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Chapter 27 - Capítulo 27: El hermano que siempre quise tener (4)

"Mi corta vida me ha enseñado / que las travesuras del pasado, / que los paisajes del ayer y las personas del ahora / no son del mismo cuadro. / El ahora es una obra inconclusa, / un anhelo del corazón / y una ilusión del alma.

Para: Gabriela Botero, acepto hacer parte de su familia, no te arrepentirás, madre."

Estás fueron las palabras que Miguel escribió para Gabriela, ella estaba conmovida hasta las lágrimas y cuando terminó de leer el poema, abrazó fuertemente a Miguel, derramando en él algunas lágrimas de felicidad. Esa tarde le dieron de alta, se quedarían en un hotel esa noche y al día siguiente partirían hacia la frontera oriente, a la ciudad natal de Gabriela. Gabriela dirigió la silla de ruedas de Miguel hacia su habitación, al llegar a una puerta negra en el primer piso de ese hotel, entraron a la habitación de tamaño mediano donde una joven de cabello castaño, piel clara y ojos atigrados de color café y color avellana, de 14 años de edad estaba leyendo un libro bastante grueso, al ver a Gabriela parada en el marco de la puerta, la chica saltó de su silla y se lanzó a sus brazos diciendo:

- ¡Madre, volviste!

Su voz era dulce y angelical al igual que su aura de inocencia y pureza, un hermoso cuadro sacado de un cuento de hadas. Gabriela correspondió el abrazo de su hija, un segundo después se separó de ella y le dijo:

- Pequeña flor tengo que presentarte a alguien.

Los ojos atigrados de ella brillaron con una intensa curiosidad mientras decía:

- ¿De verdad? ¿quién es?

Al ver el entusiasmo de su hija Gabriela sonrió y dijo:

- Será tu hermano mayor de ahora en adelante y cuidara de ti sí yo no puedo hacerlo, espero que os hagáis compañía si yo los dejo en este mundo.

- Madre, por favor no digas eso, tu todavía tienes una vida por delante - la voz cariñosa de Miguel resonó detrás de ellas, lo que sorprendió en primer lugar a Lorena ya que no pensaba que su madre hablaba en serio sobre lo del nuevo hermano mayor y mucho menos creía que ese hermano sería el hijo de el hermano del antiguo jefe de su madre. Gabriela también estaba sorprendida porque no pensaba que Miguel iba a adaptarse tan rápido a esta nueva vida. Una cálida sonrisa se dibujó en los rostros de ambas, Lorena rápidamente se acercó al joven rubio y dijo:

- Hola, soy Johana Lorena Botero, puedes llamarme Lorena, ¿de verdad aceptas ser mi hermano mayor?

- Si lo acepto, soy Miguel - respondió sonriente él, aunque en realidad no sabía si ese era su nombre real, así se había dirigido desde el principio Gabriela hacía él y termino aceptándolo en un momento.

- ¡Eso es genial! ¡Eres el hermano mayor que siempre quise tener!

El entusiasmo de Lorena era tan contagioso que hasta los gestos de Miguel, que en un principio eran dubitativos, se convirtieron rápidamente en gestos sinceros y cálidos. Lorena apartó a su madre y tomó la silla de ruedas para acercar a Miguel a la ventana abierta junto a una cama en donde ella se sentó después, tomó un cuaderno de tapa color rosa y se lo enseño a Miguel.

- ¿Qué te parece?

El cuaderno tenía varios dibujos, a color o a blanco y negro, con trazos precisos y llamativos, cada dibujo desprendía un aura diferente, de nostalgia, melancolía, alegria, gozo, tristeza... muchas emociones transmitidas a través de esos suaves pero perfectos trazos.

- ¿Los hiciste tú?

Lorena asintió afirmativamente y fijo su mirada expectante en Miguel.

- Son hermosos.

- ¿Lo crees en serio?

- Claro que sí.

Lorena saltó de alegría al oír el cumplido de Miguel e instintivamente lo abrazo sin darse cuenta que su delgado cuerpo hacia presión sobre una de las piernas de él, causandole dolor.

- ¡Ahhc! - dijo Miguel poniendo una horrible mueca de dolor.

Lorena se dio cuenta de que le lastimaba y se separó rápidamente de él.

- Lo siento, ¿te hice daño? De verdad no quise causarte dolor...

Al ver la expresión preocupada de ella, él le sonrió cariñosamente diciendo:

- Está bien, no te preocupes...

Lorena suspiró aliviada, lo que hizo que la sonrisa de Miguel se ensanchara.

Gabriela estaba tomando un vaso de agua mientras presenciaba toda la escena, se sintió tranquila al ver que ellos se llevaban bien, esperaba que nada se complicara. Lorena por otra parte estaba rebosando de alegría al tener un hermano mayor, estaba feliz de tener compañía y, aunque conocía perfectamente el origen del muchacho, su corazón ya lo había escogido como su único hermano y esperaba con todas sus fuerzas que él sintiera lo mismo y que jamás quisiera regresar con su complicada familia.

# [Vaya, al parecer fue un plan de madre e hija... no se engañen, Lorena si es inocente y angelical, pero deja de serlo tratándose de la familia Flórez, pronto sabrán por qué...

Otra cosa que aclarar, hace algunos capítulos el nombre de esta mujer tan agradable que salvó a Miguel de la muerte era Diana y aún lo es, pero ella prefiere que las personas cercanas a ella la llamen por su segundo nombre, por lo tanto yo lo seguiré haciendo de ahora en adelante para no confundirlos ni confundirme a mi misma.]