**CAPÍTULO 6 – El Despertar de Kaela**
El silencio entre Dante y yo es denso, casi asfixiante.
Su mirada está fija en la mía, estudiándome, como si ya supiera lo que estoy sintiendo.
Mi respiración es errática. **Mi cuerpo aún arde y mi loba…**
*"Kaela."*
Su nombre resuena en mi mente con fuerza.
Siempre ha estado conmigo. Desde los 12 años, cuando escuché su voz por primera vez en mi interior. **Desde ese día, supe que nunca estaría sola.**
*"Aguanta, Selene. Se acerca el momento."*
Trago saliva.
Sé lo que significa esto.
Todos en la manada lo sabemos: **a los 12 años, conocemos a nuestra loba o lobo interior.** Sentimos su presencia, su voz. Pero **nunca podemos transformarnos hasta los 18**.
Y yo… estoy a solo tres meses de esa fecha.
—Selene —la voz de Dante me saca de mis pensamientos.
Alzo la vista. **Sus ojos oscuros parecen buscar algo dentro de los míos.**
—¿Qué está pasando contigo? —pregunta con seriedad.
—No lo sé.
Es una mentira. Lo sé perfectamente. **Mi loba está despertando antes de tiempo.**
Pero ¿por qué?
Doy un paso atrás, intentando recuperar el control. Pero Dante avanza con la misma intensidad.
—No te creo —dice, su voz baja, calculadora.
—No es asunto tuyo —espetó con frialdad.
Él sonríe apenas.
—Si afecta a la Alfa de la manada, claro que es asunto mío.
Su insistencia me enfurece. Siento a **Kaela gruñir en mi interior, desafiándolo.**
—Dante, si no tienes nada más que decir, te sugiero que te vayas.
El aire se tensa entre nosotros. Pero, para mi sorpresa, él da un paso atrás.
—Bien. Como quieras.
Y sin más, se marcha.
Pero sé que no ha terminado con esto. **Sé que me está observando.**
### **La Reunión con la Manada**
Al día siguiente, decido reunir a los miembros más cercanos de la manada. No puedo seguir ignorando lo que está pasando.
En la gran sala de reuniones están Liam, Axel, Caleb y algunos otros guerreros de confianza. Dante también está ahí, apoyado contra la pared con los brazos cruzados.
—Necesito hablarles de algo —empiezo, manteniendo mi postura firme—. Últimamente he estado… diferente.
Axel ladea la cabeza, observándome con interés.
—Lo notamos.
Ignoro el comentario y continúo.
—Sabemos que a los 12 años conocemos a nuestra loba. Que podemos sentirla, comunicarnos con ella, pero nuestra primera transformación solo ocurre cuando cumplimos 18.
Liam asiente.
—Es la ley de la naturaleza. Ningún lobo puede transformarse antes de tiempo.
Me cruzo de brazos.
—¿Y qué pasaría si uno comenzara a sentir el cambio antes de su mayoría de edad?
Un silencio cargado cae sobre la habitación.
Caleb frunce el ceño.
—Eso no es posible.
—¿Y si lo fuera? —insisto.
Dante habla por primera vez.
—¿Estás sintiendo el cambio, Selene?
Todas las miradas se clavan en mí.
Siento un nudo en la garganta. No quiero admitirlo. No quiero parecer débil. Pero **Kaela ruge dentro de mí, exigiendo que diga la verdad.**
—Sí —respondo al fin.
Axel se endereza en su asiento, claramente sorprendido.
—Eso nunca ha pasado antes…
Liam frunce el ceño, pensativo.
—¿Y Kaela? ¿Te ha dicho algo sobre esto?
Todos saben el nombre de mi loba. **No es un secreto que ella es fuerte, astuta, una verdadera Alfa.**
—No sabe qué está pasando —miento.
Dante suelta una risa baja.
—Otra vez mintiendo.
Le lanzo una mirada asesina.
—Si tienes algo útil que decir, hazlo. Si no, cierra la boca.
Él no se inmuta.
—No creo que esto sea una coincidencia. Algo está provocando este cambio en ti.
Me tensó. Porque **en el fondo, sé que tiene razón.**
Mi mirada recorre a los presentes.
—No importa qué lo esté causando. Lo único que sé es que no voy a dejar que esto me controle.
Pero incluso mientras digo esas palabras… **siento que el control ya no es mío.**
Algo está despertando dentro de mí.
Algo que no puedo detener.