Cinco vídeos subidos.
Diez me gusta, cuarenta me gustan, cien, quinientos, mil, dos mil, diez mil...
Cincuenta comentarios, novecientos comentarios, doscientos mil..
"¿Qué es eso?", "¿Es para una nueva película?", "¿Esto es real?", "¡Dios mío!", "Son efectos especiales...." Esos son algunos comentarios que se podían repetir en aquellos vídeos, nadie creía, tal vez sean películas nuevas, pero cada vídeo nuevo que salía a la luz, nuevas teorías se pasaban por cada vídeo.
Todo se salía de control, hasta el punto de que las noticias emitían estos tipos de grabaciones de las personas atacando a los demás, incluso uno de esos se mostraba a una mujer escondida grabándose para pedir ayuda o al menos poder captar mejor a aquellas criaturas, se podía notar que estaba temblando y tratando de no hacer ruido con su respiración, pero al final su mirada de miedo se nota y al final da un grito para luego cortar el vídeo. Oscuridad es lo único que se nota ahí.
[...]
Samara.
Tres años después del fin del mundo. La civilización como la conocíamos había desaparecido. Los Strompers, esas criaturas infectadas y violentas, habían tomado el control. Todo parecía un caos allá afuera, no sabíamos cómo derrotar a aquellas amenazas, sólo lo que quería era un lugar al que llamar hogar para mi pequeño hermano de apenas siete años de edad.
Silencio. Eso es lo único que se podía escuchar en aquella ciudad y en cada colonia sólo se podía notar la tranquilidad, todo vacío. Se podía ver varios autos chocados y abandonados, casas destruidas, ventanas rotas y, basura por doquier. Parecía un lugar sombrío y aterrador, actualmente me encontraba en un refugio subterráneo, escondida con mi hermano Jacob y unos pocos supervivientes. Habíamos perdido a nuestros padres en los primeros días del apocalipsis, pero, ¿Cómo sucedió todo esto o cómo terminamos aquí? Bueno, todo sucedió hace algunos meses.
1 de Noviembre del 2032.
Todo comienza en este día, podría decirse que mucho antes pero; la masacre mundial comenzó este día. Fue difícil poder sobrevivir, tuvimos que buscar una buena casa que podríamos llamar refugio o un hogar. Por milagro encontramos una que tenía una barda rodeada y con reja, incluso había rejas en las ventanas, era grande y había cosas tiradas por ahí que podíamos utilizar como armas.
Nuestro refugio era de un sólo piso pero grande y a la vez seguro. Habíamos encontrado una forma de purificar el agua y cultivar alimentos. Pero sabíamos que no podíamos quedarnos allí para siempre. Los Strompers eventualmente nos encontrarían.
—Sammy, tengo hambre —. La pequeña voz de Jacob se escucha detrás de la castaña, haciendo que dejara de mirar por la ventana y pusiera su atención al niño.
—Pero haz comido hace 5 minutos, Jacob —; mencioné algo cansada mientras me acomoda en donde estaba sentada. Le acaricié su cabello como para calmar su malhumor.
—Pero eso no me llenó, fue muy poca comida —. Noté como se ponía manos en su panza y escuché el gruñir de estar hambriento. Solté un suspiro, le entendía, yo también estaba hambrienta.
—Bien, tendré que buscar en la tienda más cercana —, dije mientras pensaba en volver a ir allí y encerrar bien a mi hermano en esta casa para que no estuviera en peligro, pero volteó al sentir sus manos en mi brazo izquierdo haciendo que lo mirase. —¿Qué ocurre?
—¿Puedo ir contigo? Me da miedo estar siempre solo cuando te vas por suministros —su voz, sonaba tan tímido y con un miedo. ¿Cómo enojarme? También estoy asustada. Asustada de lo que podría ocurrir, asustada de no regresar a verlo. Que nos suceda algo.
Solté un ligero suspiro pesado mientras lo pensaba muy bien, sabía que le gustaba ir conmigo a estás aventuras pero no podría arriesgarme, aunque sería un cincuenta cincuenta sabiendo que si lo dejo alguien podría entrar o aquellas criaturas podrían lograr entrar. Asentí ligeramente teniendo un presentimiento de que algo pueda ocurrir si me lo llevaba, una intuición buena.
