Li Canxing estaba tan inquieta que dio un pisotón y regañó a Jian Xin'er.
—Jian Xin'er, ¡estúpida! ¿A cuántas personas que tengan el apellido Sheng conoces en Ciudad Yu?
Las pupilas de Jian Xin'er se dilataron cuando habló con un rostro en blanco.
—Sheng... ¿T-tú eres el hijo mayor de la familia Sheng?
La boca de An Xiaxia se abrió de par en par en la forma de una "O". La familia Sheng... ¿la misma del magnate que de vez en cuando aparece en las noticias financieras y la de la familia que se conoce como un imperio de negocios?
Li Canxing debía estar hablando tonteras. Se decía que la familia Sheng solo tenía un heredero esta generación. ¿Cómo podía unirse al mundo del espectáculo y estar frente a ella...?
An Xiaxia lo miró en blanco. El chico le sacaba casi una cabeza de altura y tenía un cuerpo ancho que daba una sensación de seguridad.
Jian Xin'er lucía como si le hubiesen quitado toda la inteligencia mientras que Sheng Yize habló con una voz tan fría como la de un diablo.
—Si vueles a tocar a An Xiaxia, toda la familia Jian terminará enterrada contigo —dicho eso, miró a su alrededor y todas las chicas retrocedieron—. Un hombre sabio conoce sus límites. Ella no es alguien a quien puedan herir.
—Sí, por supuesto. Ahora lo sabemos —respondieron temblando las chicas antes de huir empujándose entre sí.
Después de encargarse de esas chicas, Sheng Yize volteó con el ceño fruncido.
—Ey, ¿puedes caminar?
An Xiaxia asintió y dio dos pasos. Todo estaba bien, excepto por el lugar en el que le habían pegado, que dolía. Sin embargo, Sheng Yize la arrastró de regreso por el cuello y An Xiaxia lo miró confundida. Sheng Yize se arrodilló con un rostro inmutable y le recordó a un tsundere [1]cuando dijo:
—Súbete. Te llevaré.
An Xiaxia estaba reacia al principio, pero cuando vio a Jian Xin'er, que se había desmayado en el suelo, subió sobre la espalda de Sheng Yize de inmediato. Como su anti-fan, en realidad, no admiraba a Sheng Yize, pero era genial hacer esto solo para molestar a Jian Xin'er. De cualquier forma, ¡no era una santa!
Como era de esperarse, cuando Jian Xin'er vio que Sheng Yize accedió a llevar a An Xiaxia en su espalda, casi se pone a llorar. Mientras Sheng Yize llevaba a An Xiaxia hacia la salida del callejón, la molestó en voz baja.
—Oh, dios. Eres un poco pesada.
—¡De ninguna manera! ¡Tú eres muy débil! —An Xiaxia se resintió.
—Compañera An Xiaxia, ¿así es como tratas a tu salvador? —replicó de forma aguda Sheng Yize.
An Xiaxia se tambaleó un poco y no se atrevió a pelear más con él. En su lugar, hurgó en su mochila y le dio una máscara a Sheng Yize.
—Ponte esto. No será bueno para ti si alguien te toma una foto así.
Sheng Yize se detuvo por un segundo y luego respondió con indiferencia.
—No tengo otra mano para ponérmela.
—Ah... —An Xiaxia era lo suficientemente lista como para leer entre líneas y ponérsela.
Desde un ángulo que ella no podía ver, la esquina de la boca de Sheng Yize se curvó en una sonrisita.
El chofer estaba esperando en el camino. Sheng Yize puso a An Xiaxia en el auto y le dio una orden al chofer.
—Ve al hospital más cercano.
—¡Eso no será necesario! —An Xiaxia lo interrumpió—. Mi papá es médico y tenemos los medicamentos básicos en casa. Puedo regresar y encargarme yo misma. No es tan serio... —explicó bajo la mirada descontenta de Sheng Yize.
—Si estás bien, ¿por qué me hiciste cargarte? —se burló Sheng Yize.
—Porque tú te ofreciste voluntariamente.
—Chss, mujercita ingrata e irritante.
—¡Tú eres el irritante!
Al oír su riña, el chofer se rio por dentro. Parecía ser que el inasequible y distante Joven Amo al fin había conocido a alguien...
Mientras tanto, una voz fría y hechizante sonó en los oídos de Jian Xin'er.
—En realidad, no tenemos que encargarnos de An Xiaxia directamente...
[1] Término japonés utilizado para describir una persona que actúa con hostilidad y reserva, pero que, en realidad, es alguien cálido y amigable.