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Chapter 2 - El pacto Oscuro

El rugido de aquella criatura resonaba en mis oídos como un tambor de guerra. Era enorme, y su mera presencia parecía aplastar el aire a nuestro alrededor. No sé cómo pude mantenerme de pie.

Zuni no tuvo ese problema. —¡Trex! ¡Saca lo que sea que usaste antes! ¡Hazlo ahora! —gritó, sacudiéndome el brazo como si eso fuera a encender mi poder otra vez.

Pero no tenía ni idea de cómo funcionaba. La explosión de antes había sido puro instinto. Y ahora, bajo la mirada ardiente de esa bestia, mi mente estaba en blanco.

"Convócame", dijo la voz.

Sentí ese calor otra vez, ese nudo oscuro en mi pecho que parecía latir con vida propia. La cabra estaba ahí, observando, esperando.

—¿Convocarte cómo? —susurré, desesperado.

—¿Convocar qué? ¿De qué estás hablando? —Zuni seguía gritando, pero yo apenas lo escuchaba.

"Piensa en mí. Llama a mi nombre."

El problema era que no sabía su nombre. ¿Cómo se supone que debía llamarla? Antes de que pudiera siquiera pensar en una respuesta, la bestia dio un paso adelante, sus garras arañando el suelo con un sonido que me hizo estremecer.

Zuni desenfundó un cuchillo. No sé de dónde lo había sacado, pero era tan inútil como intentar detener una tormenta con una sombrilla. —¡Haz algo, Trex!

—¡Estoy intentando! —grité, frustrado. Cerré los ojos y traté de concentrarme en ese calor, esa presencia dentro de mí.

"Balgron," dijo la voz. "Llámame Balgron."

El nombre se sintió como una chispa en mi mente, algo que encendió una llama que no sabía que tenía.

—¡Balgron! —grité, y al instante, el mundo pareció detenerse.

El aire se llenó de una energía opresiva, como si algo antiguo y poderoso acabara de despertar. La cabra apareció frente a mí, sus ojos rojos fijos en la bestia que nos bloqueaba el camino.

—Ahí estás... —murmuró Zuni, sus ojos tan abiertos como platos.

Balgron no esperó instrucciones. Con un movimiento de su cabeza, una ráfaga de energía oscura salió disparada hacia la bestia, que apenas tuvo tiempo de reaccionar. El impacto fue devastador, derribándola de un solo golpe.

Zuni soltó un grito de triunfo. —¡Eso es lo que digo, Trex! ¡Así se hace!

Yo, en cambio, estaba demasiado aturdido para responder. Sentía el poder de Balgron fluyendo a través de mí, pero también podía sentir algo más… algo peligroso.

"El pacto está hecho", dijo la cabra, girando su cabeza hacia mí. "Pero recuerda: este poder tiene un precio."

—¿Qué precio? —pregunté, aunque sabía que no me respondería.

Balgron desapareció tan rápido como había llegado, dejando solo un leve olor a azufre en el aire.

Zuni me dio una palmada en la espalda, sacándome de mi aturdimiento. —¡Eso fue increíble, Trex! Aunque… tengo muchas preguntas.

—Yo también —admití, mirando mis manos como si esperara ver algo diferente en ellas.

No había tiempo para pensar en eso. La salida estaba despejada, y más criaturas se acercaban desde el centro del pueblo.

—Tenemos que seguir. Esto no ha terminado.

Zuni asintió. —Claro que no. Pero si tienes más trucos como ese, creo que podremos sobrevivir.

Quería creerle, pero no podía ignorar las palabras de Balgron. Este poder tenía un precio. Y algo me decía que, tarde o temprano, lo descubriría.