Habían pasado casi dos semanas desde la ultima vez que había visto a Derek y sus pequeños por ultima vez, aunque tanto Cassie y como Adrien han estado enviándome mensajes de texto, por mas deseos que tuviera de ir a verlos, el trabajo simplemente no me lo permitió. Al día siguiente de la firma del acuerdo entre Derek y su ahora ex esposa, una chica llego llorando y pidiendo hablar con Alex, como el no se encontraba Stephen la invito a sentarse y esperarlo; en ocasiones como esa, cuando hace cosas tan ridículas tengo ganas de estrangularlo; en fin, cuando entre en el despacho la vi ahí sentada, con la vista clavada en el piso y temblando. Me acerque a ella y le pregunte si se encontraba bien, la chica simplemente me miro y comenzó a llorar, la invite a pasar a mi oficina.
La chica comenzó a narrarme su historia:
Christina Brown, una cantante de musicales había sido violada por un reconocido director de Broadway, Cliffor Starlight, había escuchado con sumo cuidado cada palabra que aquella chica narro, la parte interesante del asunto era que, ella al ir a denunciar la violación había sido maltratada e ignorada por los oficiales de policía quienes enseguida cuestionaron su historia y se negaron a tomar siquiera su declaración.
Como resultado la chica salió corriendo de la comisaria hacia nuestra firma, ya que el hermano de Alex es amigo de su hermano mayor. Así, lo que pensé seria un fin de mes tranquilo se convirtió en un circo, los medios averiguaron de algún modo lo sucedido y ella comenzó a recibir amenazas, así que tome el caso pro bono y comencé a llevar un juicio contra no solo el imbécil director, sino también contra el departamento de policía de la ciudad.
Así las dos semanas pasaron rápido, hasta que Jane me llamo para recordarme sobre la fiesta de cumpleaños sorpresa de tía Anneth. Acorde con ella que llevaría a nuestra tía de compras para que ella y Clara pudieran preparar la sorpresa en la casa.
Mi teléfono sonó sacándome de la redacción de las actas, mire el identificador y vi que era Derek, los niños me envían textos, por lo que si era una llamada debía tratarse de el, inexplicablemente comencé a sentirme nerviosa, mi primer impulso fue colgar, o simplemente dejarlo sonar pero al final mis nervios hicieron que respondiera la llamada.
—Elaine Tullor—respondí con mi mejor tono serio.
—Hola, Elaine… soy Derek, ¿Cómo has estado? —pregunto me dio la impresión de que estaba nervioso, e imaginarlo de esa manera me hizo soltarme a reír.
—Bien, he estado ocupada. Cassie me envió un mensaje de tu celular el otro día, creo que quiere que vaya a jugar con ellos.
—¿En verdad?, Espero que estos pequeños astutos no te haya causado problemas, y si, de hecho llamaba para invitarte a comer el próximo domingo, he estado un poco ocupado con un nuevo guion y casi no he podido jugar con ellos, y como te aprecian tanto, creí que seria interesante si vinieras a comer… podríamos ir al cine o a la playa.
Guarde silencio un momento, sonaba genial y realmente deseaba ir, pero…
—Derek, lo lamento pero, el próximo sábado es cumpleaños de mi tía y mis hermanos le organizaron una fiesta sorpresa y mi papel es el mas importante de todos… debo llevar a mi tía de compras y regresarla a su departamento para la sorpresa.
—Claro, no hay problema. Comprendo, entonces… te llamare y veremos si podemos hacer algo después.
Me pareció que estaba a punto de colgar, y… sinceramente aun quería escuchar su voz así que hable sin pensar.
—¿Te gustaría ir? —pregunte en tono nervioso. Mi subconsciente acababa de traicionarme así que solo podía dejar que las cosas siguieran su curso.
—¿A la fiesta sorpresa de tu tía? —pregunto sorprendido.
—Si, bueno, Anne, Lily y Eason estarán ahí, así que, podría ser divertido para Cassie y Adrien jugar con ellos.
—Claro, será un placer—respondió finalmente.
—Muy bien, entonces te enviare los datos de la casa de mi tía, y… la fiesta inicia a las siete así que llega un poco después para que ya este en el departamento, no quiero que mis hermanos o sus amigos te hostiguen, mi hermana mayor es una gran fan tuya.
Derek comenzó a reírse.
—De acuerdo.
Ambos colgamos el teléfono, mire la pantalla de mi computadora y continúe con mis actas, debía estar en el juzgado en unas horas y debía terminar de redactar las actas; sin embargo, no podía dejar de pensar y darle vueltas a un asunto en particular. Moví el cursor de la computadora y abrí mi correo personal, hace dos días había recibido el catalogo de donadores, había visto algunas de las fotos, pero continuaba pensando cosas como: muy delgado, muy bajo, demasiado musculoso…
Así que comencé a escribir una lista de lo que quería:
Debía ser alto, pero no demasiado, quizá no menos de uno ochenta pero no mas de uno noventa.
Debía ser musculoso pero no de forma exagerada, con una espalda ancha y brazos fuertes.
Debía tener una hermosa sonrisa, y una piel bronceada, cabello cobrizo y profundos ojos color gris…
Fue cuando me di cuenta que no estaba describiendo mi gusto para decidir sobre los rasgos de mi futuro hijo o hija, mas bien estaba describiendo a una persona y no necesitaba analizar demasiado para saber de quien se trataba.
Suspire al volver a ver el catalogo, quizá en realidad estaba buscando no a un donador sino a un padre, entonces una idea me asalto, quizá podía pedirle a Derek que fuera el donador… o quizá quería que el y yo… esa incertidumbre estaba comenzando a provocarme escalofríos, y un miedo enorme que de pronto me resultaba paralizador.
