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Chapter 34 - Decisión (Derek)

Me encontraba sentado escuchando como los actores secundarios literalmente graznaban sus diálogos, ¿Cómo es posible que no pudieran llevar a cabo una escena tan simple?

—¿Podríamos dejar esta escena para mañana? —pregunto el representante de Marie, después de todo, nosotros no podíamos continuar con nuestras escenas por el estancamiento de esos dos atolondrados —. Marie y Derek necesitan descansa—dijo en un tono aun mas agresivo. La asistente del director se encogió de hombros y miro al hombre que estaba mucho mas estresado y molesto que la representante.

—Regresen a su tráiler, continuaremos con la filmación después de un descanso.

Se puso de pie y camino hacia su propio tráiler, yo lo imite y sin esperar a Carter regrese al camerino. Me senté y cerré los ojos, por alguna razón no podía dejar de pensar en la noche anterior, el modo en que me había contenido, a pesar de que deseaba tanto estar con ella, jamás había hecho algo así. Elaine me invito, ella cumplió su promesa, dio el primer paso y con ello me demostró que confía en mi.

Suspire y abrí los ojos, aun debía decirle la verdad sobre Adrien… así que no podía cantar victoria con aquello de tener su confianza.

—¡Derek! — Carter entro sudando y agitado al tráiler —. Enciende el televisor.

Hice como dijo, en el momento en que la imagen completa apareció en la pantalla, vi a Elaine siendo atendida por paramédicos, mire a Carter y este asintió.

—Dicen que fue asaltada en el edificio de su firma y esta herida.

Ni siquiera espere a que el terminara de hablar, me puse la chaqueta, tome mis lentes de sol y las llaves de mi auto, salí como una exhalación del estudio, ni siquiera puedo recordar como hice para conducir, llegue al departamento de su tía aturdido, por fortuna ella comprendió de inmediato la razón de mi presencia ahí y me dio una bolsa de papel.

—Ella suele aparentar fortaleza frente a todo el mundo, pero entre mas valiente se comporta, mas asustada esta. Por favor, cuida de ella.

Asentí y le di un abrazo que ella correspondió, volví a subirme al auto y conduje con rapidez, una vez que estuve frente a la firma tuve que respirar profundamente para poder tranquilizarme, ella no necesitaba en este momento verme temeroso, debía ser su soporte; estacione mi auto y salí con calma, tome mi teléfono mientras caminaba hacia la entrada, seleccione su numero y espere pacientemente a que respondiera. En cuanto escuche su voz, me tranquilice.

—Hola, extraño—saludo. Era fácil saber que estaba fingiendo estar bien; guarde silencio intentando pensar con rapidez que decir.

—¿Te encuentras bien? —pregunte en tono serio, ella trago saliva y pude saber por su pesada respiración que estaba haciendo todo lo posible por contener el llanto—. Estas en las noticias, dicen que sufriste de un ataque en el estacionamiento del edificio de tu firma.

—Estoy bien—respondió de inmediato y con un tono tan casual que parecía ser verdad lo que decía—. Solo un poco aturdida, pero, eso no me impedirá ir al juicio y defender a esa chica, si el productor de quinta ese, imagina que me ha asustado y dejare el caso de lado… no tiene idea de con quien trata—dijo en tono seguro.

—Elaine… —musite.

—Estoy bien, en verdad… lo juro Derek, no hay necesidad de preocuparse—dijo, parecía intentar reconfortarme, lo cual, sinceramente me hizo sentir conmovido, abrí la puerta y entre lentamente aun con el teléfono en la mano derecha y pegado a mi oreja, ella me miro fijamente mientras terminaba de entrar. Cerré la puerta tras de mi y colgué. Sin decir palabra alguna me acerco a ella, la observe intentar ponerse de pie, pero hizo una mueca que me preocupo, en verdad parecía estar adolorida. Así que a travesé la oficina en un par de zancadas. Mis ojos estaban fijos en su pómulo; me agazapo frente a su silla y acaricie con la punta de mi dedo pulgar la parte baja de su pómulo.

—No necesitas fingir fortaleza frente a mi… no pude protegerte, por favor, déjame consolarte.

Engancho su brazo alrededor de mi cuello y se abrazo a mi con fuerza, sentir su calor hizo que mi cuerpo comenzara a temblar, podía sentir como las lagrimas derramaban por sus ojos, comenzó a sollozar mientras yo acariciaba su cabello y espalda con mis manos.

—Estoy asustada—confeso en susurro —. ¿Qué hubiera pasado si, ese hombre hubiera intentado atacarme después de recoger a los niños del colegio?

Sacudí la cabeza.

—No pienses en eso—dije mientras acunaba su rostro entre mis manos haciendo que me mirara directamente a los ojos.

—Derek… ¿Y tu filmación? —preguntó.

