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Chapter 13 - Capitulo 13

Eric.

—No se...— respondo apenas en un susurro, miro a la enfermera para no ver la sangre en mis manos.

—¿Necesita llamar a alguien más?— Sacudo la cabeza.

Tengo que volver a llamar a Jordan.

—¿Señor?—

—Perdon, es mi esposa— asiente y continúa haciéndome preguntas, se ciertas cosas, pero las demás no tengo ni jodida idea. Por eso necesito a Jordan aquí.

Vuelvo a marcar cuando la enfermera me deja solo al darse cuenta que no puedo responder por la conmoción.

—¿Eric?— la voz soñolienta de Jordan por fin me responde. Gimo de alivio.

—Te necesito en el hospital, Jordan... Josephin, ella...— maldice sin dejarme terminar y me dice que está de camino.

Me levanto para ir al baño y lavarme su sangre.

Su sangre, otra vez.

Mi camiseta está manchada. ¿Por qué hay tanta sangre?

Salgo y vuelvo a sentarme frente a las puertas por dónde se la llevaron. Un par de minutos después salgo a buscar una sudadera en mi auto quitándome la camiseta sucia.

Jordan me mira mientras se baja de su auto y yo cierro la puerta del mío.

—¿Que coño paso, Eric?— me llevo las manos al cabello, negando sin saber que responderle.

Volvemos adentro, justo en el momento en que sale la misma enfermera.

—¿Cómo está?— pregunto ansioso. Ella sonríe y asiente.

—Esta bien, solo fue un corte profundo, no afectó ningún nervio solo que se perforó una vena, por eso la sangre. Está bien y en un par de horas pueden verla — suspiro aliviado dejándome caer en la silla mientras jordan le agradece a la enfermera.

Jordan me observa, mis manos tiemblan aún, la mano de jordan cae sobre mi hombro.

—La encontré en el suelo con su sangre regada, estaba ebria y un vidrio se le incrustó en la mano...— trago grueso mientras te uerdo como estaba abatida mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

Mi nombre susurrado como una súplica, la esperanza en sus ojos cuando llegue a ella.

Me enamore de ti...

Se enamoro de mi. Y yo solo la dejé de lado.

Es mi jodida esposa y yo solo me fui con Bianca.

¿Que mierda tengo en la cabeza?

—¿Porque bebió?— la voz de jordan sale dura y tosca.

—Es mi culpa. Hemos estado sin hablarnos desde que mi padre murió. Estoy seguro que todo esto es por el hecho de nuestro matrimonio y el punto en donde estamos ahora que mi padre murio— le respondo sincero.

*****

Horas más tarde me adentro junto a Jordan a su habitación. Mirándola con el cabello desparramado sobre la blanca almohada, su mano vendada y la otra conectada al suero. Su rostro luce tranquilo y sigue igual de pálido que cuando la vi.

Y joder... Sus malditas ojeras son más prominentes. El cansancio está presente en toda ella.

¿Cómo no me di cuenta antes? Soy un imbécil.

Tomo su mano derecha con cuidado acariciándola mientras jordan besa su frente con el rostro contraído de dolor.

—Solo quería que fuera feliz— murmura observándola, acariciando su cabello.

Agachó la cabeza en cuanto siento los ojos arder.

—No puedo hacerla feliz Jordan — confieso —Amo a otra mujer— las palabras me saben amargas.

¿Lo hago?

—Lo se... Podrías intentarlo— lo miro confundido —Amarla. Conocerla y ver qué es la mujer más perfecta que podrías encontrar. A veces gruñona y contestona. Pero es una jodida diosa que ama con todo el corazón. El corazón de mi hermana siempre será su ruina. Es tan noble y se entrega, que siempre sale lastimada por aquellos a los que ama. Solo mira a mis padres, dónde la llevaron— sacude la cabeza decepcionado.

Sus palabras escarban hondo en mi cabeza, enterrandose en mi piel mientras trato de entenderlas y decidir que demonios hacer.

Mi cabeza me dice que estoy haciendo bien en alejarme de ella, amo a Bianca. Pero mi corazón me grita que no estoy haciendo lo correcto.

Y no se que hacer.

****

Jordan se va para informarle a sus padres.

Yo me quedo a su lado durante todo el día.