—Está bien, vendrás conmigo —dije con una sonrisa calmada en mi rostro, Jacob sonríe dando a entender que estaba emocionado por salir y explorar conmigo—. Pero, quiero que te quedes cerca, para protegerte si pasa algo.
Mi hermano asiente mientras daba algunos saltos pequeños aún con esa emoción que se refleja en su rostro. Me levanté donde estaba sentada para poder caminar en busca de algunas cosas como más ropa y otras cosas en la cocina. Necesitaba que estuviera bien adecuado para salir, le tuve que poner una camisa de manga corta, pantalones y sus zapatillas o tenis, como gusten decirlo, incluso una gorra para protegerse del sol, aunque tuviera el cabello corto y se lo peinara siempre lo descubría todo despeinado, ya era algo de él por lo juguetón que es.
Mientras que Jacob jugaba un rato, yo me encontraba arreglando su pequeña mochila con suministros antes de salir, le había puesto lo básico para un niño, agua, comida, algunos juguetes, incluso tuve que arriesgarme y ponerle un cuchillo pequeño que es para cortar comida y entre otras cosas. Él se la colgó en sus hombros y agarre la mía estando ambos listos para poder salir, tenía en manos un bate con unos alambres de púas y uno que otro vidrio incrustado, no quería arriesgarme a llamar la atención a los Strompers, esas criaturas horrendas y sed de carne. Tenía un cuchillo de combate en mi cinturón que tenía y así comenzó nuestro viaje.
Salimos de aquella casa y con pasos sigilosos nos acercamos a la tienda más cercana, era la típica tienda de la esquina para buscar algo más de comida, aunque al entrar y comenzar a buscar algo bueno, tal vez no tuvimos tanta suerte. Estantes vacíos, comida caducada, ya habíamos saqueado este lugar pero no pensaba que nos acabaríamos todo. Lance una bolsa de papas, no quería ver nada de papas o Sabritas por lo que había sucedido después de comerlas, las odiaba.
—Jacob —lo llamé, volteando a buscarlo. Me acerque a dónde podría estar y sí, en la pequeña zona de juguetes ahí andaba él. —Oye, dije que no te separes. Vámonos, tenemos que seguir buscando en otro lugar.
Él asiente y deja aquellos juguetes para luego seguirme por detrás mientras se sostenía de mi mano para no estar tan lejos. Sólo fueron unos minutos que tuvimos que caminar, si dolían nuestros pies pero fue suficiente para llegar a un centro comercial, Plaza360, es cómo se llamaba aquel lugar, había varios de este estilo pero este lugar sólo era para ropa, comida, electrodomésticos y demás. Esperaba que todo saliera bien.
Fuimos directo a la zona donde está la comida en lata, al menos esas comidas se conservan mejor, aunque también busque arroz, y al menos bebidas como agua. Jacob también me ayudaba en llevar algunos suministros como el botellas, ya que prefiero que lleve eso que otra cosa. Fuimos a la zona de ropa, al menos para encontrar más ropa, incluso en la zona de herramientas o cosas de jardín, tuve que agarrar un machete y un hacha que había por ahí, me alegraba que nadie los tomara, todo se veía tan vacío y tan tranquilo. Demasiado tranquilo a decir verdad.
Se escucha un vidrio romperse, eso hizo que nos detengamos volteando hacia donde provino aquel ruido, le hice una seña a Jacob para que no hiciera nada que provocará que lo que sea que fuera que ocasionó eso se acercara a nosotros.
—Shh, vámonos —. Dije en voz baja, sostuve su pequeña mano para luego sólo irnos en silencio y en sigilo para que no supieran que estábamos por ahí.
