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Chapter 31 - Capítulo 31: Ciudad Piedra Profunda

Como una de las ciudades más concurridas del norte de Paphield, Piedra Profunda tenía una característica que la diferenciaba de las demás ciudades. Debido a la enorme fosa que había debajo de la ciudad, Piedra Profunda era originalmente una ciudad pequeña, pero después de que se descubrieran y excavaran varios recursos naturales en la fosa, se convirtió en una bulliciosa ciudad minera. Por lo tanto, toda la ciudad de Piedra Profunda se construyó sobre el foso.

Si uno observaba la distribución de Piedra Profunda desde arriba, la ciudad era como una decoración de pared anversa ubicada en la parte superior del foso cónico, se veía pequeña y discreta. Pero el interior del pueblo la convertía en una ciudad impresionante. El ancho de la carretera era de al menos cuatro carruajes, y esos agujeros que la gente asumía que eran cuevas, en realidad eran grandes cavernas que servían de hogar a las personas. En Ciudad Piedra Profunda, cada casa, forma y objeto se complementaban entre sí para formar una experiencia visual que cada visitante recordaría claramente.

Al igual que otras ciudades, Piedra Profunda también tenía segregación pública, que se dividía desde la parte más alta hasta la más baja de la ciudad. El distrito noble estaba ubicado en la parte superior, donde los nobles podían disfrutar del sol y bañarse en el fresco río y, en general, vivir cómodamente. Luego estaban el distrito comercial y el distrito residencial, que ocupaban las tres capas inferiores al distrito noble. Por último, la capa más baja era la de los barrios pobres. Allí, la gente no solo vivía en oscuridad perpetua, sino que también había escasez de necesidades básicas. Incluso había rumores de que los demonios podían comerse tranquilamente a alguien en las profundidades de los oscuros agujeros. Solo las personas desesperadas o los mineros especializados entraban en los oscuros agujeros de la ciudad.

—Ciudad Piedra Profunda...

Cuando Matt bajó del carruaje, su expresión se tensó. Se quedó de pie junto a la carretera mientras contemplaba la oscuridad que tenía en frente, a poca distancia. Un enorme y colosal pozo se extendía de punta a punta, y Matt no pudo evitar soltar un suspiro.

—Aunque he venido muchas veces, cada vez que veo la ciudad, no puedo evitar suspirar. Que el Espíritu Santo me bendiga, realmente no puedo creer que alguien haya sido capaz de excavar un pozo tan enorme e infinito.

Matt se lamió los labios con asombro y se volvió hacia Rhode, que estaba parado a su lado, antes de continuar.

—Sr. Rhode, ¿ha escuchado que en esta ciudad, incluso los mineros más viejos no saben lo que hay dentro de este enorme hoyo? De verdad es un misterio, algo maravilloso. Quiero decir, después de todo, ellos fueron quienes cavaron el pozo, ¿cierto? Pero al final, ni siquiera saben qué hay dentro. Es difícil de imaginar, ¿no es así?

—En efecto, es así—Rhode asintió, pero no siguió hablando. Por supuesto, a diferencia de Matt, él sí sabía qué había en el fondo. Era uno de los 10 secretos más importantes del continente Dragon Soul. La gente normal no se arriesgaría para descubrirlo. Pero a los jugadores no les importaba morir. Si podían resolver el misterio, entonces no importaba que murieran cien veces.

Pero a veces el precio no vale la pena.

Después de entrar a la ciudad, la primera impresión que se llevó el grupo fue de silencio. Al contrario de lo que esperaban de un bullicioso centro minero, cada centímetro de la ciudad que los rodeaba estaba en silencio, y lo único que lo rompía era un tintineo de hierro mientras el carruaje avanzaba.

A diferencia de Matt, a Rhode no se fascinaba por la magnificencia de este pueblo minero. Solo miraba hacia el cielo azul, sus ojos fijos en las distantes montañas. Como si su visión pudiera atravesar las rocas, veía el castillo de la Ciudad Dorada descansando en el Lago de las Hadas, y también a la persona que vivía allí. Era «esa persona», esa figura esbelta y encantadora, pero fuerte.