—Tenia mucha energía acumulada, así que las termine en tiempo record, estaba en el camerino a punto de cambiarme de ropa, cuando escuche la noticia de tu ataque, así que salí volando del estudio y vine tan rápido como pude.

Sonrío y atrapo mis labios con los suyos. Fue un roce suave, un tierno e inocente beso de agradecimiento.

—¡Gracias! —susurró —. Tenia tantos deseos de llamarte después de que todo paso, pero me dije a mi misma que no podía dejar que mi estúpida debilidad te perjudicara.

—Elaine, no tienes por que sufrir sola, a partir de ahora, en tanto tu me lo permitas, yo estaré contigo y para ti… siempre—Sonrió y acaricio mi mejilla—. Ahora ve y demuéstrale a ese infeliz que su miedo hacia ti esta muy bien fundamentado.

Sonrió y se puse de pie con mayor facilidad. Yo le sonreí de vuelta y le ofrecí la bolsa con ropa.

—¿Qué es esto? —pregunto al echar un vistazo al contenido de la bolsa.

—Ropa, creí que después del incidente necesitarías cambiarte de ropa, así que fui a casa de tu tía, y le pedí una muda de ropa.

—Gracias… cariño.

Abrió los ojos al escucharla llamarme de esa forma y no pude evitar sonreír. Sonaba genial, no solo la dulzura en su voz, el calor en su mirada y el leve rubor que acentuaba sus mejillas.

—Estaré a fuera mientras te cambias de ropa.

Salí de la oficina, cerrando la puerta tras de mi. Y espere pacientemente a que ella terminara, para después volver a entrar.

—Yo iré por los niños al colegio… ¿nos vemos en tu casa para cenar? —dije mientras la ayudaba a acomodar el cuello de su blusa.

—Si—respondió.

Salí del edificio con paso lento y subí al auto, una vez dentro respire hondo intentando tranquilizarme; maldito infeliz, se había atrevido a atacarla para cubrir su crimen, una parte de mi se sentía iracunda, mientras que otra estaba sumamente asustada, de pronto me sentí aterrado de perderla y sentí que debía estar ahí para protegerla, para consolarla… para ser su apoyo y soporte.

Encendí el auto y salí rumbo al estudio de nuevo, debía terminar de grabar las escenas en tiempo record e ir a recoger a los niños.

Mientras conducía, me detuve en un semáforo en alto y una tienda capto mi atención, me orille mas adelante y salí del auto. Camine por la acera captando la atención de los transeúntes, al ver sus miradas me percate que había dejado en la oficina de Elaine mi gorra y los lentes oscuros; creo que en verdad me afecto verla tan vulnerable. Continúe caminando intentando ignorar las miradas y entre en la tienda, mis ojos se dirigieron en seguida a los anillos de compromiso, pero tras pensarlo con calma, me obligue a mi mismo a caminar hacia el área de collares.

Los ojos del vendedor se iluminaron al reconocerme.

—Bienvenido— saludo de forma amable y tras salir del mostrador se acerco a mi para estrechar mi mano —. Señor Evans, permítame decirle que soy admirador de su trabajo—dijo sonriendo, asentí en agradecimiento y estreche aun mas fuerte su mano.

—¡Gracias! —agradecí sonriendo.

—Dígame, ¿en que puedo servirle?, ¿Busca algo en especial?

Trague saliva y respondí por instinto.

—Quisiera ver anillos de compromiso—dije en tono bajo, el hombre me miro y sonriendo regreso al mostrador.

—Por supuesto, de este lado tenemos los mas exquisitos y exclusivos anillos.

Camine hacia el mostrador y observe los mostradores que el hombre sacaba uno por uno del estante. Todos me parecían comunes, ninguno parecía ser lo que buscaba, aunque sinceramente, no sabia que estaba buscando un anillo, hasta que vi por el rabillo del ojo el anuncio de joyería que pendía de la tienda. De pronto, un pequeño anillo un diamante blanco no muy pequeño, pero tampoco tan grande, finamente engarzado en una argolla de oro blanco capto mi atención.

—¿Podría mostrarme ese, por favor?

El vendedor tomo el anillo después de colocarse un guante negro y me lo mostro.

—Este corte de anillo lleva por nombre solitario, con un engarce de garras, el diamante es de una pureza singular, y 2.5 gramos.

Mire el anillo e inmediatamente imagine como se vería en la mano blanca y tersa de Elaine, aquella imagen de su delgado dedo.

—Quiero este—dije con confianza y sin preguntar el precio, simplemente saque mi billetera y le entregue mi tarjeta de crédito, el vendedor la tomo sonriendo.

Salí de la tienda con la cajita finamente envuelta en la mano, rápidamente la metí en el bolsillo de mi pantalón y camine hacia mi auto.

Una vez adentro, mire la cajita, sonreí y tome la decisión, le pediría matrimonio en el viaje a Hawái. No sabia si ella aceptaría, pero tras analizar el modo en que me miraba, un pequeño rayo de esperanza brillaba en mi interior.