Al salir del juzgado los reporteros se abalanzaron sobre nosotros, las preguntas eran agresivas y directas, todos parecían desesperados por sacar información sobre la condición de Christina, la condena y el modo en que se había llevado el juicio.
—Señorita Tullor, ¿Podría por favor decirnos a que se debe la condición de la señorita Brown?
—Señorita Tullor, ¿Considera que la condena es adecuada al crimen cometido por el señor Starlight?
Mire a los reporteros con seriedad y detuve mi rápido andar.
—Considero que es totalmente inoportuna su insistencia en sacar información, les pido por favor que nos dejen pasar… si desean saber al respecto, recibirán una invitación por parte de la oficina del fiscal para una rueda de prensa.
Al escuchar la agresividad en mi tono, los reporteros se hicieron a un lado y por fin nos dejaron pasar.
Christina y yo subimos al auto del fiscal, mientras que Stephen se llevaba mi auto al despacho.
—Te agradezco mucho tu ayuda—susurro Christina. Levante el rostro y le sonreí.
—No es nada, me hice abogada para esto. Creo que ahora lo mas importante es que tu puedas seguir adelante—dije en tono suave y tome su mano —Levantarte después de sufrir un abuso es algo sumamente difícil, créeme… lo se, por ahora concéntrate en recuperarte de tus heridas, las físicas sanan rápido, pero las emocionales y las psicológicas tardan mas tiempo.
El fiscal Williamson nos miro por el espejo retrovisor, pero no dijo.
Primero llevamos a Christina hasta su apartamento, el fiscal y yo bajamos del auto para acompañarla hasta la puerta de su departamento, creo ambos estábamos preocupados de que el señor Starlight hubiera dejado algo preparado en caso de que el juicio no terminara a su favor. Después de todo el asalto que había sufrido había sucedido a solo unas cuadras de su apartamento. Entramos los tres y subimos los dos pisos por las escaleras, el fiscal se quedo inmóvil de pronto, al mirar por detrás de su hombro observe que en el piso frente a la puerta del departamento había una caja de cartón, sinceramente era sumamente sospechosa.
—Sera mejor que esperen aquí—dijo el fiscal, tomo su celular y llamo a la policía, mientras tanto Christina y yo lo observamos acercarse y primero golpear la caja con el pie, al ver que no había nada, se agazapo y la abrió, basto con ver su cara de horror para entender que lo que contenía era definitivamente algo terrible. Me acerque con cuidado y asome la cabeza, tuve que retroceder dos pasos al ver el contenido.
—Christina…—susurre —Di… dijiste que tenias una mascota ¿cierto?
Christina se acerco corriendo y miro el contenido de la caja; un perro completamente descuartizado y con flores rojas alrededor.
—Daisy… — musito Christina y sallo sobre sus rodillas, comenzó a gritar y llorar, temblando me gire y trate de consolarla, el fiscal cerro la caja y apretó los ojos.
La policía llego a los pocos minutos, Christina estaba totalmente aturdida y yo sinceramente no me encontraba mejor, fue el fiscal Williamson el que se acerco y explico la situación:
—Regresamos del juzgado y al entrar al edificio decimos acompañar a la señorita Brown, al ver que había una caja en la puerta de su departamento, fui yo quien se acerco para asegurarse, abrí la caja y...
El policía se acerco a la caja y la abrió con cuidado, al levantar el rostro observo que la puerta del departamento estaba abierta. El policía entro seguido por el fiscal.
—Señorita Tullor, lo lamento mucho… pero creo que es mejor que vea esto.
Me puse de pie y camine con el paso mas seguro que pude. Mis ojos se desorbitaron al observar el desastre, habían cortado los sillones con lo que parecía ser una navaja, y la ropa de Christina, mientras que había sangre por todos lados, un cuchillo para carne estaba tirado junto a la entrada de la cocina y había pelo de perro por todos lados… lo mataron ahí…
En la pared del comedor estaba la palabra "perra" escrita con sangre.
—Señorita Brown, arreglare de inmediato que usted sea puesta bajo protección policiaca—dijo el fiscal con tono grave —Señorita Tullor, permita que los oficiales la lleven a su departamento, mientras nosotros revisamos su oficina. A partir de este momento tanto usted como la señorita Brown estarán bajo protección policiaca.
