Atenea observó con calma los rostros de las personas en el amplio espacio de recepción, escuchándola hablar.
Notando su curiosidad desbordante, se comprometió a saciar totalmente su sed con la verdad.
—Algunos de ustedes aquí presentes tal vez hayan visto el alboroto que tuvo lugar en la fiesta de Zane hace unos días, un alboroto donde yo fui el centro de atención... —comenzó, mirando a Zack con asco.
—Para aquellos de ustedes que recuerdan, fui etiquetada como adúltera por mi exmarido, quien sin la debida investigación, había creído las palabras de su amante por encima de las mías...
Atenea notó a algunas personas tecleando vorazmente en sus teléfonos, probablemente para verificar la vieja noticia.
—No hay necesidad de buscarlo. Fue retirado por él, después de que sospechó la verdad.
Zack, sintiendo que las mareas habían cambiado para mal, intentó elevar su voz para protestar, para traer a la gente de vuelta a su lado, pero fue acallado por la pareja de ancianos.