—Uhm... ¿puedo solo confirmar algo? —Davi nuevamente rompió el largo silencio. No sabía nada sobre su esposo. La única cosa que le había dicho era su nombre ¡y ni siquiera sabía si era verdad o no! De todas formas, Davi no quería pensar en su identidad en este punto, esperaría al que él le diera la oportunidad de conocerlo, si es que lo hacía. En este momento, tenía cosas mucho más importantes que hacer.
Estaba pensando en el tercer paso de su lista. Pensó que quizás estaba actuando demasiado rápido, sin embargo, sabía que no podía perder ni una sola oportunidad si esta se le presentaba. Hace unos días, las criadas le dijeron que su esposo rara vez iba a la casa, hasta el punto de que podía desaparecer por un año. Esto causó que Davi se inquietara un poco, por ende, reacomodó sus planes para tomar la ruta más rápida para ganárselo.
"Paso 3: Salir con él"
Davi estaba segura que este paso era bastante arriesgado. Estaba consciente de la falta de interés en todo por parte de él. Era un hombre que estaba casi desprovisto de todos los deseos humanos. De todas formas, necesitaba salir con él y llevarlo a un lugar donde fuera fácil crear algo significativo, un lugar donde ella estuviera cómoda y así pudiera llevar a cabo sus siguientes movimientos de forma natural.
—Dime.
—Bueno, además de ver tu rostro, yo... ¿Puedo hacerte lo que quiera... cierto? Ah... me refiero a que... puedo invitarte a salir cuando quiera... o tocarte... o... cosas así.
Davi estaba teniendo un momento difícil. Se sentía como si fuera una campesina hablándole a un príncipe tirano. Estaba nerviosa y no podía relajarse del todo cada vez que dirigía una palabra hacia él. Le quería preguntar por qué diablos estaba emitiendo un aura tan fría y aterradora incluso cuando solo estaba comiendo tranquilamente. Quería que se ablandara, se deshielara un poco, pero por ahora solo rezaba para que salieran, así podría por lo menos aprender a acostumbrarse a él y ser capaz de hablarle normalmente. O si no, sus planes nunca se llevarían a cabo perfectamente.
—Depende de la situación.
—Te refieres a... ¿mientras no estés ocupado?
—Se podría decir que sí.
—Entonces... ¿puedo invitarte a una cita?
Sei una vez más levantó la cabeza y la miró. Como un gobernante despiadado, examinó cada expresión de ella como si intentara descubrir algo.
Sin embargo, solo podía percibir la misma fiera determinación en los ojos de la chica sentado frente a él.
—¿A dónde? —expresóél con calma.
—Ahh, no tienes de qué preocuparte. Puedes seguir usando tu mascara. Ya tengo un plan.
La expresión de la chica de repente se transformó de estar tensa a entusiasmo absoluto. Davi podría decir que estaba comenzando su plan de acción y no estaba perdiendo el tiempo en llevarlo a cabo. Sin embargo, Sei se dio cuenta de su impaciencia, como si estuviera cerca de una fecha límite, lo que lo hizo fruncir el ceño sutilmente.
—¿Cuándo? —le preguntó.
—¿Estás libre mañana?
Por alguna razón desconocida, Sei extrañamente quería darle una respuesta de inmediato. Entonces deslizó rápidamente la mano en su bolsillo y le marcó a un número en su teléfono.
—Zaki, ¿tengo algún evento importante al que asistir mañana?
—¿Eh? ¿Por qué lo preguntas?
—Solo. Respóndeme. —La voz de Sei se oyó tiránica al instante, haciendo que la chica en frente suyo sintiera escalofríos. Zaki, al otro lado del teléfono, solo pudo tener una imagen de cómo lucía su rostro en ese momento, lo que lo hizo sonreír de forma traviesa.
—Bueno, bueno. Uh... hay uno importante. ¿Recuerdas la reunión con el único heredero del grupo ShinMeng?
—Arréglatelas con él.
—¿Eh? ¡Espera, Sei!
Sei colgó y luego miró a la chica en frente suyo, ignorando al hombre al otro lado del teléfono.
—Estoy libre —dijo, repentinamente derritiendo la espalda congelada de Davi que le sonrió deslumbrante.
Mientras tanto, la expresión pálida y perpleja de Zaki se convertía en una de eterna curiosidad. Quería saber qué diablos había hecho cambiar de idea a Sei. Él era el que estaba ansioso esperando el día de mañana. Él fue quien dijo que quería ver a ese hombre testarudo, pero ingenioso para poder convertirlo en uno de sus fieles peones. Entonces, ¿qué diablos le había pasado a este hombre que siempre priorizaba sus planes antes que nada? ¿Había encontrado Sei a otro peón mejor que el heredero de ShinMeng sin que él lo supiera? ¡Imposible!
….
Sei estaba en una habitación oscura y levemente iluminada cerca de un ventanal. Mirando hacia abajo el verde jardín, tranquilamente observando la delgada figura de una chica jardineando como una profesional.
—¡Sei! ¿Qué diablos me acabas de decir por teléfono? —La fuerte voz de Zaki abruptamente hizo eco en la habitación mientras se apresuraba hacia Sei. Su bello rostro estaba lleno de asombro.
—Me invitó a salir.
—¡G-guau! ¿Q-qué? ¿de verdad?
Los ojos de Zaki se abrieron. Estaba impactado. No por la noticia de que Davi lo había invitado a salir, sino porque Sei ¡realmente priorizó el plan de alguien más antes que el suyo por primera vez en su vida! Simplemente no podía creerlo. ¿Qué diablos? ¿qué me hizo pensar que un simple peón podía cambiar su opinión fría como el hielo? Espera... ¿había vuelto finalmente la reina perdida? ¡Santo cielo! ¿el fin de la era de hielo estaba cerca?