Mientras la observo, sus pestañas revolotean mientras sus ojos azules me miran frunciendo el ceño.

—¿Eric?— le sonrío aliviado.

—Hola linda, me tenías preocupado— beso su mano. Mira su mano izquierda mientras comienza a recordar, su ceño se frunce más.

—¿Fue grave?— niego.

—Solo un poco de sangre— ella asiente mirándome.

Ella mira el techo, y no dice nada más.

Que no daría por saber que está pensando.

No le diré lo que me dijo en el auto.

—¿Porque bebiste,Jo?— pregunto, mientras repazo el dorso de su mano son mi pulgar, ella mira nuestras manos entrelazadas.

Sus ojos brillan con algo que no logro identificar ante de que vuelva a mirar al techo.

Dios... ¿Que he hecho?

****

Josephin.

Anhelo.

Eso es lo que siento mientras su pulgar respasa mi mano.

Anhelo tanto su amor y su atención como ahora.

¿Esto necesitaba para obtenerla? Que maldita estupidez.

Se que se preocupa por mi, si no, no estaria aquí.

Trago grueso mientras le digo.

—¿Porque no estás con Bianca?— en cuanto las palabras salen de mi me comienzo a arrepentir, niego con la cabeza cerrando los ojos —No me respondas— murmuro.

El suspira.

—Eres mi esposa, Josephin. Se que no he Sido el marido ejemplar estos días, y lo lamento, lamento que tuvieras que terminar aquí para entenderlo— la culpabilidad se desplaza en su voz, aprieto nuestras manos, atrayendo su atención a mi.

—Esta bien, no era el mejor momento— el niega con la cabeza molesto.

—No, no debí dejarte de lado. Estamos casados, y es hora de que yo lo entienda— se pone de pie besando mis nudillos y sonriéndome un poco —Ire a ver cuando saldrás, en un par de horas Jordan vendrá a verte —

Mi corazón se altera.

—¿Jordan lo sabe?— el asiente solemne.

—No sabía que hacer Jo, me estaba volviendo loco por eso lo llamé — asiento resignada.

Lo miro salir de la habitación y suelto un suspiro.

Los recuerdos son borrosos, puedo escucharlo pidiéndome que le hable, diciéndome linda y maldiciendo. La desesperación en su voz es la que aun recuerdo, y el alivio que vi en su rostro en cuanto desperté me lo confirmo.

Le importo a Eric Brooks.

La bocanada de aire que tomo no me es suficiente para recibir un respiro.

No se que estoy haciendo ni que voy a hacer.

Lo que dijo de que soy su esposa y que ya es tiempo de que el lo entienda me dejo mas confundida de lo que ya estaba.

Su actitud de estos días es tan confusa y molesta.

Y tal como dijo, horas después en tra con Jordan a su lado. Sonrío hacia mi hermano.

—Creo que me gustan los hospitales— bromeo, Jordan me mira molesto y yo resoplo.—Es broma, hermano—

—Pues no andes haciendo este tipo de bromas, Josephin—trago duro al escucharlo llamarme por mi nombre completo. Esto es serio.

—Lo siento, Jordan— asiente mientras me lanza una mirada recelosa.

—¿Estás bien? ¿Verdad?— pregunta nervioso, inclino mi cabeza hacia un lado mirándolo. Asiento.

Suspira por lo bajo y asiente igual.

El silencio reina entre ambos y Eric interviene.

—Ya tengo tu alta, solo vendrán a revisar la herida y podremos irnos a casa—

A casa...

Lo dice como si tambien fuera mi.

Algo que no es asi.

Asiento sabiendo que no tengo opción.

*****

Dos días después de mi accidente, o mi torpeza. Miro con recelo el área del bar culpando a esa botella de vodka por mis vendajes.

—Si sigues mirándolo así podría explotar en algún momento— sonrió por lo bajo mientras volteo a verlo.

Me muerdo el labio inferior mientras observo como el de chandal cuelga en lo bajo de sus caderas dejando ver su perfecta v y su camiseta negra ajustada a su cuerpo perfectamente.

¿Ya dije perfectamente? Tal vez.

—Pensé que tenías una reunión— el niega sentándose a i lado en el sofa.

