La investigación sobre la muerte del padre de Sebastián se había convertido en una obsesión para Ana y Sebastián. Cada pista, cada detalle, era analizado minuciosamente. La información sobre "La Estrella Oscura" los había llevado a un callejón sin salida, pero no estaban dispuestos a rendirse.Una tarde, mientras revisaban los archivos del periódico, Ana encontró un artículo que mencionaba un antiguo socio del padre de Sebastián. El hombre se llamaba Ricardo Benavides y había sido un importante empresario en la ciudad."Tenemos que hablar con este hombre", dijo Ana con voz decidida. "Él podría saber algo sobre la muerte del padre de Sebastián".Sebastián asintió con la cabeza. "Tienes razón", dijo con voz seria. "Benavides podría ser la clave para descubrir la verdad".Juntos buscaron la dirección de Ricardo Benavides y al día siguiente fueron a visitarlo. El hombre era mayor, pero aún conservaba la elegancia y el porte de un hombre de negocios."¿Qué quieren de mí?", preguntó Benavides con voz desconfiada."Queremos saber la verdad sobre la muerte de mi padre", respondió Sebastián con voz firme.Benavides guardó silencio por un momento y luego suspiró. "Su padre era un buen hombre", dijo con voz triste. "Pero se metió en problemas con gente peligrosa"."¿Qué clase de problemas?", preguntó Ana con voz temblorosa."Problemas de negocios", respondió Benavides con evasivas. "Su padre tenía deudas con personas muy poderosas"."¿Y quiénes eran esas personas?", preguntó Sebastián con voz insistente.Benavides negó con la cabeza. "No puedo decirles", dijo con voz temerosa. "Esas personas son muy peligrosas"."Pero tenemos derecho a saber la verdad", insistió Ana.Benavides los miró con lástima. "La verdad puede ser muy peligrosa", dijo con voz seria. "Les aconsejo que se olviden de este asunto. No quieren meterse en problemas".Ana y Sebastián se sintieron frustrados al escuchar las palabras de Benavides. Sabían que estaban cerca de descubrir la verdad, pero el miedo los paralizaba.De repente, el teléfono de Ana sonó. Era Matías, su mejor amigo."Ana, ¿dónde estás?", preguntó Matías con voz preocupada. "Llevo horas buscándote"."Estoy bien, Matías", respondió Ana con voz temblorosa. "Estoy con Sebastián"."¿Con Sebastián?", preguntó Matías con sorpresa. "¿Qué estás haciendo con él?"."Estamos investigando la muerte de su padre", respondió Ana con voz seria.Matías guardó silencio por un momento y luego dijo: "Ten cuidado, Ana. No te metas en problemas"."Lo sé, Matías", respondió Ana con voz temblorosa. "Pero tengo que saber la verdad"."Está bien", dijo Matías con voz resignada. "Pero prométeme que te cuidarás"."Lo prometo", respondió Ana con voz sincera.Ana colgó el teléfono y miró a Sebastián. "Tenemos que seguir investigando", dijo con voz decidida. "No podemos rendirnos ahora".Sebastián asintió con la cabeza. "Tienes razón", dijo con voz seria. "Tenemos que descubrir la verdad, cueste lo que cueste".Juntos decidieron seguir investigando la muerte del padre de Sebastián. Sabían que estaban en peligro, pero estaban dispuestos a luchar por la justicia y por el amor que los unía.