Samara.
Era un nuevo día, una nueva oportunidad de seguir viviendo en este mundo que se fue al carajo. Tuvimos que cubrir algunas ventanas y puertas para no ser descubiertos, debíamos estar en silencio ya que no hemos checado todo el lugar porque era enorme, nos tomaría demasiado tiempo. Agarramos una habitación para poder descansar, Yakov y Alejandro estaban vigilando en algunas ventanas para saber si venía alguien o algún Stromper, Dae-hyun escribía y leía algunos libros que encontró por ahí, al menos para saber todo esto o que si encontraba alguna pista, los demás estaban comiendo o durmiendo.
Por mi parte estaba con Jacob, él se encontraba durmiendo con su cabeza en mi regazo mientras yo le acariciaba su cabello para al menos hacerle saber que estaba ahí para él. Solté un suspiro, estaba tan cansada por todo esto, pase una de mis manos libres para tallar mi rostro. Mis pensamientos invaden mi mente, recordando el pasado y como era antes de que todo esto ocurriera. ¿Cómo ocurrió todo esto? ¿Quién tiene la culpa? ¿Qué hubiera pasado si mis padres aún vivieran? ¿Dónde estaría ahora? ¿Por qué aún sigo viva? Se supone que soy una buena para nada, una inútil que no sabe lo que hace. Estás son algunas preguntas que invaden mi mente. Sentía un nudo en la garganta al recordar las últimas palabras de cada familiar mío antes de que dieran el último suspiro y de que se transformen en aquellas malditas criaturas. Los extrañaba. Verlos sufrir pensando que podría ser una simple gripe o un dolor de cuerpo, verlos con dolor sin poder hacer nada, verlos ser agresivos entre sí, verlos huir, ver... aquella explosión. Me recargue contra la pared cerrando los ojos intentando no llorar pero volví a alejarme al sentir y escuchar algo que estaba detrás de dónde estaba recargada. Me reincorporó acomodando bien a Jacob en la ropa que usaba de almohada.
Moví una tabla que estaba algo suelta y al apartarla varias envolturas de aquellas papas fritas caen al suelo, aquellas ya las había visto por las calles o basuras, era curioso de que hubieran demasiadas. Entre esas envolturas caen gusanos que parecía que se comían lo que quedó de adentro, solté un leve quejido de asco algo alto haciendo que algunos voltean con terror por si era una de esas criaturas. Aparte a Jacob ya que algunos de esos gusanos cayeron cerca y sólo comencé a aplastar a algunos, Alejandro se acerca par ayudarme y vuelve a acomodar aquella tabla en su sitio.
Me quedé mirando los gusanos que quedaron fuera, mi mente comenzó a hacer conexiones que no quería hacer. La habitación se quedó en silencio, sólo se escuchaba el sonido de la respiración de los demás. Alejandro se acercó a mí, pero no dijo nada. Sólo me miró, como si esperara que yo dijera algo. Pero yo no sabía qué decir. Mi mente estaba en blanco, excepto por una imagen que no podía sacar de mi cabeza. La imagen de un paquete de puff's, vacío y abandonado en la calle. Eso me hacía recordar aquella vez como mi hermano se comió unos Cheetos iguales y después se sintió mal, aquel paquete en aquella cabaña, en las calles, tiendas. En todas partes. No sabía que relación tenía a todo esto, pero tendré que averiguarlo.
—¿Qué ocurre? —la voz susurrante de Alejandro hizo que saliera de mis pensamientos y volteara hacia él con un tono de seriedad. No sabía que decir al respecto, no quería que piense que estoy loca o haciendo conspiraciones. Sacudí mi cabeza y me encogí de hombros.
—No lo sé, cosas mías —. Dije en el mismo tono que él para que nadie las escuchará nuestra conversación. No quería causar más miedo o duda—. Cada lugar que voy siempre encuentro estos empaques.
