El teléfono sonó justo unos segundos antes de comenzar con la lectura del ensayo, comúnmente apago mi teléfono antes de entrar a ese tipo de eventos pero, ahora con mis hijos en casa con la niñera y con la agonizante espera por la información del investigador mi teléfono se había convertido en mi tesoro mas preciado.
Mire la pantalla y sonreí; era Elaine.
"Hola, lamento los cambios pero mi tía estaba a punto de descubrirnos; así que, con la finalidad de conservar la cabeza sobre los hombros, decidimos cambiar la fecha, la fiesta será mañana a las seis. Entenderé sino te es posible cambiar tu agenda"
Mejor… pensé para mis adentros, estaba comenzando a pensar seriamente en llegar a su oficina para sorprenderla y poder verla, pero ahora con el cambio de día, ya solo debía soportar unas cuantas horas.
"No, esta bien, creo que me viene mejor, así tendremos tiempo para que vengas a comer el domingo"
Espere la respuesta ante los ojos atónitos de los presentes, la mayoría conocía mis correrías así que, supongo que verme sonreír como un idiota al leer un mensaje de texto era simplemente increíble, al ver que no llegaba ninguna y temiendo que la asistente del director me arrancara la cabeza yo envié el mensaje antes de apagar el teléfono.
"Te veo mañana a las seis y no olvides enviarme la dirección de tu tía"
—Lo lamento, mi hija esta volviendo loca a la niñera—mentí y tras sonreír comencé a leer las lineas sin esperar que nadie dijera nada.
El ensayo duro aproximadamente unas cinco horas, para cuando salí del estadio pasaban de las diez, encendí mi teléfono esperando encontrar mensajes de la niñera, de Elaine y del investigador. Afortunadamente la niñera solo escribió para decirme que los niños estaban dormidos y que Helen había llegado para quedarse con ellos para que ella pudiera regresar a su casa, Elaine ya no había escrito ningún mensaje… en cuanto al investigador había llamado diez veces. Remarque el numero y espere que aun estuviera despierto.
—Señor Evans, buenas noches—saludo con voz grave. —Me alegra que me llame, creí que tal vez se había arrepentido de la investigación y estaba comenzando a ponerme nervioso.
Me reí y sacudí la cabeza. ¿Él estaba nervioso?. Yo estaba nervioso.
—¿Pudo investigar al respecto? —pregunte mientras caminaba a mi auto.
—Si señor, pero no estoy seguro de que la información sea de su agrado.
—Eso no importa, dígame que fue lo que averiguo.
—El día en que su hijo nació, en la sala VIP había otras tres mujeres que daban a luz, una de ellas dio a luz a una niña, y las dos restantes tuvieron varones, una de ellas era la señorita Tullor, la otra mujer falleció en el parto junto con su hijo, mientras que a la señorita Tullor se le informo que su hijo falleció después por problemas de su nacimiento prematuro, la mujer y el pequeño que fallecieron eran miembros ilegítimos de la familia Clarg, para ser específicos, la chica era la hija de una de las amantes del señor Clarg. Estuve investigando y no logre encontrar ninguna prueba contundente de que su hijo sea en realidad el bebé de la señorita Tullor, pero si averigüe que el señor Clarg no sabia que esa chica estaba ahí hasta que su investigador intento vender al niño a una de las enfermeras, en cuanto a cómo se consolido el acuerdo entre su ex esposa y el señor Clarg aun continuo investigando.
Colgué el teléfono y suspire, creí que con la investigación las cosas se aclararían pero ahora estaba comenzando a pensar que la mejor solución era llevar a cabo una prueba de ADN, pero como podía simplemente llegar con esa idea Elaine.
Regrese a casa pensando en ello, al subir las escaleras recordé el día que Elaine llevo a Anne para la entrevista, ese día yo la había abrazado en el baño… me quede en silencio analizando, entre en el cuarto de baño, como era una habitación exclusiva para invitados las chicas de la limpieza no entraban a menos que se los pidiera, ya que las visitas no son frecuentes, mire el cepillo que había sobre la cómoda del baño, lo levante y lo mire de cerca, eso no era parte del mobiliario del baño. Levante la vista y suspire… supongo que en verdad trabaja de formas misteriosas.
