Mientras sus pasos se desvanecían poco a poco, el corazón de An Xiaxia se llenó, por una parte, por el dolor de perderse a su ídolo y, por otra parte, por el odio hacia el diablo frente a ella.
¿Disculpa? ¡Ese fue mi primer beso! An Xiaxia usó toda su fuerza para empujar a Sheng Yize y se frotó desesperadamente los labios. Estaba avergonzada y enojada cuando rugió:
—¡Sheng Yize! ¡Cómo pudiste hacer eso!
Sheng Yize estrechó los ojos para reprimir sus sentimientos. Luego, volteó para asegurarse de que Rong Che se había ido. Al ver que la estaba ignorando, An Xiaxia se enojó aún más ¡y levantó la mano contra Sheng Yize!
¡Pac! Su cachetada fue interrumpida a mitad de camino cuando Sheng Yize agarró su pequeña muñeca.
—¿Tan enojada? Es imposible que ese haya sido tu primer beso, ¿cierto? —preguntó Sheng Yize mientras levantaba una ceja.
Eso le dio justo donde le dolía a An Xiaxia. Sus mejillas rápidamente se cubrieron de rosado y, sin pensarlo, le dio una patada a Sheng Yize. Inesperadamente, no la esquivó y dejó que lo pateara para desahogar su rabia.
—¡Ey! ¿¡No me pedirás disculpas!? —An Xiaxia estaba tan enojada que sentía que iba a estallar.
Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Sheng Yize.
—Bueno... Lo siento. ¿Ahora qué?
An Xiaxia podía jurar que le daría un derrame cerebral. ¿¡Por qué esta persona, que era tan distante e indiferente en la TV, se convertía en un canalla vulgar con ella!?
—¡Hasta la vista! No, ¡no nos veamos de nuevo! ¡No te quiero ver nunca más en la vida! —An Xiaxia usó toda su fuerza para recuperar su mano, pero tiró tan fuerte que terminó tropezándose hacia atrás y golpeando la pared tras ella. Chilló de dolor y se frotó la parte trasera de su cabeza mientras gritaba—: ¡Todo es tu culpa!
Sheng Yize estaba perplejo.
—Claramente, te pegaste en la cabeza sola, ¿ok? —Al ver a la enfurecida mujercita, aclaró su garganta y cambió el tema—. ¿Así que te gusta Rong Che?
—¡Por supuesto, soy su leal fan! Jum, mi querido Rong Che es mucho más apuesto que tú. Su música es tan genial que su nuevo CD se vendió por completo antes de que pudiera comprarlo... —al mencionar a su ídolo, An Xiaxia se volvió una parlanchina al instante y se aseguró de menospreciar a Sheng Yize mientras elogiaba a Rong Che.
A Sheng Yize parecía no importarle. Solo la miró con interés antes de hacer una llamada. Luego, llevó a An Xiaxia abajo. En el ascensor, An Xiaxia se paró a una distancia de él y murmuró:
—No quiero estar al lado de un pervertido...
—Ey, escuché eso —Sheng Yize quedó boquiabierto.
An Xiaxia ensanchó los ojos y se cubrió la boca. Ahora que lo pensaba, todavía sentía que todo era culpa de Sheng Yize. Se enderezó de inmediato y dijo:
—Bah, solo me mordió un perro, eso es todo. ¡Estoy guardando todos mis futuros besos para mi querido Rong Che!
—Chss, de verdad tienes el corazón de una mujer malvada. No te tengas en tan alta estima. ¿Cuánto tendría que bajar sus estándares Rong Che para notarte? —replicó Sheng Yize de mal humor.
No podía terminar una oración sin mencionar a Rong Che. ¿Acaso sabía el tipo de persona que era su ídolo?
Herida, An Xiaxia apartó la vista y decidió no volver a hablarle.
Después de que se bajaron del ascensor, un hombre con cabello rizado amarillo se acercó a Sheng Yize y habló sonriendo.
—Aquí está lo que quería. ¿Hizo las paces con Rong Che o algo así? Nunca pensé que estaría interesado en su CD...
Sheng Yize lo tomó y respondió sereno.
—Solo lo estoy usando para apaciguar a un gato enfurecido.
Agitó el CD frente a An Xiaxia.
—¿Lo quieres o no?
An Xiaxia miró de cerca y se dio cuenta de que era el CD de edición limitada de Rong Che ¡e incluso estaba autografiado! Se estiró para tomarlo, pero Sheng Yize lo elevó en el aire. Uno intentaba tomarlo, mientras que el otro seguía esquivando. La escena lucía increíblemente armoniosa.
—Mmm... ¡Dámelo!