De repente, Rhode parecía haber vuelto a la época en que los últimos rayos de luz solar trepaban por las colinas manchadas de sangre. Bajo el tenue sol de la tarde, una persona vestida con una hermosa armadura estaba arrodillada en el suelo, con cien mil soldados de pie delante de ella.

La puesta de sol carmesí, manchada de sangre, trazaba su silueta. Cuando bajó la cabeza, su habitual cabello dorado, brillante y bien cuidado, había perdido su grandeza al ondear desordenadamente en el viento, y la brisa hacía que las plumas rotas de sus alas blancas y puras se mecieran con suavidad. Sin embargo, no hubo vacilación en sus ojos cuando volteó hacia Rhode. Sus pálidos labios estaban ligeramente separados, revelando una brillante sonrisa.

«¿Ah, sí? Muy bien...»

Se susurró a sí misma, y luego cerró los ojos.

De repente, todo estaba envuelto por la oscuridad.

Por segunda vez en su vida, Rhode encontró su meta. Y en ese momento, decidió firmemente renunciar a su identidad de jugador libre y crear una hermandad. Con ese cambio de mentalidad, comenzó a modificar todo el mundo del juego. Eventualmente, logró alterar las tres eras usando sus propias manos. Pero no estaba satisfecho porque, en lo más profundo de su corazón, había un dejo de remordimiento.

Pensó que había perdido toda esperanza de compensarlo.

Pero ahora había aparecido una nueva oportunidad de arreglar las cosas.

Rhode sabía qué le ocurriría a este continente. Sería una catástrofe sin precedentes para todos los seres vivos. Incluso ahora, mientras todo parecía estar tranquilo y sereno, sabía que solo era la calma antes de la tormenta. Breve y frágil, como caminar sobre una fina capa de hielo, esta paz puede ser destruida en cualquier momento por el caos.

Pero Rhode no tenía prisa. Sabía que era inútil estar ansioso. Desde este punto en adelante, si todo iba de acuerdo con la historia que él conocía, entonces todavía quedaría aproximadamente uno o dos años de estabilidad. Era tiempo suficiente para completar sus preparativos. Después tendría que considerar cómo sobrevivir en la calamidad.

Si pudiera, no usaría este arriesgado método, pero comprendía lo terrible que era la calamidad y no todo el continente del Alma de Dragón podría escapar de la catástrofe. Sería mejor que tomara algunas medidas antes de enfrentarla.

Volviendo al presente, Rhode se puso la capa y escondió su cara. No importaba si era el mundo real o virtual, de todas formas su apariencia facial traería problemas con facilidad. Así que era mejor si evitaba por completo mostrarla.

—Sr. Rhode.

En este momento, Ben trajo a sus dos hombres y a la gorda señorita hasta donde estaba él. Tal vez porque había regresado a su territorio, su actitud era más segura que antes.

—Es gracias a usted que pudimos llegar a tiempo.

Los ojos de Rhode vieron a las personas que estaban detrás de Ben.

—Ella debería estar bien, ¿cierto? —Notó casualmente la palidez de su rostro.

Al escuchar la pregunta de Rhode, Ben solo pudo revelar una indefensa sonrisa.

—La señorita está bien. Es solo que todavía está en shock. La Srta. Lize ya la había curado, así que no hay ningún problema físico.

Luego Ben dudó por un momento, pero igual levantó la cabeza y continuó:

—Esto... ¿Tiene tiempo ahora? La señorita quiere que visite su casa para recompensarle por haberle salvado la vida.

—Todavía tengo algo que hacer, así que no los molestaré más —Rhode negó con la cabeza y rechazó la invitación de Ben—. No hay problema.

—Ya veo... —Al escuchar a Rhode responder de esta manera, Ben se sintió incómodo. Helen, que estaba parada detrás de él también se sintió decepcionada, pero nadie vio su expresión.

Aunque su poder no era algo notable, como capitán de la guardia, su habilidad con las palabras era decente. Como Rhode ya había trazado claramente la línea, no intentó forzarlo más y finalmente reveló una expresión relajada. A pesar de no haber pasado mucho tiempo con Rhode, la presión que sentía cuando estaba con él no era poca. Temblaba todo el día, temiendo decir algo mal. Ahora que la fuente de su presión estaba a punto de irse, por supuesto, no cavaría su propia tumba obligando a Rhode a quedarse.

