Abajo.
Sei estaba sentado como un príncipe tirano dentro de una habitación silenciosa y oscura. Miraba la luna desde la ventana, sin emoción, sosteniendo una máscara en sus manos.
—¿Y? ¿Cómo fue tu primera noche con ella?
De repente enunció un hombre detrás de él, rompiendo el inminente silencio.
—Un desastre.
—¡Pffff! ¡Jajaja! El hombre no pudo evitar reírse. Literalmente estaba entretenido con la descripción de Sei en una palabra sobre su primera noche con su esposa.
Caminó cerca de él y la luz de la luna hizo notar su rostro. Era aquel guarda espaldas, llamado por Davi, Sr. Chen. Sin embargo, el momento en que Sei vio su cara, lo miró de inmediato con una aguda y mortal mirada.
—Ya, ya, me la estoy sacando.
El hombre tocó su cuello y luego de un rato, se sacó algo que parecía una…máscara. En un corto tiempo, el chico que parecía soldado de repente se convirtió en un hombre con una impresionante hermosa cara, pálida como el papel, como si fuera un…vampiro. Su piel y rasgos de la cara eran exactamente como las de un vampiro donde cualquiera que lo viera pensaría que los vampiros son reales y era su gran príncipe perdido.
—Tu esposa estaba muy cómoda con esta cara, me llamó"Sr. Chen"— suspiró mientras miraba la máscara en su mano —Entonces, ¿cómo es ella?, ¿hablaron normalmente?
—Ella es rara. Sí, preguntó si era gay.
—¡Pffff! ¡Jajaja! ¿En serio, dijo eso? Espera…no la heriste por eso, ¿cierto?
—Extrañamente, no me pude enojar con ella de todas formas.
La respuesta de Sei hizo que el hombre con aspecto de vampiro se quedara sin habla, de buena manera. Lucía como si estuviese feliz y orgulloso de sí mismo.
—Dime Zaki, ¿por qué la elegiste?
—Bueno…eh, por cómo luce… por supuesto…mi instinto me dijo que definitivamente te gustaría.
La respuesta de Zaki era una obvia mentira. Sei podía decir que no estaba dispuesto a decirle la verdad. Él sabía que Zaki nunca le escondería nada si no fuera por una seria razón.
—Si persistes en resistir responderme la próxima vez que te pregunte, te mataré.
La voz de Sei era como una piedra congelada. Sin corazón y fría. Pero Zaki aún sonreía malintencionadamente como si estuviera listo para esperar otra palabra.
—Ya, ya entendí. Te diré en el momento correcto.
…
Sei ya se había ido cuando Davi despertó. El hombre que ella conoció, Ryou, y ese adolescente chico, YiJin también, junto con el guarda espaldas que ella llamaba Sr. Chen. Era como si cualquier rastro de su existencia, rápidamente desaparecieran junto con ellos.
Davi estaba desconcertada. Ella no podía creer que había dormido sonoramente y muy cómoda toda la noche al lado de su misterioso y frío esposo. Ella esperaba dormir desde ahora en adelante privada ya que siempre había tenido problemas para dormir en lugares externos, mucho más dormir con una persona misteriosa que recién había conocido. Aun así, pasó todo lo contrario. ¿Había sido porque estaba cansada?
Todo acerca de su esposo, Sei, era muy intrigante, pero ella solo podía tener una silenciosa y compleja expresión en su rostro.
—Joven señorita, esto le dejó el joven amo para usted.
El anciano mayordomo, Sr. Gou, era la única persona en la gran y gris mansión. Davi miró la elegante tarjeta plateada como un vaso de vidrio en su mano. La tomó lentamente frunciendo el ceño.
—¿Esto es? — miró de manera extraña al hombre.
—Oh, eso es…puede utilizar eso para gastos personales, joven señorita. Puede conseguir lo que quiera con eso— La cara del hombre anciano la miró placenteramente con el rostro brillante mientras le sonreía.
—Mmm.. gracias. Pero, ¿dónde está?, digo, el…¿Sei?
—Lo siento señorita, pero el amo se retiró hace unas horas.
Davi solo podía apretar sus labios fuertemente después de haber escuchado al hombre.
—¿Cuándo volverá?
—Me temo que no puedo decir cuándo. Incluso no sé a dónde fue y cuándo volverá a casa de nuevo.
El hombre anciano parecía compungido, haciéndola sentir incómoda. Pero ella trató de mostrarle que ella podía con eso, lo que hizo que el hombre se sintiera aliviado.
El hombre llevó a Davi a una larga mesa de comedor llena de exquisiteces lujosas como si estuviera sirviendo a una princesa. Solo pudo parpadear sus ojos cuando se sentó en la silla sola, mientras que el mayordomo y la sirvienta estaban parados sin expresión es la esquina, como si fueran invisibles.
Ella trató de animarlos a que comieran con ella, pero notó de inmediato que era inútil. Por lo tanto, comió su desayuno sola, sintiéndose triste, como si estuviera sola en el mundo.