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Chapter 4 - Capítulo 1: Parte 3 – La verdad de Dios.

Lucifer caminó lentamente por la cabaña, el crujido de sus pasos sobre el suelo resonaban. Su mirada recorría cada rincón, como si estuviera buscando algo.

Finalmente, se detuvo frente a una vieja silla de madera, cubierta de polvo. Pasó la mano sobre el asiento, tratando de limpiarla.

Una vez satisfecho, se sentó, su postura erguida, majestuosa. Parecía que su presencia llenaba la habitación. Se inclinó hacia adelante, entrelazó las manos, y me miró directamente.

—Espero que estés listo, Orión —dijo, su voz grave y tensa—. Porque lo que voy a contarte no es algo que puedas ignorar. Pero no solo lo escucharás… —. Hizo una pausa, sus ojos brillando con un destello inquietante—. También te lo mostraré.

—¿Mostrarme? —. Pregunté, más desconcertado que nunca.

—Las palabras no bastan, te mostraré los recuerdos de ese día. El día que descubrí la verdad de Dios—. Era la primera vez que hablaba con tal seriedad. Ya no había tono arrogante ni burlón como las otras veces. Algo en su voz y en su mirada hizo que mi piel se erizara.

De repente, algo en la habitación comenzó a cambiar. El aire se volvió denso, como si estuviera colapsando sobre sí mismo. Los bordes de las paredes y el techo empezaron a desvanecerse en sombras oscuras. Fue tan repentino, tan surrealista, que me quedé paralizado.

Era tal como cuando me visitó en mi sueño, esa sensación indescriptible de estar atrapado en una dimensión ajena, donde el tiempo y el espacio ya no tenían sentido. Pero esta vez, no era un sueño.

La habitación se sumió en una oscuridad absoluta. En medio de esa negrura, comenzó a tomar forma una imagen, que poco a poco se fue delineando. La visibilidad era borrosa, como si estuviera mirando a través de los ojos de otra persona.

Entonces, una voz se coló en mi mente, interrumpiendo mis pensamientos. No era mi voz. Era su voz.

("Ahora podrás ver yo mismo que vi yo ese día") La voz de Lucifer retumbó en mi cabeza. Era raro escucharla allí. Pero lo que estaba viendo me dejó aún más impactado.

A través de los ojos de Lucifer, vi a Dios. Nunca lo había visto antes, pero sin duda era él. Su presencia era tan enorme que parecía que llenaba todo el espacio, Una sensación de poder tan abrumadora que distorsionadora todo.

("Esto es solo unas horas antes de descubrir la verdad") Lo dijo pausadamente como si estuviera reviviendo el momento. ("recuerdo que él me mandó a buscar un libro")

Y de repente. Escuche su voz, la voz del primer Dios, era completamente diferente a la del Dios actual, sonaba más poderosa, no sonaba arrogante, pero sí con un tono de superioridad, cada palabra parecía imponerse sobre la voluntad de los demás.

—Lucifer, ve a la biblioteca y tráeme el Grimorio de la Eternidad —. La voz de Dios era calmada, pero algo en su tono hacía que las palabras sonaran más como una orden que una simple petición.

Lucifer se quedó quieto por un momento, como si las palabras de Dios lo hubieran dejado paralizado. Sabía lo que significaba esa solicitud, lo que implicaba. Pensó para sí mismo, sorprendido: "Esta es la primera vez que me pide un libro de la sección prohibida."

Lucifer titubeó, pero finalmente habló, la inquietud evidente en su tono:

—Maestro, pero ese libro está en la sección prohibida. Nadie más que usted tiene acceso a él… —. Su voz se cortó un poco, como si temiera que sus palabras fueran malinterpretadas.

Hubo una breve pausa en la que Lucifer sintió cómo su corazón latía con fuerza. Sabía que no debía cuestionar las órdenes de Dios.

—No me hagas repetirlo. Solo tráelo rápido. Es una orden —. Esta vez, la voz de Dios fue más firme, como una orden que no admitía discusión. Lucifer sintió una presión creciente sobre su pecho, como si un peso invisible estuviera ejerciendo su fuerza sobre él.

Lucifer solo asintió con la cabeza y fue en búsqueda del libro.

("Oye Lucifer, ¿por qué llamas 'maestro' a Dios?") Pregunte un poco enojado.

("Ah, eso es porque en ese entonces lo admiraba profundamente… y, además, yo era el Ángel más cercano a Él.") se escuchó un poco disgustado ("Solo sigue observando y no preguntes cosas tan estúpidas") molesto, con un dejo de amargura

No paso nada interesante en el trayecto hacia la biblioteca, solo hubo una pregunta que hizo en voz alta:

—¿Por qué el Maestro, necesita el grimorio de la eternidad? —. Preocupación y curiosidad se escuchaba en su voz.

Al llegar a la biblioteca había un Ángel custodiando la entrada, para estar de guardia no parecía alguien muy intimidante.

—Oye tú, abre la puerta rápido, el maestro me mando en la búsqueda de un libro—. Lo dijo con arrogancia y superioridad, es como el Lucifer actual, pero quizás un poco más blando.

—Enseguida… Señor—. Se escuchaba como si estuviera intimidado por Lucifer.

—Da igual, ahora cierra y no dejes que nadie entre hasta que yo salga—. Lo dijo con una seriedad que el guardia no pudo decir nada.

Se cierra la puerta, dejando a Lucifer solo en una biblioteca tan gigantesca, que parecía no tener fin.