—Dado que ese es el caso, entonces le deseo un agradable viaje. Cuando regrese, informaré al amo de este asunto. Creo que ciertamente estará agradecido por su ayuda.

Después de terminar su oración, Ben y la regordeta señorita se marcharon rápidamente. No fue hasta que la distancia que los separaba se alargó que Helen volvió a mirar a Rhode. En ese momento mostró una repentina expresión enojada.

—Eres un hombre estúpido. ¿No dijiste que lo llevarías a casa y le dirías a papá que lo castigara?

—Señorita, ahora no es el momento de decir esas tonterías —frente a esta obstinada niña, Ben solo pudo obligarse a sonreír—. Usted y yo sabemos lo fuerte que es ese hombre. ¿Y si algo nos pasara si lo molestamos?

—¡Pero se atrevió a pegarme! —Helen pisoteó con furia y apretó los dientes. No se atrevía a enojarse frente a Rhode, pero ahora que ya se había ido, no pudo aguantarlo más.

—¡Ni siquiera mi padre me había golpeado antes!

Ben solo pudo sacudir la cabeza con impotencia ante las palabras de Helen. Ya no quería involucrarse más con Rhode. Aunque no tenía clara la diferencia de fuerza que había entre Rhode y la familia Keller, no quería crear ningún problema a propósito. Ni siquiera si la señorita estaba infeliz haría algo al respecto.

—Bueno, me aseguraré de acabar con él la próxima vez —miró ferozmente a Rhode mientras anunciaba su disgusto. Al mismo tiempo, fue como si Rhode hubiera escuchado lo que había dicho, y se volteó para mirarla de nuevo. La cara de Helen palideció al instante y se tapó la boca sin darse cuenta. Ben también se dio la vuelta rápido y caminó hacia adelante.

—Es hora de irnos, señorita. Si no regresamos antes de que el amo llegue a casa, habrá más problemas.

—Ah. Eh, sí, sí. —Al escuchar esto, Helen también estuvo de acuerdo. Todavía le tenía miedo a Rhode. Cuando notó que se había volteado, se tranquilizó lentamente y se alejó con prisa.

—Sr. Rhode, hemos llegado.

Al escuchar el aviso de Lize, Rhode se dio la vuelta y la vio parada frente a él, nerviosa. Después de un momento, abrió la boca y le preguntó:

—Esta es tu última oportunidad, Lize. Puedes elegir no aceptar.

—No, señor Rhode —pero Lize negó firmemente con la cabeza y le devolvió la mirada con una emoción complicada—. He estado pensando por mucho tiempo. Sé que no soy una candidata adecuada, y entiendo que soy muy ingenua en este aspecto. Comprendo que no tengo experiencia, ni sé qué hacer. Lo que sé es que sin virtud, valor y fe, no podré alcanzar mi objetivo. Si puede ayudarme a alcanzar mi sueño, no rechazaré su oferta.

Su mirada era firme y determinada, sin ningún rastro de dudas. Pero Rhode no se echó para atrás.

—Creo que ya has visto mi forma de manejar las cosas, y quiero saber qué piensas.

—¿Eh? —La inesperada pregunta de Rhode tomó desprevenida a Lize, e inmediatamente bajó la cabeza—. Yo...

—Solo sé honesta —aunque parecía que Rhode era unos años mayor que Lize, podía sentir una intensa presión mientras se encontraba de pie frente a él. Era igual a la presión que había sentido por parte del líder mercenario y de su padre.

—No... No lo sé. —Lize sacudió la cabeza—. De verdad no lo sé, Sr. Rhode. Puedo decirle muy sinceramente que sus métodos son totalmente diferentes de lo que había imaginado. Pero... al menos no los odio.

—Entiendo —cuando escuchó la respuesta de Lize, Rhode asintió con satisfacción. Estiró su mano derecha y la puso sobre el hombro de Lize—. No te decepcionaré—dijo Rhode serenamente.