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Chapter 35 - Capítulo 35: El Resultado De La Evaluación

«Qué demon...»

El corazón de Sereck dio un salto. Cuando se preguntó a sí mismo varias veces si había algo mal con la barrera, finalmente descubrió que la única forma de que la luz verde pudiera entrar era aprovechando ese pequeño espacio. Sereck suspiró y subió su espada para recibir el golpe, y cuando el Ave Espiritual finalmente chocó, una feroz tormenta se levantó.

¡Bum!

Violentos vientos hicieron temblar la tierra, y los mercenarios que no pudieron soportar la intensa tormenta, empezaron a retirarse. Aunque el poder de ataque del Ave Espiritual no era gran cosa, su atributo de viento no era algo que se debiera subestimar. Sereck entrecerró los ojos y blandió su espada, cortando el agresivo viento con una radiante luz. Pero lo que vio a continuación no fue a Rhode.

Rhode volteó su mano izquierda y una tarjeta roja se materializó de la nada, cayendo sobre su palma. Con un rápido movimiento, agarró la carta y la arrojó hacia adelante

¡———!

Después de un sonido desgarrador, la tarjeta se partió en pedazos. Inmediatamente, un intenso y abrasador fuego inundó el campo con una violenta presión, saliendo de todos lados y ocasionando que la temperatura general se disparara abruptamente. En ese instante retumbó un feroz rugido y un perro de fuego apareció frente a Rhode. Reveló sus garras y dientes mientras avanzaba hacia Sereck, y Rhode, como en sintonía con el Asesino Flamígero, activó instantáneamente su Destello de Sombras antes de atacar hacia adelante con su espada.

—¿¡Qué rayos es eso!?

Observando la increíble escena que se estaba desarrollando, todos los mercenarios que estaban allí corrieron hacia al frente para ver este espectáculo en primera fila, y no pudieron evitar sorprenderse. Incluso aquellos veteranos que habían experimentado incontables batallas sintieron cómo su sangre les corría hasta la cabeza frente a esta sorprendente imagen.

A Sereck le ocurrió lo mismo.

Pero a diferencia de esos mercenarios que estaban en los laterales, el tiempo era un lujo que Sereck no poseía. Cuando un factor desconocido aparecía en medio de la batalla, solo podía poner toda su atención en la crisis que se desplegaba frente a él. Aunque sentía que la aparición del perro no sería mortal, ser un maestro espadachín y verse arrinconado con un gran número de espectadores observando, sería sin duda alguna un evento embarazoso. Por esta razón, decidió enfrentar el ataque directamente. Sereck resopló fríamente y adoptó una postura defensiva, recibiendo plenamente el ataque de Rhode.

Una brillante barrera de luz apareció una vez más, desviando agresivamente el ataque directo del perro. Pero este acto de disuasión no podría detener al Asesino Flamígero. El ataque de Sereck solo había ralentizado su avance, y de repente saltó hacia un lado antes de abalanzarse sobre Sereck con la boca abierta de par en par.

¡¡Bum!!

El perro lanzó un Aliento de Fuego, ocasionando que una ola de abrasadoras llamas envolviera a Sereck y reduciendo a cenizas todo lo que había cerca. Sereck dejó de vacilar, ya que para alguien con un alto estatus como él, su imagen pública era tan importante como su vida. Si fuera derrotado por un extraño cualquiera que escondía su cara, prácticamente estaría arrojando sus décadas de prestigio a la basura. Así que, desde este momento, Sereck finalmente empezó a tratar a Rhode como un verdadero oponente.

Como si muriera el resplandor de un sol poniente, en un abrir y cerrar de ojos, las anaranjadas llamas encendieron los suelos y, tan rápido como surgieron, la última de ellas desapareció al instante.

Pero ya era suficiente...

El fuego al fin había desaparecido.

No se podía ver ni rastro de las llamas en la achicharrada tierra. Los espectadores solo habían podido vislumbrar un destello de luz y luego, al siguiente instante, había desaparecido. Con la excepción de las cenizas y el humo que seguían en el aire, todo se había esfumado por completo.

«¡Ya viene!»

Rhode frunció el ceño. Sabía que ahora Sereck se había puesto serio.

Pero esa había sido su intención desde el comienzo.

Aunque Sereck había podido defenderse contra el ataque del Asesino Flamígero, no había sido capaz de esquivar a Rhode y al Asesino Flamígero. Rhode tampoco pensó en retirarse y saltó hacia adelante con su espada.

«¡Hoja Destructora, actívate!»

¡———!

Una espectacular luz salió de las cenizas, avanzando hacia Sereck. Bajo las órdenes de Rhode, el Ave Espiritual voló en un arco y se dirigió al costado derecho de Sereck, mientras que el perro, que no había podido penetrar su defensa, se retiró hacia la izquierda y preparó un ataque doble con el Ave Espiritual.

El Asesino Flamígero lanzó otro Aliento de Fuego, seguido de un mortal golpe de sus garras.