El cepillo tenia cabello en el… tome mi celular y marque el numero de mi hermana.
—Jocey… tengo un favor que pedirte—susurre, mi hermana aun somnolienta gruño.
—Derek… anoche tuve guardia y por fin cerré los ojos hace menos de una hora, sino te estas muriendo voy a colgar—siseo.
—Es sobre Adrien—musite, la escuche golpearse, seguramente había abofeteado sus propias mejillas. —Creo que encontré a la madre biológica de Adrien y quisiera confirmarlo. Se que esto es mucho pedir pero ¿podrías solicitar una prueba de ADN?
—Derek ¿Estas seguro?, si esa mujer decide quitártelo ¿que harás?
—Nada, Jocey… inexplicablemente su madre biológica podría ser la abogada que llevo mi divorcio y la única mujer por la que he pensando en realmente sentar cabeza.
Mi declaración parece haber perturbado a mi hermana, un silencio sepulcral se apodera de nuestra conversación.
—Oh… muy bien, espera Don Juan… primero que nada, espero que sepas que no podrás escapar de un buen interrogatorio sobre lo que acabas de decir y segundo, pediré la prueba, pero… prométeme que no harás nada hasta que hayamos conversado respecto al resultado.
Suspire, entendía que le preocupara pero en momentos como este su sobre protección de hermana mayor era molesta y frustrante.
—No voy a prometerte eso… la mujer piensa que su hijo esta muerto, si puedo devolverle la fe en que no, me sentiré satisfecho. ¿Lo comprendes?, no quiero que siga sufriendo por ello, ella se culpa.
Mi hermana guardo silencio y después gruño con desesperación.
—Esta bien. Maldición, desde niño siempre has sido un manipulador. Pasare mañana por la mañana por las muestras a tu casa y hare lo posible por tener los resultados por la tarde.
—¡Gracias Jocey!
Colgué el teléfono, metí el cepillo en un bolsa de plástico y subí a la habitación de los niños, Helen estaba con ellos dormida en el sillón junto a las camas donde mis hijos dormían plácidamente, entre y coloque una manta sobre la chica y les di el beso de las buenas noches a ambos pequeños.
Aunque solo habían pasado un par de semanas, su evolución era notoria y favorable, Cassie jugaba y reía mas, mientras que Adrien comenzaba a hablar con mayor fluidez y regularidad, aunque me tenia preocupado que Abigail simplemente se esfumara, claro que, no sin antes dejarle a Carter los datos de la cuenta en la que quería que transfiriera la pensión que habíamos prometido, la trabajadora social asignada por el juez había venido a casa los dos últimos fines de semana para realizar la labor de acompañar a Abigail mientras pasaba tiempo con los niños, aunque ella no se presentara, la trabajadora decía que era normal, que había visto ese comportamiento muchas veces, así que, supongo que me preocupaba demás.
Entre en mi habitación, me cambie de ropa y me recluí en el gimnasio, la preparación para la siguiente película me exigía tonificar mucho la musculatura así que… después de dos horas de entrenamiento estaba exhausto.
A la mañana siguiente me levante con dolor de cabeza y espalda, creo que había exagerado con las pesas, después de todo tener treinta y dos años pasaba la factura de vez en vez, los niños estaban despiertos y de pie, mirándome.
—Buenos días—salude mientras me incorporaba.
—Papá, ¿podemos desayunar panqueques hoy?—pregunto Adrien, escucharlo hablarme con tal claridad me hizo sonreír, me puse de pie y lo tome entre mis brazos, el pequeño se acomodo mirando a Cassie quien espiaba el curso de la conversación desde el pasillo.
"Pequeños bribones" pensé para mi mismo y salí de la habitación.
—¿Con que quieren panqueques? —pregunte mientras caminaba hacia la cocina, al entrar en ella senté a Adrien en la silla del comedor y a Cassie junto a el, hacia mucho tiempo que no cocinaba para nadie así que estaba sinceramente nervioso, y mas con las miradas inquisidoras de mis dos hijos, mi temor por envenenarlos con panqueques quemados parecía ser compartido por ellos.
