Chapter 34 - Interrupción

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—¿Qué tal una segunda ronda? —Max acababa de hablar cuando alguien llamó a la puerta.

Max miró a Lilly, cuyo rostro ahora mostraba un atisbo de pánico. —¿Qué hacemos? Nos atraparán. —Lilly dijo en pánico.

Max negó con la cabeza y le sonrió. —¿De qué hay que tener miedo? ¿No eres ya mi mujer? Qué más da que nos pongamos íntimos y otros lo descubran.

Max entonces dijo:

—Yo me encargo. Deberías ir a bañarte y limpiarte. —Aunque a él no le importaba que otros supieran sobre su relación, sabía que Lilly no la tendría fácil cuando él no estuviera con ella. Esto también era una de las razones por las que Lilly rechazó su propuesta.

Lilly se sintió un poco avergonzada al escuchar esto. Al mirarse, también estaba sudando mucho y su zona baja estaba manchada con sus jugos. Tomó su ropa y corrió hacia el baño sin mirarlo a los ojos.

Max sonrió y negó con la cabeza internamente al verla avergonzada por esas pequeñas cosas incluso después de todo lo que habían hecho. «Es verdad que las chicas son criaturas extrañas», pensó.

Se puso su batín, que no lograba ocultar bien la tienda que su pene semi erecto hacía en la bata. No le dio mucha importancia y fue a abrir la puerta.

Al abrir la puerta no pudo evitar sorprenderse al ver a Esther en su puerta. No esperaba que ella, de todos los miembros de la familia, viniera a buscarlo.

Esther, que estaba de pie en la puerta, miró a Max cuando abrió la puerta. Estaba en su batín, así que supuso que podría haber salido recién del baño, pero al darse cuenta de que estaba sudando y tenía una erección levantó sus cejas y sintió que eso era un poco extraño.

Aunque trató de ocultar su expresión, Max logró captarla de sus ojos, que se preguntaba qué estaba haciendo, pero no dijo nada al respecto.

En su lugar, preguntó con una sonrisa:

—¿Qué sucede, Esther? ¿Necesitas algo?

Esther frunció el ceño. —¿No es un poco extraño que me llames por mi nombre?

—¿Qué tiene de extraño? Si no te gusta, entonces dime cómo debería dirigirme a ti. —Max dijo con desenfado. La llamaba por su nombre porque no quería llamarla madre o madrastra y la segunda razón era que, aunque ella tenía treinta y tantos y era una mujer madura, también era una belleza que parecía tener apenas veintitantos. Se sentiría extraño si la llamara algo como madrastra.

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Esther movió la cabeza con resignación y dijo con voz fría —Está bien. Puedes llamarme como quieras. Vine a ver cómo estabas por si necesitabas mi ayuda. Como tu padre no está aquí, pensé que debería ayudarte en caso de que algo saliera mal y tu padre me culpara por darte ese pergamino.

Max la miró a los ojos y pudo ver que, a pesar de su tono frío, había un poco de preocupación por él en sus ojos. Simplemente no sabía por qué era así ya que nunca había tenido ninguna interacción con ella y por Lilly sabía que su yo pasado no había sido cercano a ella.

No pensó mucho en ello y movió su mano diciendo —Gracias por tu preocupación, pero ya he formado mi núcleo de maná. Solo necesito reforzarlo durante unas semanas.

Cuando formó su núcleo de maná recibió un masaje del sistema indicando su éxito en formar el núcleo de maná y que necesitaba reforzar su núcleo de maná durante unas semanas, para que cuando aumentara sus puntos de maná utilizando puntos de lujuria, no causara problemas porque esto no lo había hecho él, sino el sistema. Hasta entonces no podría aumentar su estadística de maná.

—¿Tú- tú ya formaste tu núcleo de maná? —Esther lo miró, atónita.

¿Era así de fácil y rápido formar un núcleo de maná? Hasta donde ella sabía, normalmente tomaría un día completo formarlo mientras que algunos talentosos podrían hacerlo en medio día. Pero él estaba aquí diciéndole que lo hizo en poco más de dos horas. ¿Cómo no iba a encontrarlo increíble?

—Estás bromeando, ¿verdad? No hay manera de que puedas hacerlo en tan poco tiempo. Déjame comprobarlo —Ella no le creyó y extendió su delicada mano para tocar su estómago mientras enviaba su maná cuidadosamente para comprobar si realmente tenía un núcleo de maná o no.

Tras un momento, su expresión fue reemplazada por una de asombro y luego de incredulidad.

—Realmente... realmente lo tienes —murmuró con voz baja mientras lo miraba como si fuera un monstruo.

Max sonrió y no habló. Dio un paso adelante e inclinó su rostro hacia ella y le susurró en el oído —Ya sabes, no es bueno que una mujer toque a un hombre de la nada, ¿verdad? Especialmente si es una mujer hermosa como tú. Cualquier hombre perdería el control.

Al oír esto, su figura se tensó por un momento cuando se dio cuenta de lo que acababa de hacer. Se retiró aprisa y cuando lo volvió a mirar, notó que su erección que se suponía que debería bajar estaba encendiéndose de nuevo.

—Oh, lo siento por eso. Es que encuentro increíble que pudieras formar tu núcleo de maná en tan poco tiempo —Luego continuó— Felicidades, parece que tu talento es bastante sobresaliente. Tu padre estaría muy contento de saberlo —Esther dijo sin mostrar ninguna emoción en su rostro. Su sorpresa anterior no estaba por ningún lado.

Max sonrió incómodo. Simplemente asintió con la cabeza. No estaba seguro de cómo responderle. Como acababa de tener sexo con Lilly y su miembro aún estaba excitado y estaba tratando de suprimir su deseo, pero cuando ella sin previo aviso lo tocó justo arriba de su abultado miembro, no pudo controlarse y casi la besa. Afortunadamente, a ella parecía no importarle mucho.

—Intenta fortalecer tu núcleo de maná tanto como puedas ahora, ya que será muy beneficioso en el futuro —Terminó su frase, se dio la vuelta y simplemente se fue.

Max se quedó allí mirando su espalda que se balanceaba en trance, respirando su aroma persistente. Luego murmuró en voz baja —Vaya mujer más extraña.