La escena era casi mágica, como de fantasía.

Los mercenarios tocaban el piso con sus mandíbulas, sin poder decir palabra. Ninguno había visto tal forma de pelear, ni habían visto al Espadachín de Luz pelear con toda su fuerza.

Si fuera cualquier otro mercenario, sin duda el ataque triple de Rhode les dejaría indefensos si no le atacaban a él primero, pero la decisión de Sereck fue distinta.

Lo primero que atacó no fue a Rhode.

Cuando Sereck levantó su espada fue como si el tiempo se ralentizara, y cuando la hizo bajar sobre el perro, pareció que caía con suma delicadeza, aunque imposible de esquivar.

El Asesino Flamígero rugió con agonía al sentir como si un martillo se estrellara sobre su cabeza. La espada de Sereck cambió fluidamente de dirección una vez más, y selló el ataque del Asesino Flamígero. Y cuando esta cayó al suelo, Sereck ya había alterado de nuevo el curso de su espada para enfrentarse a la Hoja Destructora.

Cada momento era, de alguna forma, muy corto pero también muy largo. Casi todos podían ver qué pasaba, pero no lo veían con claridad. Era como si toda la escena fuese un sueño.

Sin embargo, Rhode no se detuvo.

Dentro de la tempestad de luz, pudo sentir un impacto masivo en la espada que empuñaba. En un instante, su cuerpo tembló como si sus órganos internos hubieran cambiado de lugar, y su barra de HP cambió de un saludable verde a anaranjado. En ese momento, su arma no pudo soportar más el abrumador golpe y se hizo trizas.

Sereck atacó de inmediato y una luz apareció en su espada, volando hacia el pecho de Rhode.

Pero Rhode no entró en pánico. Levantó su mano derecha e hizo una breve pausa, antes de apretar el aire de repente.

«¡Auuuu!»

El perro negro aulló y corrió hacia adelante. Todo su cuerpo ardía en llamas mientras corría sin vacilación hacia Sereck. Como contraataque, este resopló y movió su mano. Después de ese ademán, una brillante luz cortó al perro negro en dos.

Pero todavía no era el final.

Nacido del fuego; muerto en él.

Sereck sintió una enorme cantidad de energía saliendo de la punta de su espada. Sus ojos se ensancharon, pero ya era demasiado tarde para que reaccionara.

El perro que había sido cortado a la mitad empezó a brillar con un rojo intenso. Siguió rugiendo y rodando hacia Sereck y, finalmente, su cuerpo resistente al fuego no pudo contener la abrasadora energía que tenía dentro, e implosionó.

En este momento, una tarjeta roja se materializó en la mano de Rhode y este la agarró sin pensarlo.

«¡Clang!»

Un par de alas blancas aparecieron de la nada, protegiendo a Rhode y bloqueando las llamas.

Cuando el fuego y las cenizas por fin se dispersaron, revelaron dos siluetas que estaban cerca de la otra.

Sereck dejó de moverse. La brecha entre su espada y el pecho de Rhode era de apenas unos centímetros, pero había una delgada barrera de alas angelicales entre su espada y el cuerpo de Rhode. Al mismo tiempo, la espada de Rhode se detuvo junto al cuello de Sereck.

—Criaturas elementales, arma mágica y dominio de laesgrima —después de un largo rato, Sereck al fin rompió elsilencio—. Nada mal, joven. Lo hiciste muy bien.

—Gracias por su cumplido —Rhodeasintió suavemente y retiró la espada del cuello de Sereck. Luego hizo un gesto para llamar al Ave Espiritual, que llegó rápidamente y se posó en silencio sobre su hombro.

—De nada. Hacía mucho que no me divertía tanto —Sereckreveló una rara y suave sonrisa mientras enfundaba su espada como todo un experto—. ¿Cómote llamas?

—Rhode. Rhode Alander—le respondióRhode a Sereck con calma.

—¡Rhode! ¡Qué gran nombre! ¡Me caes bien, chico! ¡En Ciudad Piedra Profunda, eres el primero que me ha hecho perder! —Sereckle dio unas palmadas a Rhode en el hombro y se rio.

En respuesta al animado comentario de Sereck, Rhode solo asintió un poco para expresar su agradecimiento. Luego se volteó hacia el anciano que estaba de pie en los laterales con una fea expresión.

—Entonces, viejo, ¿pasé la evaluación mercenaria?

—Esto...

Moby reveló una expresión bastante fea. De hecho, cuando vio la destreza de Rhode, ya había esperado este resultado. Pero este pequeño diablo aún decidió preguntarle directamente por la evaluación. No podía aceptar este resultado y miró desamparado a Sereck, diciéndole sin palabras que le ayudara.

Al ver la mirada del viejo presidente, Sereck sonrió con astucia y le guiñó el ojo.

—Francamente, con tu talento, ser un mercenario es un desperdicio. Pero como es tu decisión, no estoy en lugar de decir más nada. Sin embargo, en cuanto a la evaluación, en mi opinión, ¡pasaste!