La tensión era palpable entre los dos hombres y el aire pareció congelarse debido a la gran presión que ambos ejercían, ninguno de los dos era sumiso y ambos eran pasivos en situaciones comunes pero sus caracteres chocaron y el día anterior se había producido una disputa entre ambos, esto fue evidente para ellas pero en vez de hacer algo para arreglar la situación se quedaron pensativas, Patricia y Carol lo hicieron por miedo, en cambio, Marta quería ver cuál de ellos no soportaria la presión del otro, interfería si las cosas empezaban a ponerse feas.
- ¡¿Qué diablos crees que haces?! - bufo Manuel apretando los dientes y los puños.
- ¿Qué piensas tú qué estoy haciendo? - respondió tranquilamente Miguel.
Manuel lanzaba rayos por los ojos y por un momento pareció olvidarse de la presencia de sus hermanas y Patricia, cuando iba a gritar de nuevo, se escuchó la cortante y tranquila voz de Marta:
- Ya basta, es suficiente.
Al escuchar la voz de Marta, Manuel dio un paso en reversa y pareció calmar su temperamento, dos segundos después Marta continuó:
- Miguel, él es mi hermano, Manuel Narváez... ya lo conociste ayer, a veces suele ser 'impulsivo'
Marta puso énfasis en esa palabra y miró fríamente a su hermano, que agachó instintivamente la cabeza.
- Lo conozco - respondió fríamente Miguel, que estaba de pie frente a Marta.
- M-marta, es hora de que tomes tu medicamento - dijo Patricia con su voz temblorosa, sobra decir que ella y Carol estaban levemente asustadas por la actitud de ellos tres.
- Tienes razón, te ayudaré a traerla - dijo Carol rápidamente y ambas se dirigieron a la cocina con una bolsa de medicamentos.
- Explica - dijo Marta señalando con su dedo índice a Manuel.
Manuel tragó saliva y dijo:
- Ayer iba a buscarte para que almorzaramos con Carol, cuando te vi estabas parada hablando con él, después llegó esa chica y se colgó de él como sanguijuela, vi que te ponías pálida y al segundo siguiente te desplomaste... no se exactamente qué te dijo, pero estaba seguro de que él tenía algo que ver con tu secuela.
- Primero, si no escuchaste nada no deberías sacar conclusiones sin fundamentos, y segundo, ¿qué no la última secuela fue en tu presencia? - dijo Marta sentándose en un mueble de la acogedora sala.
- Bueno... si... pero eso que tiene que ver con lo de ahora.
- Esa vez, ¿madre te culpo de lo sucedido?
- N-n- no.
- Entonces el asunto está resuelto, no quiero volverte a escuchar gritarle a Miguel, ¿entendido?
- Si...
Aunque Manuel era verdaderamente imponente, comparado con Marta, no le llegaba ni a los tobillos, de hecho le tenía cierto temor a su hermana y buscaba jamás desafiarla, nadie lo hacía, el único que lo había hecho era su difunto esposo y nadie entendía como Marta no lo había castigado por eso, su matrimonio había sido por conveniencia, estuvieron comprometidos desde que Marta cumplió 16 años, pero en verdad nadie, con excepción de Carol, sabía si se habían enamorado o no.
- No entiendo... son hermanos pero con apellido diferente... - hablo Miguel sentándose junto a Marta, era un gesto simple, pero hizo entender a Manuel que él era algo más para ella.
- Ohh... ¿dije hermano?
- Aaah... si
- Quería decir... hermano ilegítimo.
- Ahora si que no te sigo - dijo Miguel poniendo un gesto de extrañeza.
- Es bastante simple, Manuel es hijo no reconocido de mi padre, y sus padres, al morir los míos, nos adoptaron a Carol y a mi.
- Entonces... tu nombre no es Marta - respondió Miguel con una sonrisa acusadora en su rostro.
- Si lo es, es el nombre que me dio mi madre biológica... para la familia Narváez soy Marcela, y Carol es Carolina para ellos.
- ¿Por que no usas tú otro nombre?
- ¿Marcela? No lo uso porque involucraría a los Narváez en un escándalo público, a nivel nacional e internacional.
- Ya entiendo.
Manuel no podía creer lo que estaba viendo, jamás creyó que su hermana, tan fría como el hielo, le explicaría tan pacientemente a otra persona su situación familiar, esto confirmo definitivamente que él significaba algo para Marta, pero no sabía en qué sentido le importaba.
Manuel se quedó a cenar con ellos, las cinco personas se sentaron en la mesa y comieron animadamente, después Miguel se fue por una llamada de su madre, que le pedía ayuda, Patricia se fue a dormir y solo quedaron los tres hermanos, Carol y Manuel intentaron sonsacarle algo algo a Marta pero fue inútil, al final Manuel también se fue. Su auto negro llegó a la gran mansión Narváez, donde alguien le esperaba impacientemente, para obtener información sobre las hermanas Narváez...