Con la mirada señalé cada lugar donde este el empaque de aquellas envolturas de Sabritas. Alejandro, tuvo que bajar su mirada para colaborar que había demasiadas, algo raro, sabiendo que mayormente podría haber cosas enlatadas, agua; entre otras cosas. Su mirada regresa con la mía.
—¿Y qué con eso?
—¿Cómo qué con eso? ¿No te parece raro? —cuestione sintiéndome que me estaba volviendo loca con todo esto—, esas envolturas tienen algo que ver. No puede ser posible que haya demasiadas.
—Sam, por favor. Piensa, no te pongas paranoica, tenemos que sobrevivir —. Intenta hacerme entrar de razón, sabía que actualmente el nivel de basura por la ciudad ya era algo preocupante, pero ¿Qué podíamos hacer al respecto con esas criaturas afuera?
—Wey/Güey, piensa tantito. De todas las comidas chatarras que hay en cada parte de la ciudad, ¿Con cuál te encuentras más?
El silencio se queda entre nosotros mientras él se queda callado pensando en eso. En su mirada se nota que capto lo que quería decirle mientras bajaba su mirada, observando cada detalle y era cierto de que cada envoltura se encontraba e incluso en esta fábrica que no deberían estar aquí sabiendo que por aquí no hay alguna brisa de viento que haya que empuje las envolturas, eso significa que alguien más estuvo aquí. Volteamos cuando escuchamos unos disparos, eran afuera de aquella fábrica, tuvimos que acercarnos donde estaban las demás personas que venían con nosotros, se notaban en sus miradas que tenían miedo de quien estuviera afuera. Alejandro tuvo que tranquilizarlos, mientras que yo tuve que acercarme con sigilo a dónde estaban Dae-hyun y Yakov que estaban agachados y mirando por aquella ventana rota. Me puse en medio de ellos en silencio, el ruso sólo estaba en alerta por si las dudas y el coreano parecía estar temblando un poco y susurrando algo en su idioma.
Señale en la azotea de un edificio haciendo que ambos hombres volteen sus miradas ligeramente, ahí arriba se podía ver el brillo de un arma.
—He's a guy? —solté un susurró mientras veía a los chicos que estaban a mis lados. No se podía ver a simple vista desde aquí y sabiendo que no podemos salir por cuestión de seguridad para no toparnos con algún Strompers.
—I don't know.. —sabía que ninguno de nosotros tenía el inglés fluido y se notaba demasiado en el tono de cada uno.
El alarido inconfundible de aquellas bestias hizo que nos agachemos por el miedo pero aún mirando por la ventana, se veían como a tres Strompers correr hacia aquel sonido del disparo, odiaba esas cosas por lo veloces que eran y tan asquerosas de como se veían. Casi parecían delgadas pero fuertes, eran como carroñeros, eran tan irreconocibles. No podíamos quedarnos por mucho tiempo, teníamos que seguir había demasiados peligros en cada esquina de a dónde íbamos.
No teníamos un rumbo fijo, ni teníamos una gran fortaleza para protegernos. El grito de aquella persona hizo que elevemos nuestras miradas notando que aquella persona estaba atrapada con esas cosas, tuve que detener a Yakov para que no disparará ya que lo noté muy decidido a hacerlo, solamente le negué para luego mantener un dedo en mis labios con intención de que guarde silencio; si hacíamos ruido terminaríamos como aquel hombre. Los Strompers que estaban abajo habían logrado entrar en aquel edificio donde estaba aquel hombre, tuvimos que volver con los demás para informar lo que había sucedido. Antes de llegáramos con los demás, volteamos cuando escuchamos el quejido de Dae-hyun, incluso Yakov iba a disparar pero alguien lo golpea por detrás haciendo que yo intenté acercarme al arma pero me golpean haciéndome caer al suelo, lo único que miraba era oscuridad lo que claramente me hacía decir que estaba inconciente.
•Sueño•
—Cariño, despierta —esa voz. Conozco esa voz. Comencé a despertar poco a poco mientras dejaba salir un gemido de cansancio, eleve un poco mi cabeza intentando que mis ojos se adapten a la luz de aquella habitación.