—Papá… ¿estas seguro de que puedes cocinar panqueques? —La pregunta de Cassie me hizo reír nervioso.
—Por supuesto… solo espera y veras, soy un experto en voltear panqueques en el aire—hable con toda seguridad pero no estaba muy seguro de recordar como hacerlo.
Comencé a preparar la masa, por fortuna era de esas practicas a las que solo hay que agregarle mas leche y está lista para cocina, unte la mantequilla en el sartén y vertí la masa, comencé a cocinar con destreza y maestría, yo mismo estaba sorprendido.
—¿Y Helen…?—les pregunte a los niños que me observaban fijamente.
—Sigue dormida—respondió Cassie y se puso de pie dando un brinco desde el asiento de la silla —Pero le diré que el desayuno esta listo— Salió corriendo escaleras arriba dejándonos a Adrien y a mi solos.
—¿Papá? — Lo mire al ver que su semblante se había oscurecido, apague la estufa y tras colocar el ultimo panqueque en el plato camine hacia él.
—Dime… ¿Te duele algo? —pregunte mientras me agazapaba frente a el. Adrien negó con la cabeza y clavo la mirada en el piso de mármol de la cocina. —¿Qué sucede? —pregunte preocupado por su mirada triste.
—¿Tu no eres mi papá? —Su pregunta me hizo tartamudear antes de responderle.
—¿Por qué dices eso? —
—Por que Cassie y tu son iguales y tu y yo no…—Lo tome entre mis brazos y lo acune.
—Adrien… eso no importa, por supuesto que soy tu papá, te amo, eres mi hijo y eso nunca cambiara ¿Entiendes lo que quiero decir? —Adrien me observo y enterró su cabecita en mi cuello, asintió pero aun no muy convencido.
Supongo que es lógico pensar que el no se parece tanto a Cassie y a mi, pero me parece que mi hijo no estaba diciéndome todo, quizá había escuchado a alguien mencionar algo así, los niños no se fijan en ese tipo de cosas a menos que alguien los encamine.
Pensando en ello, decidí que cambiaria a la niñera y hablaría con Helen y Carter, quizá escucho alguna conversación entre ellos.
—Papá… ¿entonces no me vas a dejar? —Su pregunta me encogió el corazón.
—Por supuesto que no.
—¿Aunque no me parezca a ti?
—Adrien, parecerse a alguien no los hace familia, la familia se ama y apoya, Cassie te ama, yo te amo, y eso no tiene que ver con que tengamos el cabello o los ojos del mismo color, mira a Lily y a Anne, Lily tiene los ojos negros y rasgados ¿no es así? Y Anne tiene unos hermosos ojos color aceituna , grandes y redondos… y Anne es su mamá, en ocasiones los hijos se parecen a su papá, o a su mamá, y en otras se parecen a sus abuelos o bisabuelos, ser familia no tiene nada que ver con la apariencia.
Adrien apretó mas sus pequeños brazos a mi cuello y me abrazo con fuerza.
Por el momento parecía estar mas tranquilo pero el miedo que sus ojos reflejaban me hicieron preocupar.
Cassie regreso con Helen de la mano, ella parecía preocupada, no me fue difícil deducir que quizá ella había tenido algo que ver con la preocupación de Adrien.
—Vamos a desayunar, después nos cambiaremos iremos al estudio y… después iremos a una fiesta—informe mientras repartía los panqueques en los platos de mis hijos y les untaba un poco mas de mantequilla.
—¿Una fiesta papá?
—Si, así es, y adivinen a quien veremos en la fiesta… —Mis hijos me observaron con ojos soñadores. —Elaine—musite como si fuera el secreto mas grande del universo, ambos sonrieron y Cassie comenzó a saltar, me dio gusto ver que la tristeza desapareció del rostro de Adrien.
Desayunamos y tras cambiarlos y subirlos a mi auto, camine hacia Helen, no quería ser demasiado abrupto pero ese rostro lleno de culpa, había estado crispando mis nervios desde que la jovencita entrara en la cocina.