Un gruñido hizo que nos detengamos de golpe mirando al frente y atrás para ver de dónde provenía, el estruendo de una de las estanterías hace que ambos gritemos por el impacto, era un Stromper y sin pensarlo jale del brazo de Jacob para luego empezar a correr en la dirección contraria. Los alaridos, gruñidos de aquel Stromper se hacían presentes, eso significaba que nos estaba siguiendo. Lancé algunas cosas hacia aquella criatura para que al menos se tropezara, sólo lo detenía un poco dejándonos unos minutos de ventaja.
—¡Corre Jacob, corre! —Le grité para que no se detuviera.
Dando la vuelta en una de las esquinas, el grito de Jacob hace que me detenga, alguien lo había jalado hacia arriba, comencé a gritar su nombre, volteó atrás mío sabiendo que el Stromper iba a pasar por aquí, mi corazón latía tan fuerte por el miedo. ¿Qué debía hacer? ¿A dónde voy?
En eso, sentí un jalón hacia arriba de las estanterías y me taparon la boca, volteó notando a un hombre, parecía mayor que yo, incluso había notado que me hacía una seña de que guardara silencio. Estaba asustada, no sabía quiénes era estas personas, volteó con nervios y observé a mi hermano menor a lado con otro hombre de cabello corto y militar. Jacob estaba temblando del miedo.
Esto es lo que me preocupaba si salía, que nos encontraríamos con alguien más así. Los pasos de aquella criatura comienza a sonar en aquel pasillo, nos quedamos en silencio. Era tan horrible, parecía más un híbrido de humano con otra cosa que no parecía animal, un virus tan asqueroso, son ciegos pero parecía tener los demás sentidos agudizados. Soltaba leves gemidos como de dolor, incluso se escuchaban gruñidos. La mucosidad que se escuchaba daba asco.
Se fue. Nos quedamos un rato ahí arriba por si las dudas pasaba nuevamente, nos tuvimos que acomodar para no caer y hacer ruido, teníamos que irnos de ahí, antes de decir algo aquel tipo que estaba conmigo sonríe y nos saluda con su mano.
—Hey, soy Alejandro Macías —se presenta, tenía una sonrisa algo linda. Asentí sabiendo que escuché su susurro y también en modo de saludo —. Soy ex policía, así que tranquilos, los cuidaré.
Fruncí mi ceño al escuchar que era un ex policía, siempre pensé que todos estaban muertos, pero me calmaba que había uno vivo, así podría al menos aorender un poco.
—Samara Martínez, él es mi hermano menor Jacob —comenté, también presentándonos a ellos dos. No dije nada más ya que, sólo era un civil normal, aunque me sabía defender, no creía que fuera necesario. Volteó a ver al otro hombre que tenía a mi hermano en su regazo dándole consuelo. —¿Quién es él?
Pregunté algo dudosa y desconfiada, era normal, apenas los conozco y no sabría que intenciones tengan conmigo o con mi hermano. Nos quedamos en silencio otra vez, el Stromper volvía a pasar ahora olfateando un poco. Me cubrí mi boca y sólo cerré mis ojos pero los abrí rápido al escuchar que habían lanzado algo y aquella criatura se fue corriendo hacia allá rugiendo.
—¿Él? No lo sé, es ruso. Así que no entiendo lo que dice —. Él explica mientras comenzaba a gatear ahí donde estábamos, tuvimos que seguir en la dirección a la que iba.
Nos acercamos al borde, ambos hombres bajan primero para comprobar si no había moros por la costa, después con ayuda de Alejandro logré bajar de ahí y me puse en guardia, me acerque al ruso que estaba bajando a mi hermano y después me lo pasa para poder cargarlo en brazos. Le agradecí por salvarlo y él sólo me respondía en ruso, suponía que decía algo como un: "De nada". Volteamos al escuchar más alaridos suponiendo que habían llegado más de aquellas criaturas, Alejandro nos dio una señal para que lo siguiéramos junto con aquel ruso, no tuvimos opción así que corríamos detrás ellos.
[...]
