Han Xiao se puso el uniforme de guardia antes de abandonar el laboratorio de Lin Wei Xian.
Era probable que la gente supiera que lo habían llevado junto a Lin Wei Xian, por lo que era necesario un disfraz. Normalmente había cuatro personas en la base de las que tenía que cuidarse: Hila, Número 1, Lin Wei Xian y Baltar. Como Hila no estaba, Número 1 se había ido, y Lin Wei Xian no era un factor ahora, la huida de Han Xiao se desarrollaría sin problemas siempre y cuando no se encontrara con Baltar.
La puerta principal de la base era una puerta de acero reforzado de casi un metro de grosor. Incluso si Han Xiao usara todos los explosivos de la armería, no sería suficiente para abrirla. La única forma de escapar sería desbloquearla, y solo tres personas poseían el pase de seguridad para hacerlo. Uno de ellos no era otro que Lin Wei Xian y, naturalmente, Han Xiao ya había adquirido su pase.
Sin embargo, como la puerta principal estaba fuertemente custodiada, y todos sabían exactamente quién poseía un pase, escapar no era tan sencillo.
Si Han Xiao tan sólo mostraba su cara en la puerta principal, sería recibido por fuego pesado en unos pocos segundos. Una bala sólo le haría 10 puntos de daño, pero sumando todas las que le dispararían tendría suerte de durar un segundo.
«Hmm, no es una mala forma de morir», pensó, «pero creo que se me ocurrirá una idea mejor».
El plan de Han Xiao era estropear sus comunicaciones para ganar algunas horas de tiempo. Esta era la opción más segura. Actualmente, se dirigía de nuevo a la sala de maquinarias para recuperar el Brazo Mecánico Ligero.
Justo cuando la sala de máquinas estaba al alcance de su vista, Han Xiao fue repentinamente empujado hacia un lado. Para su horror, la persona que lo había empujado no era otra que Baltar.
«¿Por qué soy tan desafortunado?» gimió interiormente.
—¿De qué escuadrón eres? —cuestionó Baltar—¿Por qué nunca te he visto antes?
Han Xiao bajó la cabeza y se bajó la gorra.
—Soy nuevo aquí. Soy del escuadrón B.
—¿Por qué no me informaron de nuevos guardias? Espera, tu voz me suena familiar. Levanta la cabeza y muéstrame tu cara.
Han Xiao notó que Baltar estaba alcanzando lentamente su pistola. Tres guardias cercanos también habían notado que algo estaba mal.
«¿Qué debería hacer ahora?»
Si Han Xiao se exponía ahora, Baltar definitivamente enviaría guardias para buscar a Lin Wei Xian. Eso sería catastrófico.
—Esto es un problema... No quería tener que recurrir al plan B —murmuró Han Xiao.
—¿Qué dijiste?
De repente, Han Xiao levantó la cabeza para revelar su rostro a Baltar.
—Siempre quise decirte esto: deberías ver a un psiquiatra, ¡maldito loco!
—¿Zero?
Han Xiao se aprovechó de su confusión y abalanzó su cuchillo hacia el pecho de Baltar.
Desafortunadamente, Baltar esquivó por reflejo, y el cuchillo de Han Xiao solo rozó su barbilla.
—¡Disparen!
Los tres guardias se apresuraron a sacar sus armas. Desafortunadamente para ellos, estaban demasiado cerca de Han Xiao, y él logró acercarse a ellos antes de que pudieran disparar. Envió un puñetazo imponente a la cara del guardia más cercano.
¡-48!
El puñetazo envió al guardia volando hacia atrás a sus compañeros.
Han Xiao apretó los dientes mientras se dio vuelta para correr hacia la sala de máquinas.
La cara de Baltar se oscureció cuando sintió su barbilla. Mientras lo perseguía, gritó en el transmisor de su collar: —¡Todos los agentes, escuchen! ¡Vengan a la sala de máquinas en el segundo piso inmediatamente! ¡El sujeto de prueba Zero se ha rebelado!
Todos los guardias que escucharon la noticia quedaron atónitos.
—¿Zero? ¿Rebelado? ¿Estás seguro?
—¿No le lavaron el cerebro?
—¿Es una simulación?
—¿Eres tonto? ¿No escuchaste los disparos?
Han Xiao se mantuvo extrañamente tranquilo bajo el asedio de los disparos de Baltar. A medida que su cerebro empezó a procesar todas las variables y datos de sus alrededores, el mundo frente a él cambió dramáticamente. El entorno de Han Xiao comenzó a reducirse a líneas 3D, como si su mente estuviera filtrando todo el desorden, haciendo que todo se vea claro para él. De alguna manera, había entrado en un estado mental en el que fueron aumentadas las funciones de su cerebro.
—2,0 segundos para llegar a la sala de máquinas. 3,7 segundos para que Baltar me alcance. Los tres guardias no supondrán ninguna amenaza durante otros 4,2 segundos. Aproximadamente 30 segundos antes de que lleguen refuerzos...
