Una mujer hace acto de presencia y tenía una expresión enojada. Tenía los contraídos y a pesar de ser una amenaza, era tan hermosa.
De nuevo el hambre se apoderó de mí, y los pequeños colmillos se dan a conocer.
Aquella mujer se sorprende, ya que era muy raro que los vampiros se mordieran entre sí.
Aparece otra persona y ésta es un hombre, de mucha altura.
Me moví y con su arma me sigue. Clave las uñas en la cosa negra y su sangre azul empieza a caer.
El hombre me dispara antes de que yo clavará las uñas.
El velo se cayó y ellos dieron marcha atrás, asustados por la forma de la monstruosidad. Hasta Hércules reaccionó igual que los humanos.
Mi lado asesino se da a conocer. Gruñí como un animal que fue molestado por algo. Mis ojos se quedaron viendo a esa cosa.
Me moví nuevamente y está vez, esa criatura me agarra la pierna y me tira a lo lejos.
Mi cuerpo reaccionó igual a un gato. Caí de pie y volví al ataque. Está vez logré clavarle los colmillos y succione hasta que dejó de existir.
Las heridas provocadas por los humanos empezaron a sanar.
Hércules se acerca más hacia a mí:
-- Estás bien?-- me pregunta, y lo noté un poco asustado.
-- Esto no es nada-- me encogí de hombros--. Y tú?, estás bien?
-- Sí, eres demasiado cabezota, Becca-- y me sonríe.