Él frunció el ceño y dio zancadas hacia ellas, repitiendo:
—¿Estás loca? ¡Suelta el cuchillo!
Jian Xin'er se encogió detrás de Ding Yiyi y recordó lo que Sheng Yize le había dicho el otro día afuera del baño. ¡Solo intentaba darle una lección a An Xiaxia y nunca pensó que se armaría semejante escena! Es más, ¡Sheng Yize las descubrió! Estaba en pánico absoluto y tiritaba como como una perdiz. Ding Yiyi también estaba asustadísima, mientras que Li Canxing fue la única que permaneció serena.
—An Xiaxia, ¿de qué estás hablando? Solo queríamos hacerte algunas preguntas. ¿Por qué sacaste el cuchillo? —dijo sin prisas Li Canxing, culpando a la víctima de todo.
Luego pellizcó a hurtadillas a las otras chicas. Ellas se dieron cuenta de lo que pretendía e intervinieron.
—Así es. Nunca nos dimos cuenta de lo terrible que eres. Hasta traes un cuchillo a la escuela. ¿Qué rayos pretendes hacer?
Con esas palabras, la situación se dio la vuelta de inmediato. Los labios de An Xiaxia temblaban mientras miraba a las chicas frente a ella con asombro. Todas eran jóvenes y lindas, ¿cómo podían ser tan malvadas y violentas? ¿Cuánto la odiaban que tenían que asegurarse de que no tuviera escapatoria?
Sheng Yize frunció el ceño ante las palabras de esa chica. Jian Xin'er se animó un poco al pensar que Sheng Yize estaba enojado.
—Líder Yize, ¡es mejor que te alejes de ella! Tal vez es peor que un perro rabioso. ¡No le des la oportunidad de herirte! —gritó a todo pulmón.
Lucía satisfecha y engreída ahora que pensó que se había distanciado del incidente. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación la confundió. Las cejas de Sheng Yize se fruncieron y caminó hacia An Xiaxia enfurruñado. ¡Sometió a An Xiaxia con facilidad, le quitó la navaja de la mano y la tiró al suelo por la fuerza!
—¿Eres estúpida? ¿Tienes que contraatacar si un perro te muerde? —la reprendió Sheng Yize. No era tonto y podía ver quién mentía. Además, había decidido involuntariamente que estaría del lado de An Xiaxia sin importar quién fuese el culpable.
An Xiaxia bajó la cabeza como una niña siendo castigada y estaba muy acongojada para hablar.
Los ojos agudos de Sheng Yize notaron de inmediato la herida en su mano. Sus ojos ardieron de furia cuando preguntó con dureza:
—¿¡Cómo te pasó eso!?
An Xiaxia intentó hablar, pero dudó. Su silencio irritó aún más a Sheng Yize. Simplemente dejó de preguntarle y le lanzó un paquete de toallitas húmedas.
—Límpiate. Te llevaré a casa —dijo con indiferencia.
¿Qué? ¿A casa? Las expresiones de las chicas se agravaron aún más. Una mezcla de emociones llenó los ojos de Jian Xin'er: envidia, celos y resentimiento... Con un carácter que la hacía actuar temerariamente, se precipitó hacia Sheng Yize y An Xiaxia, recogió la navaja e intentó acuchillar la cara de An Xiaxia.
—¡Perra! ¿Quién te crees que eres? ¡No eres digna de la preocupación del Líder Yize!
An Xiaxia estaba tan asustada que esquivó hacia atrás a toda prisa. No obstante, antes de que el cuchillo la alcanzara, el fuerte brazo de Sheng Yize lo detuvo.
—Mmm... pensé que recordabas lo que te dije la última vez —Sheng Yize sonrió, lo que hizo que todas sintieran escalofríos en la espalda.
Jian Xin'er tenía lágrimas en los ojos mientras Sheng Yize hablaba lentamente.
—Nunca le pego a las mujeres, pero tú de verdad me haces querer romper mi regla.
—No... no lo hagas. Sheng Yize, soy la heredera de la familia Jian. Aunque eres una celebridad, no eres más que un artista. ¿Qué te hace tan arrogante? —Jian Xin'er estaba tan nerviosa que ya no le importaba lo que decía.
El rostro de Sheng Yize se oscureció por completo.