Estuvimos caminando un tiempo, casi como dos horas. Nos detuvimos frente a una especie de bodega algo destruida, entramos. El olor era tan potente que mi rostro cambio a una mueca de disgusto por eso, moví mi mano de un lado al otro frente a mi nariz como si eso fuera a quitar el olor. El ruso se detuvo frente a una especie de escotilla y la abrió, uno por uno fuimos bajando por aquellas escaleras de metal, era tan silencioso en este lugar que cuando baje mi mirada al suelo que también observé una luz saliendo de ahí abajo de aquella puerta. Tocaron unas cuantas veces en aquella puerta y la abrió otra persona, no parecía de por aquí. Aquel tipo que nos había abierto comenzó a decir cosas que al parecer eran en otro idioma que no pude identificar por el dolor de cabeza que tenía por el momento, pero el ruso me asusto un poco cuando comenzó a hablar algo fuerte diciéndole algo al tipo que está al frente nuestro. Suponía que se entendían.
—Por fin llegaron y veo que trajeron a más sobrevivientes. Me alegro, entren —mi hermano y yo volteamos al escuchar aquella voz. Ambos sólo levantamos ambas manos como saludo, aún estábamos reservados por estar en este lugar nuevo para nosotros. Se sentía raro estar bajo tierra, algo caliente y un olor a como guardado sabiendo que no había mucha ventilación ahí. Aquel hombre se presenta con nosotros —. Me llamo Marcos, es un gusto tenerlos aquí. Entre más gente, mejor. Pueden seguirme para que los demás los conozcan.
Comenzamos a seguirlo sin decir una palabra, se podía notar varias personas ahí, lo más obvio mucha gente mexicana, extranjeros también. Hombres, mujeres, adolescentes, niños y bebés. Incluso había notado a gente discapacitada, ya sea ciega, que tienen prótesis, sordas, incluso en sillas de ruedas. Solté un suspiro sabiendo que ese tipo de personas no tendrán tanta suerte en este mundo. No sé sabría a simple vista cuánta gente había ahí, entre veinte y treinta. Marcos; que al parecer era el líder o jefe de este refugio se puso en frente de todos para poder darles la noticia. No fue tan complicado, omitió el saludo y algunas noticias, nos presento a los demás.
—¿Más gente aquí? Ya tenemos suficiente como para alimentar a más bocas —escupe aquellas palabras un hombre ya de avanzada edad, al parecer era algo gruñón cuando veía a gente nueva. Solté un suspiro algo cansada, tenía dos opciones; quedarnos aquí o salir y regresar al mundo con esas criaturas y la neta no quería arriesgarme y acabar muerta.
Una semana después.
Habíamos estado ahí en aquel subterráneo, al menos nos dieron unas camas, al menos, ya no aguantaba estar acostada en el suelo o en una silla durmiendo. Sólo hemos hablado con muy pocas personas y con Yakov y Dae-hyun eran unos hombres algo reservados y sí, gracias a Marcos supimos que se llamaban así, Yakov era un ex militar y Dae-hyun un científico, así que ya pude deducir cuál es su trabajo aquí.
Jacob y yo habíamos estado discutiendo estos días sobre qué hacer después. Algunos supervivientes querían intentar encontrar un lugar seguro, un lugar donde pudieran reconstruir. Otros querían seguir moviéndose, intentando encontrar una cura para la infección. Yo no sabía qué creer. Pero sabía que teníamos que hacer algo. No podíamos quedarnos escondidos para siempre.
Cómo dije antes el refugio estaba liderado por un hombre llamado Marcos, un ex bombero que había perdido a su familia en el apocalipsis. Era un líder firme pero justo, que había mantenido a los supervivientes a salvo durante estos meses. Marcos había establecido un sistema de turnos para la seguridad, la recolección de alimentos y el mantenimiento del refugio. También había creado un consejo de líderes para tomar decisiones importantes. Estos días habían sido algo difíciles, ya que se supo que el hombre estaba enfermo, su salud había estado declinando en los últimos días. Sabíamos que no podía liderar el refugio por mucho más tiempo.
