Esta pelea era un poco extraña. Era oscura y silenciosa, pero intensa.
Desde afuera, nadie podría adivinar que adentro había una acalorada batalla desarrollándose. La única indicación de que había una pelea eran los esporádicos estallidos de luces que salían por la ventana.
La Marca de la Estrella voló en un arco.
«¡Sss!»
Innumerables astillas de madera podrida volaban por doquier cuando la espada blanca cortaba. Y después de cada corte, venía una brillante y roja llama que incineraba a los espíritus malignos. Por mucho que trataran de escapar a través de las paredes, no podían escapar del mar de fuego y eran finalmente consumidos. Aparte de algunas marcas de quemadura, no quedó un trozo de escoria.
El trabajo en equipo de Rhode y el Asesino Flamígero mejoraba constantemente a medida que luchaban contra los espíritus malignos. Utilizaba esta misión no solo para templar las habilidades de Lize, sino también para mejorar la cooperación con su espíritu de invocación. Después de eso, el espíritu que él poseía tenías muchas variantes, y las tres cartas que ahora estaban en su mazo eran unas que nunca había obtenido en el juego. Aunque sí tenía experiencia con cartas parecidas, al final las características siempre eran diferentes, así que igual tenía que encontrar la forma más eficiente a través de ensayo y error. La batalla con Sereck era un buen ejemplo. Si hubiera estado familiarizado con la personalidad y carácter del Asesino Flamígero, entonces la pelea no habría terminado en un empate, sino en una victoria.
Pero aunque no había muchos «y si...» en este mundo, eso no significaba que no había otras formas de compensar.
Rhode retrajo su espada y se retiró. Este repentino cambio de comportamiento hizo que los espíritus malignos se abalanzaran sobre él. Pero ¿cómo podría ser tan fácil vencer a Rhode? Apenas se echó para atrás, el sabueso negro tomó su lugar y lanzó un Aliento de Fuego hacia los espíritus.
Uno cubría mientras el otro se retiraba. Su precisión era impecable.
Y una vez más el fuego ahogó a los espíritus malignos. Estos espíritus de bajo nivel, aún más débiles que los fuegos fatuos, eran los oponentes ideales para practicar.
La cara de Lize estaba tensa, su brazo derecho se movía constantemente mientras ella lanzaba un rayo de luz detrás de otro. Cada vez que los rayos sagrados bajaban de los cielos, múltiples espíritus malignos se marchitaban y morían. Esta clérigo sin duda aprendía rápido. En menos de una hora había podido dominar la técnica. Ahora incluso intentaba alterar la fuerza y velocidad de la habilidad.
Rhode sabía que este método de lanzamiento era poco ortodoxo. Aunque la habilidad en sí no diferenciaba entre bien y mal, el elemento igual tenía que corresponder con el hechizo utilizado. Por ejemplo, una piedra. Siempre que tuviera el título de «piedra», sería un objeto con significado que existía en el mundo. Los hechizos eran iguales. Mientras que sí tenían sus propias definiciones y letras misteriosas, los hechizos de agua seguían siendo de agua, y los de hielo, de hielo. Si uno tratara agua y hielo como uno mismo, o viceversa, entonces el resultado no sería favorable.
Lize estaba en dicha etapa. Como todavía no estaba en el nivel 10, no tenía los medios para aprender el hechizo sagrado, «Espada del Juicio».Pero eso no quería decir que fuera imposible lanzarlo. Como era medio ángel, podía compensar con su otra mitad, la cual debilitaba su poder sagrado. Y además, era bueno que se adaptara al ritmo de ataque tan pronto como fuera posible.
—Sigue concentrándote en el ritmo del hechizo. El enemigo no es rápido, pero igual debes prestar atención a tu propia seguridad. Algunos monstruos no muertos poseen habilidades de largo alcance —dijo Rhode con calma sin mirar a Lize, y de repente, sus ojos se movieron a un lado—. Por ejemplo, ¡el que está a la izquierda!
Tiró bruscamente del cuello de Lize y la ayudó a ponerse a salvo. Menos de un segundo después, una diabólica luz verde voló por donde ella estaba parada y se estrelló contra la pared. Después de confirmar que no había resultado herida, Lize miró hacia la fuente del ataque y descubrió que había unos esqueletos con arco y flecha hacia ellos.
Las espeluznantes y desoladas cuencas vacías se iluminaban en la oscuridad como si fueran luciérnagas en la noche.
«Como era de esperarse, ahí viene».
Rhode apretó su espada. Si solo había unos simples espíritus malignos en esta mansión, era imposible que duraran tanto. Ciudad Piedra Profunda no tenía escasez de guerreros poderosos. Incluso el «Espadachín de Luz»podía disponer él solo de estos estúpidos monstruos. Así que, sin duda alguna, esta mansión albergaba algo mucho más misterioso y aterrador. Ahora apenas comenzaba la batalla real.
—¡Lize, lanza tu escudo hacia arriba, ya! —gritó Rhode de repente. Levantó su espada sobre su cabeza y apuntó su mano izquierda hacia adelante. Al recibir la orden de Rhode, el Asesino Flamígero corrió inmediatamente hacia el frente y atravesó la barricada de espíritus malignos antes de aterrizar en medio de los esqueletos arqueros.
«¡Fium!»
Una flecha verdosa salió volando de nuevo, pero fue desviada por el escudo protector que Lize había lanzado.
Rhode cambió de postura y utilizó su espada para desviar a los espíritus que los rodeaban.