No podía simplemente decir que si, Derek y los niños se verían afectados si algo así ocurría, el punto a resolver era, como declinar la oferta sin revelar información demás.
—Señor fiscal, le agradezco su preocupación pero creo que debo rechazarla. Si desea que los oficiales revisen mi oficina me parece perfecto, pero mi departamento… bueno, preferiría que me permitieran ir primero y si es necesario llamarlos.
El fiscal me observo sorprendido, camino hacia mi y clavo sus ojos en los míos, por un momento me apabullo la agudeza en su mirada.
—Elaine, no puedo permitir que usted llegue a su casa sola, no después de ver lo que ocurrió aquí. Le suplico que por favor, permita que la proteja.
Me atragante al escuchar sus palabras, mi cerebro comenzó a pensar con la mayor rapidez posible.
—Fiscal Williamson, de verdad se lo agradezco pero es una cuestión personal; además, le puedo asegurar que no estaré sola.
—Elaine…—suspiro el fiscal y sacudió la cabeza. —De acuerdo, pero prométame que si nota algo extraño, me llamara enseguida—dijo aquello mientras se inclinaba hacia mi para tomar mi mano, por un momento me sentí incomoda con su tacto así que la recogí de inmediato —Oficiales, por favor acompañen a la señorita Tullor hasta el edificio de su departamento y permanezcan cerca, solo en caso que sea necesario. Yo llevare a la señorita Brown a un hotel y me encargare de hacer el tramite para que entre en el sistema de protección.
—Gracias—susurre y mire a Christina, me acerque a ella y le di un abrazo —. Si necesitas algo, llámame enseguida… lamento tener que dejarte sola en un momento como este.
—Esta bien, lo comprendo… espero que todo este bien en tu casa.
Tras asentir, salí del edificio acompañada por los dos oficiales. Le marque a Derek tras subir a la parte trasera de la patrulla y antes de que los policías subieran.
Por fortuna Derek respondió al primer timbre.
—Hola, cariño—dijo con su mejor voz, sentí un cosquilleo en la boca del estomago al escucharlo llamarme de ese modo, y creo que comprendí como debió sentirse él cuando yo lo llame de ese modo.
—Hola… cariño— dije en tono agudo y suspire—. Derek… hubo un problema—dije intentando sonar casual.
—¿Qué sucede?, ¿Te encuentras bien? — Escucharlo angustiado me hizo sentir culpable.
—Alguien irrumpió en el departamento de mi clienta y… asesino a su perro, no lleves a los niños a mi departamento por ahora, estoy en la patrulla y los oficiales me llevaran a casa.
—De acuerdo, dejare a los niños con Carter y salgo para allá.
—Gracias—susurre —Te quiero—dije en tono dulce y lo escuche suspirar en el auricular.
—Y yo a ti.
Tras colgar, le envié un mensaje a Stephen para pedirle que dejara mi auto en el estacionamiento del edificio de la firma, pero que no lo estacionara en mi sitio.
El chico respondió con un "OK, y preguntándome si todo estaba bien" no podía decirle por lo que me limite a responderle que si.
…
Llegamos al edificio ya entrada la noche, no se muy bien por que, pero, la noche me parecía fría, oscura y lúgubre. Uno de los oficiales abrió la portezuela y me ayudo a bajar.
—Señorita, quizá debería reconsiderar el que entráramos con usted al edificio—dijo la oficial, la mire, era un chica bajita y de tez morena, sus ojos negros y redondos la hacían lucir frágil. Le sonreí y asentí.
—Estaré bien, solo… por favor permanezcan aquí, por si acaso.
Ella sonrió y asintió. Su compañero me miro con cierto hartazgo.
Comencé a caminar hacia la entrada, buscando de forma disimulada el auto de Derek, cuando al levantar el rostro lo observe de pie junto a la puerta del elevador. Comencé a caminar mas rápido hasta que me arroje a sus brazos. Sabia que debía ser mas precavida y definitivamente menos efusiva pero… realmente necesitaba sentir su calor en ese momento. Enterré mi rostro en su pecho y aspire su aroma con fuerza, mientras sentía como sus brazos se cerraban a mi alrededor. De pronto las puertas del elevador se abrieron de par en par, creo que Derek había presionado el botón mientras yo lo abrazaba. Sin soltarme camino hacia atrás guiándome. En cuanto las puertas se cerraron me separe un poco y lo observe.