Mi hermano y yo habíamos estado hablando sobre quién podría suceder a Marcos como líder. Algunos supervivientes pensaban que debería ser Alejandro Macías, el ex policía que había demostrado ser valiente y capaz. Otros pensaban que debería ser Dae-hyun, el científico coreano que había estado estudiando la infección y buscando una cura, otros también decían que aquel ruso ex militar cuyo nombre es Yakov Kuznetsov, que también había demostrado tener agallas para el combate de cuerpo a cuerpo y de armas blancas y de fuego. También podría ser un buen líder.
Pero yo tenía mis propias ideas sobre quién debería liderar el refugio. Y estaba decidida a hacer que mi voz se escuchara. Estaba dispuesta también a ser una de las líderes, no estaba dispuesta a callar, si quiero que todo prospere, necesitaba tener buenas ideas. ¿Pero cómo?
Narradora.
La joven se quedó un momento sentada en aquella cama que tenía asignada para ella y Jacob, el niño se había quedado dormido después de haber jugado un rato. La chica sólo se quedó sentada mientras pensaba un poco en aquel plan que aún rondaba por su mente, no podría dormir si no hacía algo ahora, sabía que necesitaba tener algo para ser escuchada. Así que decidió hablar con cada uno de los hombres, para entender sus visiones y planes para el refugio. Quería saber qué los motivaba y qué los hacía creer que eran los mejores líderes. Aunque sería algo difícil con el ruso y el coreano, sabiendo que no hablaban el mismo idioma tendrían que hablar en un inglés básico. Primero fue a hablar con Alejandro.
—Martínez —, había sido un saludo que ya había estado acostumbrado aquel hombre hacia la joven. Lo bueno de esto, era que ambos eran mexicanos, así que podrían hablar tranquilamente.
—Hola, Alejandro —. Samara le responde aquel saludo con una pequeña sonrisa de cansancio. No había dormido bien por estar atenta de que su hermano estuviera bien, pero al menos podría correr y ser ágil cuando se amerita. —¿Qué tal tu turno de vigilante este día?
—Todo en orden, gracias por preguntar —, una sonrisa aparece en su rostro al notar que la joven se preocupa por su bienestar. Era una chica agradable que al menos su compañía hacia menos tedioso el trabajo. —¿Esta todo bien con tu hermano y contigo?
—Sí, todo está bien. No te preocupes —, le da una ligera sonrisa tranquilizadora para que no se preocupe. —De hecho, Jacob está dormido. Así que no hay nada de que preocuparse, sólo venía a preguntarte algo.
Alejandro al escuchar ese comentario, se quedó un momento en silencio mientras pensaba y se preguntaba que podía ser importante para que ella se acercara y quisiera preguntarle. Frunce el ceño y mueve su cabeza asintiendo permitiéndole hacer su pregunta.
—¿Puedo saber cuál es tu visión o plan para el refugio? —; suelta la pregunta que la estaba carcomiendo y quería sacarse de dudas. —Sólo quiero saber que es lo que te motiva.
Alejandro, se queda pensando un poco después de aquella pregunta, vuelve a verla directo a sus ojos cafés y con una sonrisa decidida de que ya tenía algo en mente, mete ambas manos en los bolsillos de su pantalón mientras se recarga en la pared detrás de él.
—Mi visión es la seguridad del refugio, mi experiencia como policía me hace un mejor líder para todos aquí —, suelta un suspiro algo pesado por todo lo que ha estado sucediendo. —Sé que Marcos ha estado enfermo, así que quiero que todos tengan en alguien en quien depositar su confianza y quiero ser ese alguien...
Ella se quedó en silencio al escuchar su propuesta, era algo que todos debían tener: Seguridad, pero aún no sabía si ella debía creer eso o no. Se despide de aquel castaño, agradeciéndole por su tiempo de responder. Samara sabía que era agradable pasar tiempo con él, después de todo fue el primero en ver cómo estaban ella y Jacob, al menos fue el primero en intentar en que todo estuviera bien con ella. Después de despedirse de Alejandro, fue en busca del ruso, él parecía algo más serio y tenebroso, sólo quería poder hablar bien con él y conocerlo.
