No sé por qué sentí euforia. Era como si tuviera un instinto animal de cazar como los animales. Mataba igual que ellos, lo único malo de todo esto era que yo no sentía placer al arrebatar una vida como la mayoría del ser humano hacía.
El olor se perdió, ya que al parecer habían echado agua al rastro.
Me concentre mejor y empecé a buscar por mi alimento. Las cosas viscosas siempre estaban presentes ante esa clase de hombres. Con la ayuda de la memoria olfativa y esta nueva habilidad, me ayudaron a rastrear un poco más.
Estaba por continuar con la cacería, cuando el brazo de Hércules me detiene.
-- Qué estás haciendo?-- pregunta cuando me llegó a un lugar a "salvo".
-- Es mejor que no lo sepas-- le respondí, mi lado animal estaba despierto y no quería que él lo viera.
-- Será mejor que regresemos-- y estaba por sujetarme, lo esquive.
-- Hazlo sólo-- y caminé hacia atrás para tener algo de distancia--. Debo hacer esto.
-- No lo harás-- e impide que siguiera poniendo distancia entre ambos.
-- Sí, debo hacerlo. Ellos intentaron matarte y eso no puedo tolerar-- lo miré con mis ojos de depredador--. Ellos van a pagarlo.
-- Lo harán de acuerdo a la ley-- y se sintió atraído por el lado peligroso que emanaba.
-- Ellos...- me interrumpí cuando él se acercó más a mí.
Pone los brazos en ambos costados y me clava los ojos en los míos.
"No", grité en mi mente. El hambre se había identificado y empuje a Hércules para alejarlo de mi. Sino habría bebido su sangre.
Volvió a acercarse a mí y me besó.