Septiembre 2006
Para sorpresa de Alex, la chica se paró justo a su lado, pero él evitó mirarla, todavía avergonzado. Entonces notó por el rabillo del ojo como ella se sentaba a su lado y comenzaba a deshacer su bolsa de libros mientras la profesora empezaba a presentarse.
- Buenos días a todos y todas, para los que no me conocéis me llamó Susan Taylor y este año soy vuestra tutora y profesora de idiomas.- Dijo firmemente con su extraño acento - Podréis contar conmigo para guiaros en la elección de universidades y... - Susan seguía hablando a un ritmo monótono y firme pero las palabras que entraban en sus oídos dejaron de ser procesadas por el cerebro de Alex cuando se giró y volvió a quedar hipnotizado por su ahora compañera de pupitre. Ella actuaba de forma distraída y algo torpe, intentando colocar sus libros en la cajonera del pupitre pero algunos cuadernos se le cayeron al suelo. Entonces Alex se agachó a cogerlos y al levantar la cabeza hacia arriba para dárselos volvió a encontrarse con esos profundos ojos negros. Joder, veinte años después seguía jurando que en ese momento, ella emanaba una especie de luz angelical.
- Ay, gracias... Que torpe...- Se disculpo ella mientras seguía mirándole profundamente a los ojos- Soy Bruna - Se presentó dedicándole una gran sonrisa resplandeciente.
Alex apartó la mirada de ella y notó que su estómago empezaba a revolverse. No quería ganar enemigos el primer día, parecía que Bruna tenía una relación con ese tal Dani y no pensaba que estuviese bien, en ese caso, actuar de esa forma con ella. Así que mirando de nuevo hacia la profesora hizo como si no hubiese escuchado su nombre.
La profesora siguió vomitando información para la clase sobre los horarios, las diferentes asignaturas o el funcionamiento de los exámenes finales y Alex intentó enfocar toda su atención en ella y no pensar en el sudor de las palmas de sus manos y los movimientos extraños en sus entrañas.
- Perdona pero... - Escuchó susurrar a su lado a Bruna, aún así, él continuó con la mirada fija en la señora Taylor. - Es que esos son mis cuadernos... Los necesito - Terminó la frase Bruna con un tono dulce y algo divertido.
Alex se dio cuenta de que seguía con los cuadernos de su compañera encima de su mesa, con los nervios no se los había devuelto, asique rápidamente se los puso en el pupitre intentando no hacer contacto visual. No quería parecer maleducado pero se sentía realmente abrumado por la presencia de esta chica y no entendía qué le estaba pasando. Al colocar los cuadernos en el pupitre ella fue a cogerlos y sus manos se rozaron, enviando un hormigueo agradable hacia los nervios de Alex y poniéndole la piel de gallina. Ella soltó una pequeña risita.
Entonces Dani se giró hacia ellos, lo que hizo que Alex se pusiera aún más nervioso y apartase su mano bruscamente.
- Bru, ¿Dónde estabas? Te he llamado mil veces - Preguntó con el ceño fruncido.
- Me quedé dormida Dan, tuve una migraña y ya sabes... Mala noche- Susurró ella haciendo una mueca de disgusto. - No me has guardado sitio en la ventana...
- Dile a Víctor que te cambie - Sugirió Dani, y aunque Alex sabía que no tenía ningún derecho ni motivo le molestó esa sugerencia, por alguna razón le gustaba esa chica cerca de él.
- Ehh ni de coña tío, lo siento Bruna, pero la profesora sargento nos ha dado treinta segundos para elegir asiento bajo amenaza de muerte, no tengo huevos a cambiarme ahora, además ha dicho que no se podía... - Se defendió rápidamente Víctor.
A Alex le estaba gustando este chico, era tan tranquilo y desenvuelto... Él siempre había querido ser una persona más relajada sin embargo numerosas situaciones sociales le llevaban a un estado de ansiedad que no le permitía actuar siempre como le gustaría. Solo en el mar encontraba esa calma, mientras surfeaba las olas o incluso nadando, en la piscina no era lo mismo pero se acercaba.
- No te preocupes Vic...- Dijo Bruna con una risa suave apreciando el tono jocoso de su amigo- Aquí estoy genial.
- ¿Quieres que cambiemos y te sientas tú en la ventana?- Alex no pudo evitar ofrecerle su sitio, por algún motivo le pareció que eso era importante para ella y no tenía ni idea de por qué pero si esa chica le pedía ahora mismo que se tirase por la ventana, él podría ser que lo hiciese.
Bruna le miró con un gesto de sorpresa en su cara - ¿De verdad no te importa? Pero la señora Taylor...-
- Estoy seguro que al ser el mismo pupitre no le importa que cambiemos sitios, si quieres esperamos al descanso- Sonó más ansioso de lo que hubiese gustado, esperaba que Dani no hubiese notado su repentina necesidad de agradar a su novia.
- Muchas gracias eso sería genial, después del descanso nos cambiamos.-
- Él es Alex - le introdujo Dani, quien se había vuelto a girar- Tus amigos le estaban molestando antes- Añadió señalando con la cabeza a Rober, el chico rubio y el chico del reloj caro.
- Nadie es más amigo mío que tú, envidioso - le bromeó Bruna sacándole la lengua - Y en cuento a ellos, luego les tendré que regañar... Nadie se mete con mi compañero de pupitre- Añadió guiñando un ojo a Alex y él pensó que podría morirse ahí mismo y su vida ya habría tenido todo el sentido.
- No ha sido nada, no me importa... No hace falta que...- Empezó a hablar atropelladamente Alex. Realmente no quería llamar tanto la atención y mucho menos en su primer día.
- Señor Alejandro... Alejandro Giannoli, no sé a qué tipo de instituto iba usted antes pero aquí cuando el profesor habla los estudiantes callan y escuchan ¿Está claro?- Le reprendió la profesora de forma ruda en frente de toda la clase.
- Perdón señora Taylor, no es su culpa yo le estaba preguntando... Él sólo me contestó...- Intervino Bruna rápidamente con su dulce y melodiosa voz.
- Que no se vuelva a repetir señorita- Advirtió de manera bastante más suave la profesora al oír las disculpas de Bruna.
- Por supuesto...- Entonces ella miró de reojo a Alex y le dedicó una leve sonrisa mientras se encogía de hombros. ¿Sabía ella la reacción que causaba en la gente?
De repente un pensamiento extraño apareció en la mente de Alex, era la primera vez que lo sentía pero... Estaba casi seguro de que esto era amor.