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Chapter 10 - Capítulo 10: La Alianza Inesperada

La luz del amanecer pintaba el cielo con tonos dorados y carmesí mientras Eren y Kael avanzaban a través de un denso bosque. Las cicatrices de la batalla con los heraldos del Consejo estaban frescas tanto en sus cuerpos como en sus mentes. Kael, aunque acostumbrado a los peligros, no podía dejar de preocuparse por el cambio que había visto en Eren. La energía del Vacío no solo lo hacía más fuerte; también lo transformaba de maneras que Kael no comprendía del todo.

Eren, por su parte, estaba sumido en sus pensamientos. Los fragmentos de conocimiento que el Vacío le susurraba eran cada vez más claros. Le hablaban de un arma definitiva, una reliquia perdida conocida como el "Corazón Abisal". Si lograba encontrarla, podría enfrentarse al Consejo sin temor a la derrota. Sin embargo, también le advertía sobre los peligros que conllevaba buscar algo tan poderoso.

—Eren —dijo Kael, rompiendo el silencio—. Necesitamos un plan. Si el Consejo envió a esos tres, puedes estar seguro de que pronto vendrá algo peor.

Eren asintó, aunque su atención estaba en algo más. Sus sentidos, agudizados por el Vacío, detectaron una presencia cercana. No era hostil, pero tampoco parecía ser un simple viajero.

—Estamos siendo observados —dijo Eren, deteniéndose en seco.

Kael frunció el ceño y colocó la mano sobre la empuñadura de su espada.

—¿Dónde?

Antes de que Eren pudiera responder, una figura emergió de entre los árboles. Era una mujer alta y esbelta, con cabello plateado que brillaba bajo la luz del sol. Sus ojos, de un azul penetrante, parecían observar todo con una calma inquietante. Llevaba una armadura ligera adornada con inscripciones que Kael no reconocía, pero que Eren identificó de inmediato.

—¿Del Consejo? —preguntó Eren, alzando su espada.

La mujer levantó las manos en un gesto de paz.

—No soy su enemiga —dijo, con una voz firme pero serena—. Mi nombre es Lyara, y vengo a ofrecerles una alianza.

Kael intercambió una mirada con Eren, claramente desconfiado. Sin embargo, Eren mantuvo su espada en alto, evaluando a la mujer con cuidado.

—¿Por qué debería confiar en ti? —preguntó—. Cualquiera que lleve esas inscripciones está vinculado al Consejo.

Lyara asintió, reconociendo la validez de su desconfianza.

—Fui parte del Consejo, pero ya no. Cuando vi cómo usaban su poder para oprimir y destruir, decidí abandonarles. Ahora, busco redimirme ayudando a quienes luchan contra ellos.

Eren observó a Lyara por un momento más antes de bajar su espada ligeramente.

—Habla. Pero ten cuidado con lo que digas. Mi paciencia es limitada.

Lyara dio un paso adelante, sus movimientos medidos y sin intención de provocar.

—El Consejo teme tu poder, Eren. Saben que eres diferente a cualquier otro que hayan enfrentado. Pero también saben que estás incompleto. Sin el "Corazón Abisal", nunca podrás desafiarlos directamente.

Eren frunció el ceño. ¿Cómo sabía ella sobre el Corazón Abisal? Antes de que pudiera preguntar, Lyara continuó.

—Sé dónde encontrarlo. Pero necesitarás más que tu fuerza para alcanzarlo. El lugar donde está escondido está protegido por antiguos guardianes, seres que no pueden ser derrotados con pura fuerza bruta.

Kael dio un paso adelante, mirando a Lyara con suspicacia.

—¿Y por qué deberías ayudarnos? ¿Qué ganas tú con esto?

Lyara lo miró directamente a los ojos, sin rastro de duda.

—Quiero ver caer al Consejo tanto como ustedes. Si Eren obtiene el Corazón Abisal, tendrá una oportunidad real de hacerlo.

Eren consideró sus palabras. Aunque su instinto le decía que no confiara completamente en Lyara, también sabía que necesitaría toda la ayuda posible para enfrentarse al Consejo. Finalmente, asintió.

—Muy bien. Te escucharé. Pero si intentas traicionarnos, lo sabré. Y no seré misericordioso.

Lyara inclinó ligeramente la cabeza, aceptando sus términos.

—Entonces sigánme. Hay mucho que deben saber antes de que podamos emprender esta búsqueda.

Con eso, la mujer se dio la vuelta y comenzó a caminar, guiándolos hacia lo desconocido. Eren y Kael la siguieron, cada uno con sus propios pensamientos y dudas. Mientras avanzaban, el bosque pareció hacerse más denso, como si incluso la naturaleza intentara ocultar los secretos que estaban a punto de desenterrar.

Sin saberlo, habían dado el primer paso hacia un destino que cambiaría el rumbo de su lucha. La promesa del Corazón Abisal brillaba como un faro en la oscuridad, pero también traía consigo un sinfín de peligros que pondrían a prueba no solo su fuerza, sino también su voluntad.

Eren sintió el Vacío agitarse dentro de él, como si también anticipara lo que estaba por venir. Y aunque su rostro permanecía imperturbable, en su interior sabía que esta alianza podría ser tanto su mayor esperanza como su mayor error.

Fin del capitulo 10