Su brazo descansa sobre el respaldo del mismo, me acomodo para verlo de frente.

Sus ojos lucen divertidos mientras me observa.

—¿Que esta pasando?— pregunto, su ceño se frunce y me mira.

—¿Porque?— me encojo de hombros mientras lo observo. Sus ojos verdes brillan mientras observa mi rostro, grabándose cada ángulo del mismo.

—Solo quiero conocerte— mi cabeza se inclina hacia un lado, tratando de entender si de verdad escuche lo que escuche.

—Tu... ¿Quieres conocerme? ¿De verdad?— un nudo se instala en mi garganta mientras lo miro a los ojos, el asiente mordiéndose el labio. Mis ojos se desvían, observándolo, y cuando menos me doy cuenta, mi mano se levanta hacia sus labios.

Mi pulgar libera suavemente su labio, dejando sus labios entre abiertos por la impresión.

La respiración se me atasca y siento la piel hormiguear cuando su mano sube y toma mi muñeca de manera suave.

Sus ojos se oscurecen y el tirón que da a mi mano me hace dar un chillido de sorpresa.

—¿Que haces?— murmuro tan cerca de sus labios cuando me acomoda sobre su regazo a horcajadas.

Mi coño se humedece de inmediato, me acomodo y me quedo quieta al sentir su dureza entre mis piernas, un gemido rave sale de sus labios.

—No te muevas...— suelta con la voz ahogada.

Me relamo los labios y el movimiento no se pierde ante sus ojos, su mano suelta mi muñeca y se aferra a mi cintura.

Se comienza a acercar a mi, acortando la distancia y acelerando me el corazón.

Me va a besar. Dios...

No estoy lista para esto, mis ojos se cierran esperando el momento, en cuanto siento su respiración chocar contra mis labios me inclino acortando la distancia.

El toque es casi efímero por el ruido de la puerta de entrada siento abierta y los tacones repiqueteando el suelo.

Me aparto rápido volviendo a mi lugar y respirando difícilmente.

Segundos después Bianca entra a la sala sonriendo hacía Eric.

Resoplo molesta mientras se acerca a besarlo, Eric gira a tiempo su cara y recibe el beso en la mejilla.

Me mira molesta.

Sonrío apretando los labios.

—Hola Bianca —ella observa mi mano vendada.

—¿Que te paso?— pregunta desinteresada. Niego.

—Oh, solo un accidente en la cocina—ella asiente. Me pongo de pie alejándome de la parejita.

—Jo, saldremos en un rato—me informa, frunzo el ceño.

—¿A donde?— el sonríe encantador mientras yo alzo una ceja inquisitivamente.

—Iremos con Jordan—igual de confundida solo suelta una risa.—Solo vístete casual— asiento alejándome.

Me acerco a las escaleras en cuanto escucho a Bianca reclamar.

—¿A donde iras con ella? Dijiste que saldríamos a cenar hace dos días— el tono infantil molesto que emplea me hace sonreir y detenerme en el inicio de las escaleras escuchando.

—Sobre eso... No vamos a salir más Bianca— su confesión me deja helada y mas atenta a la conversación.

—¿Que? ¿De que demonios hablas Eric?—

—Terminamos Bianca—un jadeo escapa de sus labios indignado.

Cubro mi boca porque tambien puedo dejar salir uno de la impresión.

—¿Qué?—pregunta molesta.

—Si, terminamos. Es hora de que tome en serio mi matrimonio y respete a Josephin— mi corazón salta emocionado, mientras cierro los ojos queriendo detener la emoción que me embarga y opaca todo lo malo que ha pasado estos días.

—¿Me vas a dejar por esa mujer? Tu padre ya esta muerto, ya no la necesitas. Dijiste que podríamos estar juntos— le reclama.

Un suspiro frustrado se escucha, supongo que es de parte de Eric.

—Si. Y esa mujer, es mi esposa. Asi que por favor dame las llaves de la casa y vete de su casa—le dice firme.

Y mi boca no puede abrirse mas de la impresión.

La acaba de echar de su casa.

Mi casa.

Él acaba de decir que es mi casa.

No porque este a mi nombre, si no porque él quiere que sea nuestro hogar.

Y mi corazón explota ante la esperanza de que sea correspondida.