Quedé shockeada con la noticia. No me esperaba que ese tal Cedric fuera miembro de la familia de Ivanhoe. Pero si su propia sangre pudo traicionarlo, nada me garantizaba que lo mismo no iba a ocurrirme.
Hércules me saca a dar una vuelta y vamos a Central Park. Donde nos sentamos juntos, él se apoyó en el tronco de un árbol y luego me paso un brazo alrededor de mis hombros. Me atrajo hacia su pecho y yo no me resistí mucho que digamos.
Aún tenía muchas ganas de poder ganar a mi propia ignorancia y vengarme de Ivanhoe, y al parecer de Cedric.
-- Por qué quieres vengarte, Hércules?-- le pregunté curiosa, recordando que no tan sólo yo quien tenía motivos para hacerlo.
-- Él me robó a la persona que me era demasiado importante para mí-- me di cuenta que se había puesto tenso y no quise entrar en detalles.
-- La conocí?-- pregunté temerosa de saber si no la habré matado y haberlo olvidado.
-- Sí y no-- no me gustó su respuesta--. Menos mal que nos fuimos de casa-- y note como cambiaba rápidamente de tema.
-- Pasó algo para que te alegres de estar alejado de ahí?-- pregunté aceptando que cambiará de tema.
-- Mi padre viene a verme y yo porque soy un rebelde, no quiero verlo-- y se encoge de hombros.
Me parecía algo raro de que no haya querido ver a su padre, por más que hayan pasado a rangos mayores hasta intercambiar puñetazos, un padre siempre iba a querer lo mejor para su hijo. Eso es lo que me brindo por siete años, cuando Macbeth había fingido ser mi padre, pero lo entendía.
Quería saber el por qué.