An Xiaxia todavía no se recuperaba del todo y no había estado comiendo bien los últimos días. Su pequeño rostro estaba pálido y su mentón parecía haber adelgazado. Incluso ahora, todavía podía sentir el dolor en los huesos de su mano izquierda, así como también el de las lesiones por todo su cuerpo, que, indudablemente, eran más graves que la herida ligera de Jian Xin'er.
Sin embargo, nadie estaba dispuesto a preguntar si la habían intimidado o no. Tampoco había alguien dispuesto a investigar la verdad y descubrir cómo se hizo esa herida Jian Xin'er. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero luchó de forma desesperada para evitar que cayera una sola gota. An Xiaxia respiró profundo antes de continuar.
—Eso es genial, porque, en realidad, ya ni siquiera quiero quedarme en esta escuela repugnante. Son un montón de supuestos herederos y herederas... Un montón de profesores y líderes que no saben distinguir el bien del mal... No necesita expulsarme, ¡porque me iré voluntariamente!
—¡Jum! —la Madre Jian puso los ojos en blanco mientras que Jian Xin'er sonrió de forma sarcástica. Ding Yiyi agarró el dobladillo de su ropa con intranquilidad.
La expresión del director era aterradoramente lúgubre cuando apuntó a An Xiaxia.
—No necesitas asistir a las clases de hoy. ¡Ve a llenar los papeles! ¡En este instante!
An Xiaxia ya no podía controlarse y se secó las lágrimas con la manga. No dijo nada más de forma obstinada y se dirigió a la puerta. Abrió la puerta justo a tiempo para chocar con los brazos de un hombre alto. An Xiaxia lloró más del dolor y, cuando levantó la vista, vio los ojos de un hombre de élite que usaba lentes y que tenía una expresión tan gélida como una montaña nevada. An Xiaxia quedó perpleja.
Qué hacía ahí...
El hombre ajustó sus lentes al aire. Vestía un traje de color oscuro con una corbata hecha cuidadosamente en su cuello. Su rostro atractivo era inmutable. Volvió a ajustar sus lentes y sonrió con superioridad.
—Así que la Secundaria Qixia en realidad es un lugar turbio. Parece que la supervisión del sistema educacional falló.
—¿Quién eres? ¿¡Quién te autorizó a entrar a la oficina del director!? —exigió descontento el decano.
El hombre lo ignoró y bajó la vista hacia An Xiaxia.
—¿Dónde te hicieron daño? —preguntó con una voz profunda y baja.
El aura que emanaba era tan sofocante que An Xiaxia se rindió de forma obediente antes de darse cuenta.
—En la mano... y en varios otros lugares. De cualquier forma, ¡es indudablemente que tengo más heridas que ella! —dijo mientras apuntó a la pequeña herida en el brazo de Jian Xin'er.
El hombre volvió a ajustar sus lentes y habló con una voz fría.
—Violaron el Artículo 234 de la Ley criminal: ataque deliberado, el Artículo 246: difamación, el Artículo 293: resistencia, así como también otras leyes de orden público y de gestión de seguridad, de la ley civil y del acta de educación... Señorita Jian, ¿cierto? ¿Está al tanto de que sus acciones son suficiente para meterla a la cárcel por un largo tiempo?
La Madre Jian resopló con desdén.
—¿De dónde salió este psicópata? ¿Quién se cree que es? Además, mi Xin'er es menor de edad. ¿¡Cómo podría ir a la cárcel!?
El hombre se rio de forma sombría.
—La ignorancia en serio es algo terrible... De acuerdo con la ley china, ¡dieciséis años es edad suficiente para ser condenado por cargos criminales! Dañar a otros con semejante edad... ¡la corte la castigará como crean conveniente! ¡El proceso penal sigue la ley de la fiscalía estatal y el fiscal realizará una demanda para un juicio público en la corte de parte del país! —Cuando terminó de hablar, la habitación se sumió en silencio.
—¿Quién rayos eres? —preguntó el director con una voz temblorosa.
—¿Usted es el director? —el hombre entrecerró los ojos y su sonrisa se volvió aún más gélida—. Me gustaría preguntarle algo. Cuando este suceso de violencia escolar ocurrió, ¿la escuela tomó las medidas adecuadas y entregó una guía? ¿Llevaron a cabo sus deberes obligatorios de supervisión y regulación?
El director cerró la boca y siguió guardando silencio.
—Todos quieren que mi Xiaxia abandone la escuela, ¿cierto? ¡Los veremos en la corte! ¡Puede que tenga poco talento, pero lo que sí tengo es tiempo y estoy dispuesto a perderlo en todos ustedes! —luego, el hombre volvió a mostrar su expresión sombría—. Ah, olvidé presentarme. ¡Soy An Yibei del estudio jurídico Thousand Island!