---Sasha---
Una vez que giré a ver quien era la persona que me había visto hacer mi baile extraño, pude observar a un joven alto, de cabello negro y ojos color miel, resultaba ser muy apuesto, vestía un traje negro que parecía hecho a la medida por lo bien que le quedaba. Escuché que murmuró algo pero no entendí nada, llevó su mano a su pecho, no podía dejar de verlo porque me veía directamente a los ojos con una mirada que resultaba un poco intimidarte pero imposible de ignorar, fue en ese momento que recordé que tenia que trabajar así que volví a pararme derecha y con una sonrisa me atreví a decir:
-Hola. Bienvenido, ¿En que puedo ayudarle?- Mi voz tembló un poco, realmente me sentía nerviosa y mi corazón no dejaba de latir con rapidez. Traté de aclarar mi garganta y vi como el rostro de aquel joven cambió a una expresión seria y sin expresión.
-Buenos días, solo quería observar un rato la biblioteca.- Dijo con voz grave y fuerte mientras miraba los estantes donde estaban los libros.
-Oh si, claro... Por favor siéntase libre de... adelante.- Quería que la tierra me tragara, ¿cómo era posible que yo, una graduada de honor de literatura pudiera trabarse al hablar delante de un desconocido atractivo, sentí mi cara enrojecer, así que decidí huir de esa situación vergonzosa.
Caminé a mi escritorio y prendí la computadora, me percate de que el joven fue directo a los libros de economía y finanzas, al ver que acercaba mucho el libro a su cara para trataba de leer las portadas de los libros me di cuenta que no había encendido la caja de electricidad, fui al cuarto donde se encontraban las luces y cámaras de seguridad para iluminar la biblioteca, al parecer ese día nada iba bien, mi mente estaba en todo menos en lo debía estar.
Al regresar a la biblioteca ya no vi al joven, así que decidí buscarlo para preguntarle si necesitaba ayuda, subí al segundo piso pero no había nada, todo indicaba que se marchó después de ver unos cuantos libros. Mire el reloj y vi que era hora de comenzar a trabajar, por lo regular escribía novelas de romance, terror, ciencia ficción o cualquier cosa que se me ocurriera, mis libros eran reconocidos por las personas, sin embargo usaba un alias para evitar exponerme a algún peligro. Cuando no estaba ocupada con mis novelas yo traducía libros o ayudaba a una editorial a ver la redacción y ortografía de otros autores, no era sencillo pero esto me daba ingresos que realmente no necesitaba, pero lo hacia porque era algo que me apasionaba.
Cuando iba a sentarme en mi escritorio vi una nota con una letra bonita, clara y trazos finos que decía: "Regresaré pronto". Mi corazón latía desbocado era de el chico desconocido, sonreí y me puse a hacer mis labores.