—¿Podrías decirme que fue exactamente lo que le dijiste a mi hijo? —pregunte en tono severo. Ella retrocedió un paso y sus ojos se llenaron de lagrimas.
—Lo lamento, no creí que el estuviera escuchando, la niñera me pregunto sobre su apariencia y pensé que decirle que es adoptado era lo mas sensato—La mire furioso —Lo… lo lamento.
Mi primer impulso fue gritarle, pero al final de cuentas solo era una niña también así que, tras respirar profundamente, le dije con la mayor tranquilidad posible:
—Helen, mi vida privada es eso, que tu sepas detalles de ella es por tu padre, así que por favor, en adelante evita dar información de mi vida privada o de las de mis hijos a gente extraña, podrías causarle problemas a tu padre, pues se supone que ambos firmaron acuerdos de privacidad. —Dicho eso me preparaba para subir al auto, pero antes de hacerlo me gire y a mire fijamente —. Yo hablare con tu padre al respecto, mientras tanto ya no es necesario que vengas a cuidar de mis hijos, y también me encargare de la niñera.
Subí al auto y conduje con tranquilidad hasta el estudio, el ensayo de guion de hoy era relativamente corto así que tras entrar en mi camerino me senté frente a los niños, quienes observaban todo con curiosidad.
—Debo ir al ensayo, le diré a Katy que venga a hacerles compañía, pero no deben hacer mucho ruido de acuerdo, jueguen con sus juguetes y volveré en cuanto el ensayo termine.
Ambos asintieron como niños buenos y comenzaron a sacar todo el arsenal de juguetes que habían cargado en sus mochilas.
Salí del camerino y me tope con Carter, justo a quien quería despellejar, él parecía estar mas preocupado por el ensayo que otra cosa, por lo que deduje que Helen aun no había hablado con él.
—Ya no es necesario que Helen cuide de los niños cuando la niñera se vaya—Sorprendido por mis palabras me miro fijamente—. Tu hija le dijo a la niñera que Adrien es adoptado y él la escucho— Una vez que termine de decir aquello, el rostro de Carter se puso verde.
—Hablare con ella—dijo en tono seguro.
—Ya no importa, el daño esta hecho, esta mañana Adrien me pregunto si en verdad era su papá, ¿tienes idea de lo que sentí? Comprendo que la comunicación entre tu hija y tu sea tan buena, pero… no puedo pasar por alto esto, sabes que mis hijos son lo mas importante, así que, si algo como esto vuelve a suceder hare valido el acuerdo de privacidad.
Una vez dicho aquello camine sin siquiera esperar a que el respondiera hacia el estudio.
El ensayo duro menos de lo esperado, con el teléfono apagado me sentía un poco ansioso por mis hijos y por no haber recibido el mensaje de Elaine con la dirección de su tía. Una vez que salí del estudio lo encendí, tenia veinte llamadas de Jocey, regrese su llamada nervioso, debido a la sucedido con Adrien me había olvidado por completo que debía entregarle el cepillo, seguramente tenia ganas de asesinarme.
—Jocey… lo siento—dije en cuanto escuche que descolgó.
—Esta bien, el ama de llaves me entrego la bolsa con el cepillo, en verdad que eres ordenado, mira que ponerle un etiqueta con la leyenda "muestras Jocey" no has cambiado nada. En fin, no te llamo para reclamarte. Te llamo por que, ya tengo los resultados de la prueba de ADN.
Trague saliva antes de hablar.
—Y… dime, por favor—pedí.
—Es positivo, Adrien es hijo de tu abogada, y además, ella es compatible para hacer la transfusión que requiere Adrien.
Me deje caer sobre la pared del estudio y respire.
Que curioso es el destino, Abigail coludida con aquel infeliz le quitaron una parte de si misma, y ahora tanto tiempo después, yo podía devolvérsela.
¿Pero como reaccionaria ella? Después de todo, mi ex esposa compro a su bebé, ayudo a que le hicieran creer que había muerto y maltrato de forma sistemática a su hijo durante sus primeros años de vida.
Tras pensar todo aquello un escalofrió me recorrió el cuerpo.
Debía decírselo, aun si entre nosotros ya no podía haber nada después de ello, tenia que decirle.