—Hello,Yakov, Right? —, pregunta en un inglés básico para que entienda. Aquel ex-militar asiente ligeramente como respuesta. Me alegraba que me entendiera, le intenté preguntar en un inglés medio cagado esperando que entendiera. Cosa que sí paso, quién le dijo que su habilidad para cazar y encontrar recursos lo hacía el mejor candidato para asegurar la supervivencia del refugio. Su inglés medio raro en su acento ruso le hacía confundir pero entendía algo, la mujer aún tenía duda de que si eso ayudaría a tener un mejor refugio, ella le agradece por responderle y aquel rubio sólo asiente aceptando la amabilidad de la castaña.
Finalmente, Samara habla con Dae-hyun, quien le dijo que su conocimiento científico lo hacía el mejor candidato para encontrar una cura para la infección. La joven fruncía el ceño ya que no se esperaba que eso pudiera ser de ayuda en algo para encontrar una cura para la infección. La joven fruncía el ceño ya que no se esperaba que eso pudiera ser de ayuda en algo para la supervivencia, pero lo aceptaba, me agradece también y se aleja de ellos para poder pensarlo bien. Samara no estaba convencida. Ella creía que había algo más importante que la seguridad, la supervivencia y la ciencia. Creía que lo que realmente importaba; era la esperanza.
Así que decidió convocar una reunión con todos los supervivientes, para hablar sobre su visión para el refugio. Quería hacer que los demás vieran que había una forma diferente de liderar, una forma que se centrara en la esperanza y la unidad. La reunión se llevó a cabo en el centro del refugio, con todos los supervivientes presentes. Samara se puso de pie, con el corazón latiendo fuerte, y comenzó a hablar.
—Amigos, sabemos que estamos en una situación difícil —, dijo. —Hemos perdido mucho, y hemos sufrido mucho. Pero también sabemos que somos fuertes, y que podemos superar esto juntos.
La castaña habló sobre la importancia de la esperanza, y de cómo podían trabajar juntos para reconstruir su comunidad. Habló sobre la necesidad de unidad, y de cómo podían apoyarse mutuamente en momentos difíciles. Alejandro, Yakov y Dae-hyun estaban presentes, y cada uno de ellos tenía una expresión diferente. Alejandro parecía escéptico, Yakov parecía interesado, y Dae-hyun parecía pensativo. Pero la chica no se detuvo. Siguió hablando, con pasión y convicción, y poco a poco, los supervivientes comenzaron a prestar atención. Comenzaron a ver a Samara de una manera diferente, como una líder que podía inspirar a los demás y guiarlos.
—Propongo que trabajemos juntos para crear un plan para el futuro del refugio. Un plan que se centra en la esperanza, la unidad y la supervivencia—. Propone mientras veía a todas aquellas personas que estaban ahí al frente de ella, ni Samara sabía de dónde sacó esa confianza para hablar en público, al parecer la adrenalina hizo efecto en ella. La propuesta fue recibida con aplausos, y los supervivientes comenzaron a discutir entre sí. Alejandro, Yakov y Dae-hyun se acercaron a Samara, y comenzaron a hablar con ella.
Los cuatro hablaron sobre la propuesta que había hecho la joven y cómo podrían trabajar juntos para crear un plan para el futuro del refugio. Alejandro sugirió que debían enfocarse en la seguridad y la defensa, Yakov sugirió que debían enfocarse en la búsqueda de recursos y la supervivencia, y Dae-hyun sugirió que debían enfocarse en encontrar una cura para la infección. Samara escuchó a cada uno de ellos y luego dijo:
—Creo que todos tienen razón. Necesitamos seguridad, recursos y una cura. Pero también necesitamos algo más. Necesitamos esperanza y unidad—. Ella sonríe dándole ánimos a ellos tres para que tuvieran esa seguridad y confianza para confiar en ella, esa esperanza.
