Chereads / Atrapado en el vacio / Chapter 6 - Capítulo 6: Ecos del Vacío

Chapter 6 - Capítulo 6: Ecos del Vacío

El aire estaba cargado de tensión mientras Eren Valter avanzaba hacia los mercenarios que habían venido a cazarlo. Eran cinco, cada uno armado con espadas y lanzas encantadas. Sus ojos reflejaban confianza, pero también un dejo de miedo. Nadie que había desafiado las Montañas Negras había regresado con vida, y ahora enfrentaban a un hombre que llevaba el Vacío en su interior.

Eren, con la marca negra en su mano brillando como un faro de energía oscura, se detuvo a unos metros de ellos. Su mirada, fría y calculadora, analizaba cada movimiento de los mercenarios. Uno de ellos, un hombre corpulento con una armadura completa, dio un paso al frente.

—¡Eren Valter! Por órdenes del consejo de Eldora, serás capturado vivo o muerto. Ríndete ahora y evitarás el sufrimiento.

Eren soltó una carcajada baja, una que hizo que incluso el más valiente del grupo se estremeciera.

—¿Crees que después de lo que he soportado en el Vacío, voy a temerle a un grupo de perros como ustedes? —dijo, su voz cargada de desprecio.

La marca en su mano pulsó con más fuerza, y el suelo bajo sus pies comenzó a agrietarse. Uno de los mercenarios, un joven arquero, retrocedió un paso.

—No hay necesidad de derramar sangre innecesaria —intervino Eren, su tono ahora burlón—. Pero si insisten, estoy más que dispuesto a complacerlos.

El líder de los mercenarios levantó su espada y gritó:

—¡A por él!

Los cinco cargaron al unísono, pero Eren no se movió. Cerró los ojos por un instante, sintiendo la energía del Vacío recorrer su cuerpo. Cuando los mercenarios estaban a punto de alcanzarlo, abrió los ojos de golpe, y una ola de energía oscura explotó desde su cuerpo, lanzándolos hacia atrás como si fueran hojas en un huracán.

—¡No subestimen lo que soy ahora! —rugía Eren mientras avanzaba hacia ellos.

Uno de los mercenarios, una mujer con dagas encantadas, logró levantarse rápidamente y lanzó un ataque directo a su cuello. Pero Eren, con reflejos sobrehumanos, desvió el golpe con su propia mano, atrapando la hoja como si fuera de juguete. La daga se desintegró al contacto con la marca del Vacío.

—Tu valentía es admirable, pero fútil —dijo antes de lanzar a la mujer contra un árbol cercano, dejándola inconsciente.

El líder intentó aprovechar la distracción para atacar desde la retaguardia, pero Eren ya había anticipado el movimiento. Con un gesto de su mano, invocó un torrente de sombras que envolvió al hombre, inmovilizándolo en su lugar.

—Dime, ¿cuánto te pagaron para venir tras mí? —preguntó Eren mientras se acercaba lentamente al líder atrapado.

—N-no tienes idea de con quién te estás enfrentando —tartamudeó el hombre—. El consejo de Eldora…

Antes de que pudiera terminar, Eren cerró su puño, y las sombras aplastaron al líder, silenciándolo para siempre. Los otros mercenarios, al ver la brutalidad del acto, decidieron huir. Pero Eren no iba a permitirlo. Con un simple movimiento de su dedo, las sombras se extendieron como serpientes, alcanzando a los fugitivos y arrastrándolos de vuelta ante él.

—No hay escapatoria. Si vinieron a matarme, deben estar preparados para morir —dijo, su voz resonando como un trueno.

Uno de los mercenarios, temblando, cayó de rodillas.

—¡Por favor, perdóname! ¡No sabía lo que hacía!

Por un momento, Eren pareció dudar. Las palabras del hombre despertaron un leve eco de su antigua humanidad. Pero entonces, las voces del Vacío resonaron en su mente, recordándole que la debilidad solo traía más sufrimiento.

—La misericordia no tiene lugar en mi camino —susurró antes de levantar su mano, desatando un torrente de energía oscura que borró al hombre del rostro de la tierra.

El campo de batalla quedó en silencio, excepto por el sonido del viento que acariciaba las Montañas Negras. Eren miró a su alrededor, contemplando la devastación que había causado. Su poder era inmenso, pero también lo estaba alejando cada vez más de lo que una vez fue.

Con un suspiro, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el horizonte. Sabía que más enemigos lo seguirían, y que el consejo de Eldora no descansaría hasta verlo destruido. Pero también sabía que el Vacío estaba de su lado, y con él, podía enfrentarse a cualquier cosa.

En su mente, un nuevo pensamiento comenzaba a formarse: si el consejo de Eldora lo quería muerto, tal vez era hora de llevar la guerra hasta ellos.

La verdadera batalla apenas había comenzado.

Fin del capitulo 6