"Por eso es que tienes que seducirme. Hacer que te desee"
"Seducirme. Hacer que te desee"
"Hacer que te desee"
Las palabras de Sei eran como ecos dentro de una gran y complicada cueva, hacían que la cabeza de Davi casi se aturdiera. Ella estaba sin habla y débil. Su voluntad en darle su cuerpo ya estaba destinado en su mente y corazón, sin embargo, ella no esperaba algo como esto de todas formas. Que ella sería la única que hiciera este "movimiento" en él.
Ella estaba completamente desconcertada. Se había vendido y casado cruelmente, ya había utilizado todo el valor que le quedaba para darle su cuerpo. Ya no había casi nada en ella y otro desafío se le había presentado. Ella no tenía experiencia; nunca había estado en una relación antes. No tenía idea. Estaba asustada ¿y qué si no lograba que él la deseara? ¿qué pasaría si fallara en seducirlo? ¿qué le haría a ella y su hermano?
Un mar de "y qué pasaría" cubrían los ojos de Davi. Ella era fuerte y confiaba en su fuerza. Incluso ella podía llegar al límite del infierno si eso era lo que él quería, pero ella no tenía confianza en su habilidad para seducir a un hombre. Estaba segura que escalar el Monte Everest sería más fácil que seducir a un hombre que nunca en su vida había sido seducido por un hombre o por una mujer. Se sentía preocupada, insegura de que tendría que hacer a un hombre, quien básicamente no estaba interesado en los seres humanos, desearla.
Al mismo tiempo, estaba confundida. La primera que cosa que le habían preguntado era si era virgen o no. Por lo tanto, ellos sabían que no tenía experiencia. Entonces, ¿por qué?
—Si… ese es el caso, entonces ¿por qué no buscaron una persona con más experiencia?
—Ya lo hice. La experiencia no tiene nada que ver con esto.
Davi se mordió sus labios. Si una mujer experimentada falló en seducirlo, entonces ¿acaso no sería más inútil para alguien como ella?
—Amm…porqué no solo… quiero decir, escuché algo de…unas drogas…o eso que llaman FI..V?
Luego de haber dicho esas palabras, una vez más Davi agarró la manta y se cubrió tan rápido como un rayo. Eso era porque el hombre ante ella ardió de nuevo. Y esta vez, su aura era diez veces más oscura haciendo que su cuerpo se estremeciera de miedo como si un fantasma muy real hubiera aparecido frente a su rostro.
Ella estaba muy asustada. En ese momento, estaba ahora segura que este hombre está realmente peligroso. Nunca había estado asustada por ningún hombre más que este.
Mientras tanto, Sei se dio cuenta que la chica a su lado estaba temblando de miedo. Y aun así, se forzaba a hablarle.
—Perdón— expresó ella. Su voz era suave y ronca pero suficientemente fuerte, que hizo que Sei se calmara de inmediato.
—Dime, ¿realmente quieres que utilice una droga contigo?
Su pregunta fría hizo que Davi se diera cuenta cuán tonta era su idea. Luego ella tembló en vergüenza tan solo de pensarlo. Al mismo tiempo, estaba contenta de que este hombre, a pesar de su monstruosa y misteriosa aura, parecía como si él ni siquiera lo tuviese considerado hacer.
—Lo siento m…mucho. Por favor, olvide eso. Haré lo mejor que pueda…para seducirlo.
—Bien. Y esa FIV, ni siquiera lo pienses de nuevo.
Davi podía sentir su inmenso odio hacia esa idea del FIV. Estaba segura que no era un tema simple para él. Casi sintió como si fuera una palabra tabú para él.
—Mmm…puedo pedir que me des…algún tiempo para…incluso un día está bien— Davi no podía continuar lo que quería decir. Quería tener tiempo para procesar lo que se le venía, investigar y aprender la ciencia de seducir a un hombre. Porque ella no era el tipo de chica que se lanzaría a luchar sin un arma.
—Estoy viajando al extranjero mañana. Puedes tener el tiempo que quieras. Eso sí, te advierto, ni siquiera pienses en romper las reglas mientras yo no esté.
El hombre enmascarado habló como si ya supiera lo que ella quería, luego tomó la venda de las manos de Davi. Luego envolvió cuidadosamente los ojos encantadores de la chica con la venda roja mientras la chica se sentaba, increíblemente tensa, a través de todo ese proceso.
Posteriormente, Sei miro fijamente a su esposa vendada y no tenía palabras para describirla.
—Ahora duerme— dijo mientras se quitaba la máscara. Davi solo podía imaginar lo que él estaba haciendo hasta que escuchó algo lentamente dejaba en la mesa al lado de él. Ella sabía que era su máscara.
—B…buenas noches— le dijo, pero el hombre no respondió. Solo se acostó silenciosamente, y Davi hizo lo mismo.
…
Era pasada la media noche, pero Sei decidió salir de la cama. Cuidadosamente, quitó el ligero y suave brazo de su esposa, que violentamente abrazaba su cuello como si tratara de estrangularlo. Podía sentir su lenta respiración, indicando que estaba profundamente dormida.
Encendió la luz y se sentó, silenciosamente miraba la cara durmiente junto con su increíble postura de dormir. Ella no era tan dama después de todo, dormía de una manera en que parecía que no quería nada más que monopolizar la gran cama, como si fuera su territorio personal.
La venda de hecho…era inútil. Ya estaba en su cuello. Sei no esperaba que la chica fuera tan salvaje cuando durmiera. Ni siquiera pudo dormir con todos sus movimientos violentos y repentinos.
Sus ojos se destellaban misteriosamente, pensando en que ella era una extraña criatura. Ella estaba durmiendo sonoramente, sin preocuparse del mundo y aun así le daba un tiempo difícil, incluso sacándolo de su propia cama. Sus hermosas cejas se fruncieron debido al hecho de que ni siquiera estaba enojado después de todo. Sorpresivamente, era tolerante a sus supuestos inolvidables modales. Algo que no le había pasado nunca antes.