Después de salir de la Plaza Sunshine, Liu Dajun caminó hacia su Phantom y Tang Hao hacia su pequeña motocicleta de tres ruedas.
De repente, Tang Hao se detuvo como si recordara algo. —Gran Hermano Liu, casi se me olvida que necesito entregar estas pociones al Hermano Mayor Li y al Hermano Mayor Huang.
Liu Dajun se sorprendió, luego refunfuñó, —Eh. ¿Por qué no haces que ellos vengan aquí? Eso te evita la molestia de ir por toda la ciudad.
Después de eso, marcó el número del Presidente Li en su teléfono.
—¡Oye, Viejo Li! Ven rápido a mi oficina. Quiero ir a ver propiedades con Lil Tang. ¡Puedes recoger tus cosas aquí!
Luego llamó al Presidente Huang y a los demás.
Esperaron menos de veinte minutos antes de que el Presidente Li, el Presidente Huang y los demás llegaran. Una flota de coches de lujo se estacionó en la carretera junto a la Plaza Sunshine.
—¿Dónde están mis pociones, Lil Tang? —El Presidente Huang fue el primero en llegar. Se apresuró después de estacionar su auto.
