Al día siguiente, como se había planeado, Gabriela, Miguel y Lorena partieron hacia la frontera este del país, los dos muchachos se aceptaron rápidamente y por esto Gabriela se sentía extremadamente feliz. La ciudad a la que se dirigían no era demasiado grande, aunque ya era considerada una ciudad, en realidad seguía siendo un pueblo grande o en otras palabras una ciudad pequeña, la gente allí era bastante agradable, era una ciudad extremadamente tranquila, con pocos escándalos de robo y cosas violentas, por lo que era llamativa a los turistas y a las personas que buscaban otro modo de vida, la ciudad era llamada "cuidad de cristal" por los sentimientos tan transparentes de sus habitantes o también era llamada "calidad lluvia de flores de durazno" debido a que usualmente grandes talentos, que terminaban siendo reconocidos nacionalmente, provenían o se criaban en esta ciudad. Gabriela había nacido en la ciudad de cristal, pero en realidad no había crecido allí, sin embargo, debido a su dedicación a su trabajo había logrado ahorrar suficiente dinero para comprar una pequeña casa en esta ciudad, aunque la casa sólo era de un piso y no abarcaba gran terreno, era bastante cálida y además estaba a las afueras de la ciudad pero sin alejarse demasiado del límite urbano, un pequeño paraíso, al menos esto es lo que pensó Miguel al verla.
Mientras sus días pasaban tranquilamente para la familia Botero, en realidad no eran tan tranquilos como se creía, cada vez Miguel sorprendía más a su madre y hermana, ya que tenía varias habilidades que empezaban desde la escritura y la lectura rápida, hasta cierto conocimiento de computación y habilidades matemáticas, era sin lugar a dudas una mente sin igual. Pronto la gente cercana a la casa se enteró de la impresionante mente del muchacho, quisieron brindar todo el apoyo a la nueva familia que habitaba allí, ya que sus miembros habían sido demasiado amables incluyendo al chico que, aunque tenía una actitud fría hacia todas las personas, jamás había sido irrespetuoso con nadie. Después de mucho tiempo de hablar con la madre y tambien intentar hablar con el chico, la comunidad finalmente logró convencerlo e inscribieron al muchacho en La Academia de Artes de Crystal City, pero quién diría que su talento iba más allá de lo esperado... tres meses después de haber entrado a las clases, Miguel fue transferido a tres grados superiores, impresionando a todo el mundo en la ciudad, creyeron que había aparecido un dios en su mundo o incluso un extraterrestre, porque nadie nunca en Crystal City había logrado alcanzar tal talento, ni siquiera los visitantes pudieron evitar alabar a Miguel, que se hizo una reputación rápidamente en la ciudad. Ocho meses después de empezar sus estudios en La Academia de Artes de Crystal City Miguel se gradúa con honores y recibió, entre otras cosas, apoyo monetario, ofertas de trabajo y becas de estudio al extranjero. La singularidad de su talento atrajo a tanta gente al punto de que cuando salía a la calle toda la ciudad lo reconocía, sin embargo, sin importar cuánta gente se acercara a preguntar sobre su talento y sus planes futuros, él siempre tenía una actitud distante, un aura que envolvía a todo el mundo y que inconscientemente les advertía: "Si no se pasan con sus preguntas, nadie saldrá herido"
Unos días después de su graduación, Gabriela se acercó a él para preguntarle:
- ¿Hijo, que harás con las propuestas de trabajo y las becas al extranjero? ¿aceptarás alguna?
- Mmm... quisiera seguir estudiando, aunque La Academia de Artes de Crystal City tiene un programa bastante avanzado, me parece que todavía tengo mucho que aprender... así que aceptaré alguna de las becas para estudiar en el extranjero - respondió él mirando cariñosamente a su madre.
- Bien, siempre soñaste en grande, no me opondre si eso es lo que quieres... sólo espero que no te olvides de nosotras - dijo ella poniéndo la más dulce de sus sonrisas, de verdad le había cogido cariño a este chico y su corazón ya lo había elegido como su hijo, el pasado ya estaba quedando atrás.
- Yo también lo espero - respondió Lorena mirando cariñosamente a su hermano.
- Tranquilas... aunque me vaya lejos, siempre estaré con ustedes, así como ustedes estarán conmigo... es como el sol que, aunque lo oculten las nubes en la tormenta, siempre está presente en el día.
- ¿Y en la noche? - preguntó Lorena con una sonrisa divertida en su rostro.
- Sólo porque no puedes ver algo, no significa que no esté ahí... además la luna te acompañará en la noche, hermanita, es una silenciosa confidente - respondió el poniendo una sonrisa parecida.
- Vaya, le encuentras respuesta a todo.
- Mmm... - respondió Miguel volviendo a picar la carne en su plato. Después volvió su mirada a Lorena y dijo:
- Hermanita, tú deberías estudiar en La Academia de Artes de Crystal City... de verdad tienes talento para el dibujo, estoy seguro de que te irá bien.
- Mmm... lo pensaré... ¿qué opinas tú, madre?
- Creo que tu hermano tiene razón, pequeña flor, de verdad eres talentosa, deberías explotar tus habilidades.
Lorena asintió silenciosamente mientras levantaba los platos de la cena para ir a lavarlos, ella de verdad deseaba estudiar arte, adoraba dibujar y tenía algo en mente para trabajar en el mismo escenario que su hermano... ella quería ser jefe de localizaciones[1] o directora de fotografía[2] ya que sabía que su hermano quería ser guionista.
# [1] Jefe de localizaciones: encuentra y gestiona las localizaciones cinematográficas. Casi todas las imágenes incluyen segmentos que se tomaron en el entorno controlable de un estudio de sonido, mientras que las secuencias exteriores se convocan en el rodaje en los escenarios reales.
[2] Director de fotografía (DF): es el cinematógrafo que supervisa la fotografía de toda la película.
# [Estos Botero no sueñan en pequeño, aspiran grandes cosas y yo tambien las aspiro. Quedan dos capítulos de este arco sobre la historia de Miguel, en los siguientes dos capítulos conoceran a Michelle Santana. Después de terminado este arco, continuaremos con la trama principal y dejaremos el pasado en el pasado, por un tiempo.]