Hércules era una especie de hermano, el único que realmente estaba intacto en mi memoria luego del accidente.
Hércules nunca trato de encontrar alguna respuesta al misterio. Y eso me tranquilizó mucho, ya que no deseaba saber cómo habría lastimado a mi hermano mayor.
Él me llevo a un lugar en el cual me sentía que estaba segura y a salvo. No había mejor lugar donde uno podría reconstruir cuando uno estaba destrozado.
Él tenía un alto sentido del deber y de la ley, pero cuando se trataba de mí, él parecía olvidar de sus códigos morales. Debía protegerme incluso de la ley que tanto amaba.
Él se sentía feliz, muy feliz de volver a tenerme en su casa.
Él me consentía y no le pregunté cómo sabía que estaría de nuevo en el país donde tuve el accidente.
Tenía entendido que él solía gastarme muchas bromas en el pasado. Nunca lo tuve como un bromista, con su expresión siempre seria.
Él me miraba con satisfacción al ver que estaba observando la casa y estudiándola. Siempre le había gustado mucho mi curiosidad, aunque la misma me metía en numerosos problemas.
Le suena el móvil y estaba molesto.
-- Debes volver al trabajo, verdad?-- le pregunté, y no traté de ocultar mi desilusión, era algo inútil hacer eso al frente de Hércules.
-- Lamentablemente sí-- y él parecía desilusionado también--. Prometo terminar cuanto antes el trabajo.
-- Okay-- y me encogí de hombros, tratando de quitar el hecho de que no iba a ponerme al tanto.
Antes de irse, siempre tuvo la manía de darme un beso en la frente. Y está vez no me decepcionó.
Al irse, me apoye contra el marco de la puerta de la cocina y tenía los brazos entrecruzados y me preguntaba el hecho de qué él nunca tuviera una mujer rondando a su alrededor, poniéndose celosa ante mi presencia. Sabía que él rondaba por los cuarenta, y aún conservaba un buen físico que a más de una atraía.
Suspiré, y fui hasta el mercado para comprar los ingredientes de la cena.
Hércules al llegar a su despacho, fue seguido por un detective de su comisaría.
-- Algo pasó antes?-- pregunta su subordinado, asombrado que el capitán pudiera sentir la capacidad de sonreír por un momento.
-- Cómo está el caso contra los Stokers?-- refiriéndose a Ivanhoe, Brión y Rowina.
-- Aún nada-- y le entrego unos papeles antes de seguir con su trabajo.
Él suspiro al ver el alto de los archivos que tenía que ver. Pero antes de hacerlo, vió la fotografía que siempre había acompañado desde que asumió el cargo.
Sonrió al recordar ese día. Era una hermosa joven, con un bonito vestido de novia virgen y estaba mirándolo con ojos risueños.
Sip, estaba contento, ella había vuelto a casa y no iba a permitir que se le volviera a escapar.