Han Xiao había pasado por innumerables batallas antes. Aunque todas eran de su época en el juego, todavía contaban como experiencia. Y era precisamente la experiencia lo que le permitió aprovechar este estado especial.
Comenzó a correr en un patrón irregular para esquivar las balas.
—Interesante. El juguete quiere resistirse —reflexionó Baltar frenético—. ¡Tú lo pediste!
Baltar era un agente de élite con más de 20 años de experiencia. No importaba lo aterradora que fuera la capacidad de aprendizaje de Han Xiao, él había entrenado esencialmente durante solo 6 meses. Para él, el resultado ya estaba decidido.
Tan pronto como Han Xiao se acercó a la sala de máquinas, saltó dentro y cerró la puerta.
Baltar estalló en una risa maníaca mientras se detuvo para recargar su arma.
—¿Ocultándote en una habitación? ¡Has sellado tu destino!
Repentinamente, la puerta se partió en mil pedazos por lo que parecía ser un gigantesco brazo mecánico que apareció de la nada. Siguió adelante hasta golpear el pecho de Baltar.
¡-95!
Baltar salió despedido volando hacia la pared. 4 o 5 de sus costillas fueron rotas por la fuerza del impacto. Cuando se levantó, tosió un poco de sangre y miró a Han Xiao recién emergido con incredulidad.
—¿Qué demonios es eso?
Baltar miró en shock el gigantesco brazo mecánico del que despedía un humo negro.
Los tres guardias levantaron sus armas para disparar, pero Han Xiao fue un paso más rápido. Con su mano derecha, sacó su 73-WASP mejorado y disparó dos tiros consecutivos.
Con el bono de precisión provisto por sus habilidades y destreza, las habilidades de tiro actuales de Han Xiao eran extremadamente aterradoras. Cada bala golpeó a los respectivos guardias directamente en la garganta.
El tercer guardia abrió fuego, pero Han Xiao simplemente levantó el brazo mecánico.
¡Clink!
La bala salió desviada.
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El brazo mecánico ligero (izquierda) ha perdido 8 de durabilidad.
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Han Xiao disparó otro tiro.
El guardia cayó de rodillas con una expresión de incredulidad.
El pasillo se calmó. Han Xiao y Baltar se enfrentaron.
—El guardia más cercano tardará otros treinta segundos en llegar —calculó Han Xiao.
Han Xiao flexionó su brazo mecánico burlonamente.
—Realmente tengo ganas de aplastarte la garganta con mis propias manos para agradecerte por los cuatrocientos veinte cortes.
Baltar escupió furiosamente algo de sangre y se echó a reír fríamente mientras desenfundaba una daga que tenía escondida dentro de sus botas.
—Ese fue un golpe fuerte, ¡pero no creas que puedes derrotarme con un pedazo de basura como esa!
—Ya veremos.
—¡Puedo matarte diez veces en treinta segundos! —aulló Baltar mientras saltaba hacia adelante.
Han Xiao se abalanzó para recibirlo.
Volaron chispas cuando el cuchillo de Baltar chocó contra el brazo mecánico de Han Xiao.
En el momento en el que se cruzaron, Baltar se inclinó y lanzó una patada a la rodilla de Han Xiao. Atacar al enemigo por detrás era una táctica extremadamente efectiva que Han Xiao había aprendido de Hila y, desafortunadamente para Baltar, Han Xiao había anticipado este movimiento. Aparentemente con reflejos superhumanos, Han Xiao abalanzó todo el brazo mecánico para estrellarlo contra el pie de Baltar.
El pie de Baltar fue fracturado por el golpe. Se desplomó al piso.
¡-87!
El brazo mecánico tenía un nivel de potencia de 38. Agregado al propio nivel de poder de Han Xiao, la fuerza del golpe estaba ya a un nivel de un Superhumano de grado E. Básicamente había duplicado el daño de Han Xiao.
Han Xiao estimaba que Baltar tenía un máximo de PV de 300. Junto con ese golpe destructivo de antes, Han Xiao sabía que Baltar probablemente ya estaba en la mitad de su vida.
Baltar estaba, de hecho, sumamente debilitado. Sin embargo, soportó el dolor y continuó atacando. Desafortunadamente, sus acciones se habían vuelto lentas, y Han Xiao atrapó fácilmente su brazo.
—Imposible... ¿Cómo podría yo...? Tú...
Baltar aulló indignado mientras luchaba por liberarse del agarre del brazo mecánico.
Repentinamente, su visión se oscureció por completo al momento en que Han Xiao envolvió el brazo mecánico en su cabeza y lo lanzó contra la pared con violencia.
¡Aplastado!
Baltar ya no existía.
Han Xiao arrastró el ya irreconocible Baltar contra la pared.
—Lo siento, mentí. No te aplasté la garganta. ¿Por qué no te levantas para que pueda hacerlo correctamente?
Baltar no respondió, no es que pudiera.
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¡Has matado a Baltar, Vice-comandante del laboratorio de Valquiria, ganando 1.500 puntos de experiencia!