Después de una larga discusión, decidieron que el líder del refugio sería elegido por voto secreto. Marcos, el líder actual, sería el encargado de contar los votos y anunciar el ganador. Los cuatro candidatos aceptaron las reglas y se dispusieron a hacer campaña entre los supervivientes. Samara se centró en su mensaje de esperanza y unidad, Alejandro se centró en su experiencia en seguridad, Yakov se centró en su habilidad para encontrar recursos, y Dae-hyun se centró en su conocimiento científico. Todos tuvieron dos días para poder pensarlo bien y poder votar por quien les haya agradado más. El día de la votación llegó y los supervivientes se reunieron para emitir sus votos. Marcos contó los votos y finalmente anunció el ganador. Cuando se levantó para anunciar al nuevo líder, estaba pálido, débil y con dificultades para respirar.
Su voz era apenas un susurro, y tuvo que apoyarse en la pared para mantenerse en pie. A pesar de su estado, Marcos estaba determinado a cumplir con su deber y anunciar al nuevo líder. Con un esfuerzo visible, Marcos abrió el sobre que contenía los resultados de la votación y miró dentro. Su mirada se detuvo en el nombre del ganador, y por un momento, pareció que iba a desmayarse. Una pequeña sonrisa aparece en su rostro, aunque había votado por la nueva recluta, los votos han decidido.
—El nuevo líder del refugio —se detuvo un momento, tuvo que respirar ligeramente para luego proseguir— es Alejandro Macías y Samara Martínez.
La sala estalló en aplausos y vítores, mientras Samara se sorprendía por eso, jamás habían ganado dos personas así se acercaba junto con Alejandro a Marcos para agradecerle. Marcos los miró con orgullo y le susurró a Samara para que solamente ella escuchará.
—Tienes que liderar con sabiduría y coraje, Samara. El refugio necesita alguien como tú.
Después de que ambos se convirtieran en los líderes, se enfocaron en implementar su plan para el refugio. Samara comenzó a trabajar en la creación de un sistema de seguridad más efectivo, y también estableció un equipo de búsqueda de recursos para asegurarse de que el refugio tuviera suficiente comida y agua. Alejandro tuvo que observar como hacer salidas y entradas más efectivas y rápidas de atravesar. Mientras tanto, Marcos se retiró a una habitación para descansar. Su estado de salud había empeorado significativamente, y sabía que no tenía mucho tiempo. Samara se aseguró de que recibiera la mejor atención posible, pero sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que Marcos sucumbiera a la enfermedad. Unos días después, Marcos llamó a Samara a su lado. Estaba débil y apenas podía hablar.
—Samara, debes ser fuerte. Los Strompers vendrán por nosotros. No te rindas. —Se podía escuchar su voz medio bajo y débil.
Después de eso, Marcus cerró los ojos y murió. Samara estaba devastada, pero sabía que tenía que seguir adelante. Justo después de la muerte de Marcos, los Strompers atacaron el refugio. Samara y su equipo se defendieron con todas sus fuerzas, pero sabían que no podrían aguantar por mucho tiempo.
En medio del caos, Samara vio algo que la hizo sentir un escalofrío. Uno de los Strompers que habían matado era Marcos. La enfermedad lo había convertido en uno de ellos. Con Jacob siendo solo un niño de siete años, Samara tendría que protegerlo y cuidarlo mientras lucha contra los Strompers.
Samara tratando de mantener a su hermano pequeño a salvo mientras lucha por su supervivencia. Jacob, siendo solo un niño, probablemente estaba asustado y confundido, y Samara tendría que encontrar una manera de calmarlo y protegerlo en medio del caos. Ambos hermanos logran encontrar un lugar seguro para esconderse en el refugio, un pequeño cuarto de almacenamiento que los Strompers no han descubierto aún. Samara trata de calmar a Jacob, que está asustado y llorando, y le dice que todo va a estar bien. Mientras tanto, Alejandro, Yakov y Dae-hyun, los otros supervivientes del refugio, también han encontrado lugares para esconderse. Alejandro está herido y se esconde en una habitación cercana, mientras que Yakov y Dae-hyun se esconden en un túnel de ventilación.
La castaña sabe que no pueden quedarse escondidos para siempre y decide que deben tratar de encontrar una manera de escapar del refugio. Comienza a pensar en un plan y decide que deben tratar de llegar al tejado del refugio, donde pueden encontrar una salida. Pero, mientras Samara está pensando en el plan, escucha un ruido detrás de ella. Se da la vuelta y ve a uno de los Strompers entrando en el cuarto de almacenamiento. Jacob grita y Samara se pone delante de él para protegerlo.