Su hermosos ojos grises lucían preocupado, le sonreí para intentar calmar su ansiedad y de paso la mía.
—Estoy aquí… ¿Te encuentras bien?—dijo mientras acariciaba mi mejilla con sus dedos. Me puse sobre las puntas de mis pies y apreté mis labios contra los suyos, él me devolvió el beso de inmediato haciéndome suspirar.
—Ahora si—respondí y lo observe —Lamento haberte pedido que vinieras, definitivamente fue un locura, estoy poniéndote en riesgo—dije tras analizarlo un poco. Derek sonrió y volvió a besarme con suavidad.
—No querría estar en ningún otro sitio—respondió.
Las puertas del elevador se abrieron y tras tomar mi mano y entrelazar sus dedos con los míos, ambos salimos rumbo a la puerta de mi departamento. En cuanto estuvimos cerca, ambos nos detuvimos de golpe al ver que la puerta estaba entre abierta y en piso había una caja de cartón cerrada. Apreté la mano de Derek cuando este hizo el intento de soltarme para acercarse a la caja.
—No—pedí con un susurro.
—Esta bien—dijo él y camino rápidamente hacia la caja, al igual que el fiscal primero golpeo la caja con la punta de su pie. Al ver que no ocurría nada se agazapo y abrió la caja, sus ojos me dieron a entender que la persona que había entrado en el departamento de Christina había estado en mi casa.
—¿Qué es? —pregunte con un hilo de voz. Derek levanto el rostro y me miro con preocupación.
—Es un gato—dijo en tono grave —Un gato descuartizado… con gusanos— tomo su celular y se preparaba a llamar a la policía cuando lo detuve.
—No, no podemos dejar que nadie se entere, te pondrás en riesgo—dije en tono suplicante.
—Elaine, la persona que hizo esto esta demente, no me importa, no voy a permitir que te hagan daño. Llamare a la policía y si se enteran que estamos juntos, sonreiré y diré que soy afortunado de que la gran abogada Elaine Tullor este conmigo.
Escucharlo decir aquello, hizo que mis ojos se llenaran de lagrimas.
—Esta bien— respondí y yo misma llame a los oficiales que estaba esperando abajo, subieron enseguida, se sorprendieron un poco al ver quien me acompañaba, pero ninguno dijo nada, se limitaron a inspeccionar la caja y a entrar al departamento.
Derek y yo entramos detrás de ellos, había exactamente el mismo desastre que en la casa de Christina, exceptuando el mensaje escrito con sangre. Derek miro los papeles que estaban en el piso y sus ojos se detuvieron en el catalogo de donadores de esperma que había recibido de la clínica de fertilidad. Por un momento me sentí avergonzada, y apreté su mano.
—Señorita Tullor… creo que debería quedarse en otro sitio, comenzaremos con el levantamiento de pruebas—informo la oficial.
—No hay problema—dijo Derek en tono seguro —. Se quedara conmigo— afirmo con voz grave.
—Muy bien, le informaremos al fiscal Williamson para que inicie los preparativos para su ingreso al sistema de protección.
Nerviosa mire a Derek quien pareció entender lo que pensaba y con voz fuerte entono:
—No será necesario, la señorita Tullor se ira de viaje conmigo a Hawái y partiremos mañana mismo, permaneceremos allá hasta que ustedes y el fiscal nos indiquen que es pertinente regresar.
La oficial parpadeo y asintió.
Ambos salimos del departamento tomados de la mano.
—No quiero que mal interpretes el catalogo—dije, es increíble como era eso lo que mas preocupaba, parecía que en algún momento mis prioridades habían cambiado.
Derek me miro y sonrió.
—Confió en ti—dijo mientras besaba mi frente con dulzura —Por ahora, lo único que quiero desesperadamente y sacarte de aquí y ponerte a salvo. No bromeaba con aquello de irnos mañana mismo a Hawái.
Asentí.
—Hare como dices. Solo que necesitare pasar a casa de mi tía por ropa.
Derek negó con la cabeza.
—Compraremos lo necesario una vez llegando allá, por ahora informa a tu familia de lo ocurrido y pide que ellos tengan protección, mas vale cubrir todos los flancos.
Sonreí de nueva cuenta por sus palabras y lo abrace.
Había pensado en todo, haciéndome sentir segura de inmediato.