Después de Steve y la perdida de mi pequeño, ya no quería saber de relaciones, solo quería seguir con mi vida y ayudar, pero entonces apareció él, con ese porte seguro y galante que al principio no me impresiono demasiado, pero su modo de hablar de sus hijos, su empeño por salvarlos, eso poco a poco ablando mi corazón hacia el, y así… sin darme cuenta me plantee la probabilidad de volver a amar a alguien. El único problema es que tengo miedo, ¿qué tal si soy solo yo quien ha comenzado a sentirse de ese modo? O ¿si en realidad es igual a Steve en el fondo?
Seria mas sencillo tener una bola de cristal para poder ver el futuro, creo que nos haría mucho mas sencilla la vida a todos.
—Jefa, su hermana esta en la línea—La voz de Stephen me hizo saltar en el asiento.
—Ah… si, comunícala, por favor—Levante el auricular y cerré mi correo.
—Elaine… creo que tía Anneth sospecha—digo mi hermana consternada, me reí fuerte provocando que ella se molestara.
—Pequeña ingrata—dijo en tono agudo—, estoy aquí diciéndote que nuestra fiesta esta en riesgo y tu te burlas… espero que sepas que tomare mi venganza.
—Lo siento, pero es que deberías escucharte, suenas como una lunática—dije y suspire—. Esta bien, ¿y que piensas que seria bueno hacer? —pregunte al aceptar que no podría escapar de la conversación.
—No lo se genio, por eso estoy llamándote a ti, eres la estratega de la familia ¿recuerdas?
Fruncí el entrecejo, como desearía que Jane estuviera frente a mi para que pudiera observarme poner mis ojos en blanco y comprendiera lo mucho que me estresa que trate de dejarme en el medio de sus locuras.
—De acuerdo— dije en tono de hartazgo mientras me devanaba los sesos pensando como arreglar este desastre. —. Adelantaremos la fiesta—susurre, mi cerebro pareció terminar de hacer conexiones mas pronto de lo que pensé—, les diremos a todos que queremos darle un viaje como regalo y que tuvimos que adelantar su partida… adelantemos la fiesta, así ella ya no sospechara. Hoy es jueves así que hagámosla mañana.
Jane guardo silencio mientras analizaba la viabilidad de mi idea. Finalmente comenzó a reír como una loca.
—¡Perfecto! —grito a través del teléfono y casi dejándome sorda—. Hare los arreglos, asegúrate de invitar a algún sitio a tía Anneth mañana.
¡Genial! Pensé para mis adentros. Como si no tuviera nada que hacer un viernes, en ocasiones como esta mi familia realmente me exasperaba.
—Claro—dije finalmente para evitar que Jane se pusiera aun mas histérica y colgué… ¿Y ahora como rayos voy a hacer que tía Anneth quiera salir conmigo mañana sin explicarle o sin que sospeche. De nueva cuenta mi cerebro comenzó a pensar con rapidez, tal vez podía usar una verdad a medias, con esa idea en mente tome mi celular y busque el numero de mi tía, lo seleccione y espere a que respondiera, el teléfono sonó en dos ocasiones antes de que ella respondiera.
—Hola, cariño—saludo
—Hola… tía, oye me gustaría saber si mañana estarás disponible, quiero ir a comprar un obsequio para unos amigos de Lily y me vendría bien algo de compañía, últimamente con mi nuevo caso me siento un poco decaída.
Había tocado tres fibras sensibles en esa invitación; primero mencionar a la pequeña y tierna Lily a quien mi tía adora, segundo mencionar querer un poco de compañía y por ultimo decirle que estoy decaída. Era un poco maquiavélico jugar de ese modo con las preocupaciones de mi tía, pero… ya se lo retribuiría después.
—Por supuesto, hija ¿a donde quieres ir? O ¿en donde nos vemos?
—Yo paso por ti a tu casa… y de ahí decidimos, te veo a la una.
Mi tía acepto de inmediato, colgué el teléfono y le envié a mi hermana un mensaje de texto para informar el éxito del cambio de planes.
Después de resolver ese problema pude volver a concentrarme, hasta que recordé que había invitado a cierta persona a la fiesta y que ahora debía avisarle sobre el cambio de día, al menos era un pretexto para escuchar su voz una vez mas; sin embargo, con todos los pensamientos que habían rondado mi cabeza antes de ser abruptamente interrumpida por mi hermana, preferí ir a lo seguro y enviarle solo un mensaje de texto.
"Hola, lamento los cambios pero mi tía estaba a punto de descubrirnos; así que, con la finalidad de conservar la cabeza sobre los hombros, decidimos cambiar la fecha, la fiesta será mañana a las seis. Entenderé sino te es posible cambiar tu agenda"
Espere observando el celular como si fuera un lingote de oro que estaba a punto de ganar, finalmente el timbre de mensaje sonó, con manos temblorosas abrí el mensaje.
"No, esta bien, creo que me viene mejor, así tendremos tiempo para que vengas a comer el domingo"
Tras leer su mensaje no pude evitar sonreír, un nuevo timbre me sobresalto.
"Te veo mañana a las seis y no olvides enviarme la dirección de tu tía"
Volví a sonreír, mi cabeza comenzó a dar vueltas al asunto, trayendo a mi memoria aquel abrazo en su casa, el modo en que sostuvo mi mano de camino al consultorio de Anne y su mirada cuando le di la bienvenida a la soltería. Quizá no era la única que se sentía atraída, quizá el también sentía lo mismo por mi.