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Chapter 15 - Guerra Fría

Nada preparó a Ryo para ver a Anna aparecer en el restaurante, al girarse y verla aparecer con aquel traje pantalón blanco, se veía tan hermosa que quitaba el hipo, nunca se planteo que una ropa tan formal pudiera verse tan hermosa en nadie, pero Anna estaba espectacular con lo que se pusiera, si ella pudiera leer sus pensamiento seguro lo habría acusado de pervertido, puesto que solo verla ante el despertaba la fiera que tenía dentro, solo podía pensar en acercarse y besarla, le salía una rama posesiva que no sabía ni que tenía, por eso mientras hablaban en la gala no pudo resistir sus instintos, desde cuando era como un perro que babeaba por aquello que le gustaba.

Anna al verlo quiso huir de allí, le había costado cinco años desintoxicarse de la adicción que tenía por Ryo, pero sabía que al igual que con cualquier otra adicción volver a probarla implicaba volver a caer en ella, y aunque evidentemente ya no era invisible a Ryo, tampoco eso significaba que él quisiera amarla, y ella no estaba dispuesta a tener una relación sin amor.

No huyó, solo puso su mejor cara y se sentó en la mesa como si de un desconocido se tratara, estaba allí por una cuestión de negocios, y lo mejor que podía hacer era recordarlo.

Ryo puedo ver el cambio de actitud, al verlo pensó que se iba a ir, pero ahora estaba sentada frente a él muy dignamente, como si el beso que tuvieron o la noche no hubieran existido, le fascinaba la capacidad que tenía para ocultar sus emociones, pero el poco a poco estaba viendo las pequeñas sutilezas de sus expresiones.

- Buenas noches Anna, desde luego no esperaba que fueses tu mi cita a ciegas- dijo alegremente y algo irónico.

- Buenas noches, la sorpresa en mutua, no pensé que el nieto mimado de la señora Mao fuera el todopoderoso Ryo Lee. - si pensaba que no iba a responderle como debería se equivocaba. La carcajada proveniente de su acompañante la pilló por sorpresa, y le derritió un poco el corazón, ya no recordaba lo seductora que podía ser la risa de ese hombre, ya se había acostumbrado a esa voz ronca, que cuando la oía solo podía pesar como sería que te susurrara algo al oído, pero su riza ronca y armónica, era de las que haría desmayar a cualquier mujer.

-No creo que mi abuela me haya descrito nunca como mimado, aunque probablemente lo haya sido, y llámame Ryo por favor.

- Es verdad, ella es demasiado educada para decir eso, para ella eres mas un dechado de virtudes, tanto que creí que eras alguien inventado en su mente, ahora que ya se quien eres, puedo decir que deberías de llevarla a hacer un chequeo, no eres ni de lejos como te describe.- Prefería una conversación tipo guerra fría, que algo mas íntimo.

- Bueno tu tampoco saliste mal parada con la descripción que hizo de ti, según sus propias palabras eres perfecta para mi. - aquello hizo que Anna empezara a toser, como podía decir la señora Mao eso- Además mi abuela es una mujer muy inteligente y estoy empezando a creer que su gusto en posibles novias para mi esta casi mejor que el mio.

- Por favor, no me vengas con esas, se perfectamente que tu y yo no somos compatibles para nada.

- Bueno, eso lo descubriremos con esta cita y las dos próximas. Te parece si pedimos la comida y algo de vino.

Anna asintió, agradeció cambio de tema, necesitaba un momento para ordenar sus ideas, porque en esta batalla se notaba perdiendo peligrosamente ante el encanto de él, fue entonces cuando el sonrió y ella se dio cuenta de que si continuaba, se iban a despertar todos sus sentimientos dormidos.

Le gustaba esta mujer de respuesta rápida, de ingenio y que no se amedrentaba frente a él, que no parecía una flor delicada, sino que era una mujer fuerte inteligente y que era capaz de presentar batalla ante sus palabras, que no intentaba seducirlo con miradas absurdas y que no sonreía tontamente. Las próximas dos citas prometían ser de lo mas interesantes, y aunque no tenía porque hacerlas, ahora se planteaban como un plan excelente.

Estuvieron en silencio mientras los camareros traían la comida, como dos boxeadores en el tiempo de descanso, planeando cual iba a ser el siguiente golpe...