—La expresión de Qin Xuan se volvía cada vez más pálida —, siempre había pensado que Gu Qiaoqiao era un poco tonta, pero hoy se sentía incluso más tonto que Gu Qiaoqiao.
—Había sido engañado por una joven.
—Cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que las palabras de Gu Qiaoqiao eran ciertas; la niña solía ser tímida y débil, apenas se atrevía a hablar.
—Era solo que en los últimos días se había vuelto más atrevida y también inteligente y generosa.
—Si hubiera sido ella en el pasado, enfrentando tal situación, no habría sido capaz de defenderse con una lógica tan clara.
—Probablemente no habría podido decir una palabra, solo sabría sollozar y llorar.
—El resultado final está demás decirlo, definitivamente no habría podido explicar nada claramente, mientras que Bai Yun habría salido por la puerta de la familia Qin con la arrogancia de la Cigarra de Noche Silenciosa.