Estaba en la cama y sentí como un enorme brazo rodeaba mi cintura, atrayéndome más a su cuerpo. Me di la media vuelta y sentí su aliento en mi frente.
-- Deberías ir a trabajar-- le dije y me pegue más a su cuerpo.
-- Podría decir que no me siento bien y pasar el día contigo-- y me da un beso sonoro en la cabeza.
-- No te hagas el blandete, debes ir para que yo también pueda ir-- y subí el rostro, buscando sus labios.
-- Deberías también faltar-- y se encima sobre mí.
Desperté después de haber soñado eso. Supe que era un recuerdo donde fui feliz.
Seguía en el sillón del estudio de Hércules. Me avergonce en haber invadido su lugar.
Aparece un brazo masculino rodeándome como en el sueño. Me di la media vuelta y el hombre que estaba a mi lado era Hércules.
Lo estudié de ojo y descubrí que se parecía un poco cansado. Las líneas de su cara mostraban signos de preocupación. No sé por qué, pero me hizo sentir un poco incómoda. Deseaba aliviarle lo que le acomplejaba.
Frunció el ceño de manera graciosa y no pude lograr no sonreír.
Le puse el dedo en el medio del ceño y lo masajee.
Vi como empezaba a relajar y a sentirse cómodo. Parecía que lo estaba disfrutando.
Sonreí y supe enseguida que algo parecido ya había vivido. Una lágrima salió y me la saque enseguida. No me gustaba recordar pequeñas cosas y no todo un paronama.
Hércules abrió los ojos y me miró con una calidez que nunca desaparecía.
-- Qué tal si empezamos el día con el desayuno?-- le pregunté devolviéndole la mirada.
-- Déjame peinarme y estaré listo para llevarte a desayunar-- musita.
Me paré y caí en la cuenta de que tenía puesto el pijama. Me entré a reír y Hércules no dejó de pensar que me veía encantadora.
Caminé hacia a mi cuarto y antes de entrar lo ví, estaba triste por algo y eso fue lo que me preocupo.
-- Antes de perder la memoria, hice algo que te lastimó mucho?-- pregunté, y evité bajo cualquier circunstancia no mirarlo a los ojos.
-- No, siempre fuiste de esa manera--" sólo desapareciste", pensó para sus adentros--. Por qué lo preguntas?
-- Porque te ves triste, y me dolería mucho saber que la causante fui yo-- lo miré a los ojos.
Él había ido a su trabajo, por lo que me dejó en casa. Entre a través del wifi, a mi correo electrónico y le envíe un mensaje al tío Jekill.
Sabía que él respondería en el fin de semana, ya que eran esos días cuando bajaba al pueblo.
Limpié la casa, hice la colada.
Hércules jamás llegaba tarde sin avisar, él siempre llamaba y me daba un tiempo aproximado de lo que tardaría.
Así que salí en su busca. El aroma que él poseía era único. Al parecer papá me había dado un par de habilidades como haber desarrollado un poco más el sentido del olfato.
Mientras más me acercaba, su olor se intensificaba. Me detuve, un par de hombres lo tiraron en una trafic y estaban por cerrarla.
No sé cómo llegué hasta ahí sin ser detectada.
Lo agarre y le pellizque la mejilla y no se despertaba. Puse mi oído en su pecho y su corazón aún sonaba bien.
Sentí calor, escuché que estaban prendiendo fuego a la trafic.
Saque la alfombra del piso y con una fuerza inhumana la destroce y llegue a romper la parte metálica y el pavimento, dónde estaban las alcantarillas.
Agarré el cuerpo de Hércules y con él, me tiré hacia abajo.
Ví que su boca salían un par de colmillos y supe que era un vampiro.
Abrí un poco la camisa, expuse mi cuello, acerqué su boca y deje que se alimentará de mi.