Aquella silueta se me hacía familiar, parecía una mujer, tenía que serlo, después de todo su voz sonaba dulce y suave. Cuando mi mirada se acostumbra a la luz, mi expresión cambia a una sorprendida al ver a mi madre haciendo que me siente de golpe.
—¿Mamá? —mi voz se entrecorta, estas semanas sin ella, sin escuchar su voz. Demasiados sentimientos encontrados. Volteó hacia mi alrededor ya que todavía no comprendía que hacía ahí.
—Tranquila, está bien. Te encuentras bien —, la calidez de su mano hace que algunas lágrimas salgan rodando por mis ojos y se deslicen por mis mejillas. La extrañaba, tantos días sin ella, no sabía que hacer—. Debes despertar. Jacob te necesita, no debes dejarlo solo y menos que se convierta en uno de ellos.
—¿Ellos? ¿A quienes te refieres?
—Strompers.
¿Strompers? ¿Qué era eso? Eso es lo que pensaba mientras la miraba en silencio y llorando en silencio. Quería abrazarla pero estaba confusa. Me acomode en aquella cama donde me había despertado, aquella habitación; era la mía, donde dormía de niña.
—¿Qué es eso? —cuestione queriendo respuestas, no quería irme sin tenerlas. No tuve respuestas, ella me abraza y me da un beso en la mejilla con cariño. Se aleja para luego caminar por ese largo pasillo. La llamé sin tener respuestas. Tuve que seguirla pero cada paso que daba me daba cuenta que la casa cambiaba a un lugar médico o algo así, se podia notar por el olor a cosas médicas, el color y más que nada cosas que usaban los hospitales y laboratorios.
Me detuve en una de las oficinas por así decirlo y tome unos informes, encendí la lámpara que estaba a lado para poder leer.
«Strompers, una combinación de los muertos vivientes Stalkers y Runners, implicando una mezcla de resistencia y fuerza bruta.»
—¿Strompers? ¿Quién chingados hizo esto? —murmuré mientras leía aquel papel, una imagen de alguien de antes y después. Parece un experimento, pero ¿Por qué? Esa es mi duda.
Aunque al principio de esta historia les haya dicho como se llaman estás criaturas, pero para este punto, lo supe en este sueño hasta ese día. Esas cosas son híbridas de otras criaturas que han modificado. No sabía exactamente como ese virus ataca que contagia a todos con una mordida o rasguño.
«57ROMER» es lo que estaba escrito debajo de una de las fotografías. Al voltear, me di con el susto de ver a mi hermano Lucio convertido en una de esas cosas soltando aquel alarido que tantas veces me ha dado pesadillas haciendo que me despierte del sueño.
•Fin del sueño•
Me encontraba respirando algo agitada, mire a mi alrededor; seguía todavía ahí en la fábrica. Intenté moverme pero sentí que no podía moverme, baje mi mirada notando que estaba amarrada en una silla. No podía liberarme ya que el agarre era fuerte. Mire de nuevo a mis lados buscando a los demás, me dolía la cabeza e incluso pensaba que tendría algo de sangre al recordar el golpe.
—¿Jacob? —susurré esperando a que pudiera responder —, ¿Alejandro? ¿Yakov?... ¿Dae-hyun?
—¿Sam? —volteo al escuchar aquella voz, era Alejandro que también estaba ahí pero al parecer en una celda cerca.
—¿Ale? ¿Qué sucede?
—Adivina —. Su voz sonaba molesta mientras volteaba a la izquierda haciendo notar a Elena hablando con alguien, se estaban llevando a Jacob eso me sorprendió.
—¡Idiota! ¡Dejen a mi hermano en paz! — grité. Eso hizo que volteen, intente quitarme esto pero no podía. Al lograr liberarme, corrí para luego agarrar el arma de Yakov que al parecer le había quitado. No sabía cómo usarlo, así que dispare sin pensarlo para que lo dejen. Huyeron. —¡Jacob!