De repente estiró la mano, agarró la de Lize y le dijo—: Movámonos. No olvides lanzar tu hechizo sobre ti otra vez —antes de que pudiera responder, Rhode la sacó del envolvimiento y corrió hacia el lado izquierdo de las escaleras.
Los esqueletos arqueros no eran muy amenazadores luchando cuerpo a cuerpo. Antes de que pudieran contraatacar, el perro negro ya los había flanqueado y destruido su formación con sus feroces garras. Los afortunados que lograron escapar a la primera ola de ataques inmediatamente fueron víctimas de un mar de llamas.
Tercer piso.
Cuando Rhode llegó al tercer piso, pudo escuchar vagamente la pelea entre los esqueletos arqueros y su perro negro. Ocasionalmente, un rugido hacía que toda la mansión temblara. Rhode sabía que el sabueso no duraría mucho más ante miríada de arqueros. Pero como eso no importaba mucho, ya que podía invocarlo de nuevo después de que muriera mientras que tuviera suficiente poder del alma, no se preocupó.
—S-Señor, ¿no estará pensando en incendiar este lugar, cierto? —preguntó Lize con una expresión preocupada.
Rhode la miró extrañado—. No, no planeo derrumbar este lugar. Después de todo, es nuestra fortaleza —al decir eso, levantó la espada y la dejó caer en un arco.
«¡Clang!»Su espada chocó con algo increíblemente pesado, haciendo que se doblara en un ángulo raro antes de introducirse forzosamente en la pared. Aunque el delgado muro de madera amortiguó el impacto, Rhode igual perdió el equilibrio.
—¡Ahora! Rhode le gritó a Lize, que se escondía detrás de él, y ella inmediatamente estiró la mano, lanzando otro rayo de luz. El rayo cayó rápidamente sobre los nuevos monstruos no muertos, pero en comparación con los espíritus malignos de antes, la vitalidad de estos evidentemente era superior. Después de recibir la peor parte del ataque de Lize, apenas retrocedieron unos pasos. Al mismo tiempo, el área circundante se iluminó por el ataque.
Finalmente pudieron ver los rasgos de sus enemigos.
Un esqueleto descompuesto con un enorme agujero en el abdomen apareció frente a ellos. El no muerto medía casi dos metros de alto y la carne podrida colgaba en los bordes. Llevaba una golpeada armadura y empuñaba una espada gravemente astillada. Aunque era más poderoso que los espíritus malignos, no pudo evitar dar varios pasos hacia atrás. Después de todo, el elemento sagrado no era algo que un no muerto pudiera resistir.
—Esto es... —Lize vio al monstruo con cara de asco.
—Es un zombi. Comenzaré el ataque. Presta atención a ambos lados.
Rhode arqueó su cuerpo hacia abajo y saltó rápidamente hacia el pasamanos más cercano. Mientras estaba en el aire, torció el cuerpo y movió su espada hacia abajo, generando el impulso que hizo que su cuerpo girara, cortando violentamente el pecho del zombi gigante.
Cuando el ataque de Rhode estaba a punto de alcanzar al zombi, una espada apareció de repente de la oscuridad y lo desvió. El zombi no perdió tiempo y aprovechó la oportunidad para lanzar un frenético ataque hacia Rhode. Abrió las dos manos y corrió hacia adelante. Un humano normal claramente no usaría este tipo de ataque que podía ocasionarle daño, pero al ser un no muerto y no sentir dolor, este tipo de arremetida era terriblemente peligrosa.
Pero Rhode no se inmutó. Movió su mano derecha y unas ondas de luz emergieron de la espada.
«¡Técnica de Hoja Afilada, actívate!»
Justo cuando el zombi iba a agarrar a Rhode, su espada brilló y separó el hombro izquierdo del zombi con un corte limpio. Con la mejora de su espada, sus golpes se habían vuelto aún más mortales. No importaba que fuera piel seca o huesos grandes; su espada los cortaba sin ninguna dificultad. Otro ataque vino en rápida sucesión y cortó el brazo entero tan fácil como si fuera de papel.
La espada apareció una vez más, cayendo hacia Rhode.
En la retaguardia, la expresión de Lize se puso tensa. Cuando el zombi intentó atacar a Rhode por primera vez con su espada, había detectado una latente intención maligna en las sombras. Pero antes de que pudiera decir algo, la espada ya estaba al lado de Rhode y, en unos segundos, esa espada iba a decapitar a Rhode.
Pero Rhode realizó un movimiento inesperado.
En lugar de esquivar la espada retirándose, inclinó su cuerpo hacia la fuente del ataque, como si hubiera perdido el equilibrio. La espada, que siguió su trayectoria inicial, falló y golpeó un espacio vacío.
El cuerpo emitía un hedor putrefacto, y Rhode no pudo evitar tener arcadas. Pero pronto recuperó su compostura y embistió al descompuesto cuerpo con su hombro antes de alzar su espada frente a él.
Una brillante luz emergió de la punta de su espada, y dibujó una hermosa luna creciente cuando la bajó con elegancia sobre el enemigo. Pero aunque pareciera inofensiva, el ataque no era nada menos que fatal.
El cuerpo no muerto finalmente dejó de moverse. Unas líneas oscuras aparecieron poco a poco donde Rhode había cortado.
—Vaya...
Rhode estaba de pie sobre el gigante cadáver del no muerto mientras se quitaba el polvo y la materia descompuesta de los hombros. En el juego no podía —ni quería— experimentar este asqueroso olor. Pero como este era el mundo real, al fin podía entender por qué la descripción del zombi era «los zombis tienen un fuerte olor». Incluso pensaba en deshacerse de la ropa que había usado hoy.
—Sigamos adelante.