Había agarrado un palo que estaba cerca y golpea al Stromper, resultó que había agarrado una pala, pero Jacob del miedo abre aquella puerta del almacenamiento haciendo que dos infectados se abalanzan sobre él. Samara ve esto y reacciona rápidamente. Deja caer la pala y corre hacia Jacob, empujando a los Strompers para alejarlos de su hermano. Logra apartar a uno de ellos, pero el otro la agarra por el brazo y la tira al suelo. Samara se da cuenta de que está en peligro y piensa rápidamente.
Mientras el Stromper se acerca a ella, el sonido de algunos disparos hace que se cubra mientras que el infectado da algunos alaridos, dando a Samara la oportunidad de escapar. Se levanta y corre hacia Jacob, que está gritando y tratando de alejarse de los Strompers. Lo agarra y comienza a correr hacia la salida del refugio, con los infectados detrás de ellos.
Mientras corren, Samara se da cuenta de que el disparo solo durará un rato y que necesitan encontrar una manera de escapar del refugio lo antes posible. Ve una puerta que conduce al tejado y decide correr hacia allá. Las otras personas los ayudan, corren con las demás gentes que sobrevivieron en el tejado de aquel lugar, lo que sabrían después se iban a poner histéricos. Jacob había sido mordido por una de aquellas criaturas.
Samara ve la herida en el brazo de Jacob y se da cuenta de que ha sido alcanzado por un Stromper. Sabe que la mordedura es mortal y que Jacob solo tiene un corto tiempo antes de convertirse en uno de ellos. Alejandro, Yakov y Dae-hyun se acercan y ven la herida de Jacob. Saben que tienen que actuar rápido para salvarlo. Dae-hyun recuerda que el antídoto que Marcos les dio puede ser usado para curar la mordedura, pero no están seguros de si funcionará.
Samara decide tomar el riesgo y le inyecta el antídoto a Jacob. Esperan ansiosamente para ver si funciona, pero pasan los minutos y Jacob sólo se desmaya, fue tanta adrenalina que no pudo resistir mucho tiempo despierto.
Samara y los demás no saben si el antídoto está funcionando o no y Jacob podría estar en peligro.
En un momento de desesperación, Samara toma una decisión difícil. Sabe que no puede dejar que Jacob se convierta en uno de ellos y deciden llevarlo a un lugar seguro donde puedan cuidarlo y tratar de encontrar una cura. Pero, mientras lo llevan, Jacob comienza a sudar y comienza a temblar por el frío, la castaña sabe que están corriendo contra el tiempo para encontrar una cura antes de que Jacob muera.
Samara es la líder, pero no podía pensar con facilidad al ver cómo perdía a su pequeño hermanito. Yakov toma la decisión de sacar el arma y disparar. La decisión de aquel tipo hace que la chica se levante del suelo y sujete la mano del ruso. Samara, como líder, está luchando por mantener la calma y tomar decisiones racionales, pero su amor y preocupación por su hermano la hacen vulnerable.
—¡No! Baja el arma. Por favor —alzaba la voz, se notaba que estaba desesperada. No quería perder a su única familia en este mundo. Yakov, por otro lado, está tomando una decisión difícil pero necesaria para proteger al grupo. Sabe que si Jacob se convierte en un Stromper, será una amenaza para todos ellos.
La tensión y el conflicto entre Samara y Yakov en este momento es muy palpable. La mexicana puede sentirse traicionada y enojada con él por tomar esta decisión, mientras que el ruso puede sentirse culpable pero justificado en su acción. Este momento también plantea preguntas sobre la moralidad y la supervivencia en un mundo post-apocalíptico. ¿Hasta qué punto están dispuestos a llegar para protegerse a sí mismos y a los demás? ¿Qué sacrificios están dispuestos a hacer para sobrevivir? Y lo más importante, ¿Jacob se salvará?