo que dices, cuando fui al baño aproveche para ver a los alrededores para ver si había algo sospechoso pero todo estaba realmente bien. ¿Cómo te fue Sash?.- Se puso el cinturón de seguridad y me vio a través del espejo retrovisor.

- Bien, no paso nada fuera del otro mundo, solo me hizo preguntas de mi madre.- Mentí, no sabía porque lo había hecho pero creía que era lo mejor reservarme lo que había pasado.

- Lo bueno es que ellos nos ayudaran a investigar que es lo que esta pasando.- Alex desabrochó dos botones de su camisa y bajó un poco la ventana.

- ¿Estas mejor?.- Mateo puso en marcha el auto.

- Sí, no se que pasó, estaba bien...-

- Debes ir al doctor, recuerda que no hace mucho estuviste en el hospital, te llevaré mañana cuando lleguemos a casa de Ashley a hacerte algunos exámenes para ver si todo esta en orden.-

-No es necesario Matt...-

-No estoy pidiéndote permiso, es eso o tendré que obligarte a ya no trabajar más.- Le di una mirada llena de reproche. -No importa si te enojas conmigo, lo hago porque... porque me preocupa que estés enferma.-

Alex comenzó a reírse pero cuando Mateo le vio se calmó y tosió un par de veces.

-Mateo tiene razón, debemos cuidarte, no es normal que te hayas desmayado así, tardaste mucho en despertar y tienes algo de fiebre. En cuanto lleguemos te irás a descansar.-

-Esta bien.- Dije mirando por la ventana, era mejor aceptar mi derrota antes de que me llevaran a el hospital.