—¿Dónde estaba la puerta de la sección prohibida? —. No recordaba claramente donde estaba.

No tardó mucho en encontrar la puerta. Una puerta gigante negra con unas insignias rojas en toda su superficie. Al entrar se sentía el ambiente denso, quizás solo eran los nervios de Lucifer.

—Todo aquí parece… llamarme. Es como si los libros me estuvieran pidiendo que los lea—. Sonaba inquieto.

Lucifer se tardó casi una hora en encontrar el libro, estaba prácticamente escondido en uno de los últimos estantes de la sección.

—Por fin, ya me estaba resignando, pensé que no lo encontraron—. Se escucha aliviado.

—¿Por qué necesita este libro el maestro? Está tan atrás que no parece realmente algo importante—. No le dio mucha importancia.

Lucifer se dirigía a llevarle el libro a dios cuando le entro la curiosidad por saber que contenía.

—Podría echarle un vistazo, de todas formas, no creo que se dé cuenta. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Si se entera, quizás solo me castigue—. Lo dijo entre risas.

Lucifer abrió el libro y se da cuenta de que estaba equivocado, si Dios se entera que leyó el libro, no lo iba a castigar… lo mataría.

—No puede ser posible, lo que sale en este libro no puede ser real. Tengo que contarle a alguien sobre esto, pero a quién, si le digo a cualquiera, estaré en problemas—. Está preocupado y con miedo de lo que pueda pasar.

—¿Y si le digo a Semyazza, Azazel y Abadón? Ellos podrían ser capas de entender. Esto no puede quedar así, tengo que hacer algo—. La preocupación y el miedo se volvieron en enojo, incluso odio.

("Oye lucifer que dice el libro no lo puedo leer") Estaba sorprendido por la reacción de lucifer en sus recuerdos.

("Es normal que no puedas leerlo, es un lenguaje que solo Dios y los Ángeles utilizan") Lo dijo indiferente como si no fuera gran cosa. ("El libro hablaba sobre los experimentos de Dios, todos los que hizo durante toda la eternidad") Se escuchaba molesto, como si realmente le afectara.

("¿experimentos? ¿A qué te refieres con eso?") estaba desconcertado, no entendía a que se refería.

("El libro contenía la verdad sobre Dios. Mundos enteros creados y destruidos, una y otra vez, simplemente porque se aburría. Lo que pensábamos que era su 'gran diseño' no era más que otro experimento.") con voz tensa y llena de rabia.

("¿Creación y destrucción? ¿Todo por capricho?") perplejo por lo que acababa de oír.

("No solo eso. El libro también hablaba de nosotros, los Ángeles. Cada uno fue creado con un propósito específico. Yo era su espada, el ejecutor de su voluntad. Azazel era el guardián del conocimiento. Semyazza lideraba a los Vigilantes, todo Ángel de alto rango tenía un rol específico en el mundo.") su voz adquiere un tono más profundo, cargado de enojo.

("Supuestamente, éramos los guardianes y protectores de este mundo") Enojado aún más.

("¿Protectores?") Pregunte, con tono de indignación.

("Nunca fuimos protectores. Éramos herramientas. Peones en su juego eterno. Nosotros solo les quitábamos una carga para que él pudiera seguir creando más planes para experimentar") Lo dijo con amargura y tristeza.

("Ya he visto suficiente, ahora solo dime que hiciste después de leer el libro") Estaba impaciente. 

("Hice lo que debía. Fui donde Dios y le entregué el Grimorio. No podía levantar sospechas.")

("¿Y ya? ¿Eso es todo? ¿Solo lo dejaste ahí como si nada?") estaba decepcionado por lo que dijo.

("Por supuesto que no. Apenas salí de su presencia, fui directo a buscar a aquellos en quienes podía confiar: Semyazza, Azazel y Abadón. Eran lo suficientemente fuertes y leales como para entender lo que había descubierto.") con voz firme y enojado

La escena en mi mente cambió, mostrándome a Lucifer reuniéndose con los tres ángeles.

Luego del sacrificio de Semyazza avanzamos hasta encontrarnos con los 7 Arcángeles, les hicimos frente, pero poco a poco íbamos siendo mermados.

Les conté la verdad sobre los experimentos de dios y como creaba y destruía mundos y como solo éramos sus peones, pero nadie me creyó, algunos dudaron de dios, pero no lo traicionaron.

Azazel decidió luchar contra Miguel, el arcángel más fuerte, para distraerlo y sacarlo del camino. Como era de esperar, Azazel perdió, pero no murió en vano, hirió a Miguel, no era una herida mortal, pero sí lo suficiente para que se tuviera que retirar. 

Sin Miguel era un poco más fácil, pero quedaban otros 6 Arcángeles, así que Abadón me dio la llave que abría la puerta de la creación, por si no podíamos terminar con dios, por lo menos pudiera escapar con vidas. Abadón se lanzo contra los Arcangeles para crear una apertura y pudiera quedar frente a dios.

Aunque pude darle pelea, no logre matarlo, pero comprobé que la espada si podía herirlo, como ya no me quedaba tiempo decidi retirarme para poder intentarlo en otra ocasión.

Pero dios no me lo permitió, estaba debilitado por los ataques con la espada, asi que no podia matarme pero me sello, antes de que el sello terminara lo escuche decir que fragemntaria la espada y la exparciria por el mundo para que nadie mas pudiera usarla.