Yu Yuehan se volteó y, acto seguido, se sentó en el sofá. A juzgar por su postura, parecía listo para tomar el asunto personalmente.
A pesar de sus dudas, el mayordomo no se atrevió a indagar en el asunto.
Le reclamó a Nian Xiaomu precipitadamente. —¿Por qué sigues parada allí?
—…
Nian Xiaomu se mordió los labios. Su expresión no parecía tan llena de rabia como antes, pero igual sintió una mezcla de sentimientos cuando miró a Yu Yuehan. No estaba segura sobre lo que le ocurría hoy. Ella sentía que ese témpano no sólo era guapo, sino también agradable a los ojos…
Especialmente durante aquel momento cuando hizo callar a Fang Zhenyi hace un instante…
¡Simplemente demasiado dominante!
—No mojé la medicina. Lo vi con mis propios ojos. Fue Fang Zhenyi quien derramó la taza de agua desde la mesa directo hacia el kit de medicina. La verdadera delincuente está llamando a otros delincuentes…—Nian Xiaomu enderezó su espalda y relató el incidente claramente.
Los ojos de Nian Xiaomu se llenaron de rabia mientras pensaba cómo Fang Zhenyi había tomado ventaja de su buen temperamento, aprovechando para adulterar la medicina de Xiao Liuliu. Todo esto fraguado sólo para ahuyentarla.
—Joven Amo Han, no fui yo…—Fang Zhenyi comenzó a ponerse nerviosa a medida que escuchaba. Justo cuando quiso hablar, ella pensó en la advertencia del mayordomo y se detuvo embarazosamente.
Estaba tan nerviosa que parecía una hormiga revoloteando sobre una cacerola caliente.
Tenía miedo de que Yu Yuehan tomara al pie de la letra las palabras de Nian Xiaomu y que la echaran de la residencia Yu.
—Evidencia —Yu Yuehan escupió una palabra suavemente, y sus finos labios se abrieron con discreción.
Sus profundos y conmovedores ojos, y sus rígidas cejas, hicieron imposible imaginar a quién creía.
—…
Nian Xiaomu estaba asombrada por su interrogatorio.
No dijo que le creía, pero al mismo tiempo, tampoco asumió que ella era una delincuente desde el principio, como lo señaló el mayordomo.
Le estaba dando chance a que probara su inocencia.
Pero…
Con desagrado, Nian Xiamou observó las cámaras de seguridad que rodeaban la mansión. Si sus instintos eran correctos, Yu Yuehan nunca espiaría a Xiao Liuliu como a un criminal, ya que amaba profundamente a su hija.
No obstante, sin las cámaras de seguridad, ella no tendría ningún testigo, ya que Fang Zhenyi y su persona fueron las únicas presentes en la habitación en ese momento.
Nian Xiaomu pareció haber pensado en algo, y sus ojos se iluminaron.
—No tengo evidencia que compruebe mi inocencia. Pero ocurre lo mismo con Fang Zhenyi. Ella no tiene ninguna evidencia que pruebe que fui yo quien mojó la medicina. Por lo que ella también es sospechosa.
Como estaban solamente ellas, alguna de las dos podría ser culpable.
¡En vista de que Fang Zhenyi podía acusarla, ella también podría acusar a Fang Zhenyi!
—…
Yu Yuehan entrecerró sus ojos con una expresión de admiración. Consciente de que ella estaba afectando sus emociones nuevamente; Él frunció el entrecejo.
Acto seguido, sus finos labios se separaron ligeramente.
—Si surgen problemas antes de que la entrega de la guardia se haya completado en la oficina, ¿quién crees que debe cargar con esa responsabilidad?
—…
Nian Xiaomu enmudeció.
Rápidamente, ella comprendió lo que él quería decir.
Técnicamente, era su guardia antes de que viniera Fang Zhenyi. Si se presentaron problemas, aunque no se pudo recabar evidencia que determinara de quién debía ser la responsabilidad, ella podría tener la culpa de ello.
—Permítame preguntarle otra vez ¿Tienes alguna evidencia que pruebe tu inocencia?
La actitud glacial y fría de Yu Yuehan estaba acompañada por sus finos labios parcialmente abiertos. Todo era igual a la primera vez que lo conoció.
En las alturas, nadie podía acercarse a él.
Nian Xiaomu no era la única impresionada. El asistente, quien había estado persiguiéndolo, también estaba confundido.
Pensó que el Joven Amo iba a hablar por Nian Xiaomu. Pero al ver la situación ahora, parecía que algo andaba mal…
Yu Yuehan se levantó del sofá y se quedó de pie. Con una mano en su bolsillo y su pose arbitraria. Tales características le dieron un toque diabólico a su perfecto rostro.
Fijó su mirada en Nian Xiaomu. Una mirada que ella no entendió bien.
—Estás despedida.
Apenas terminó su frase, dio la vuelta y se preparó para irse.
—¡Yu Yuehan, me rehúso a aceptar esto!