— Quiero que todos me escuchen con atención ya que esto será un poco complicado de explicar… pero vamos por partes – comenzó Samuel.
Todos se sentaron en silencio.
— Para empezar, sabemos que los seres vivos tienen lo que se conoce como "alma" todos la tenemos y los que no, bueno ese es otro tema, pero Iza, tú tienes algo más en tu interior…
Declan y Antoinette escuchaban con mucha atención, mientras que Iza no entendía nada.
— Algo pasó contigo y tu alma, qué tiene que ver: 1 con las imágenes que viste, 2 con lo sucedido en el centro comercial y 3 con el ataque hacia Declan y a mí – comentó Samuel todavía buscando algo en su libro y cuando alzó la mirada vio a los dos Reapers con una expresión de preocupación y una mano levantada para preguntar.
— ¿Ya no tengo alma? – cuestionó Iza con la mano todavía en alto.
— Lo que debes entender es que el Alma es una energía universal pura, la misma contiene nuestra conciencia, conserva las habilidades, energía mágica, poder y la esencia de quienes somos o fuimos en vida, por eso es la posesión más sagrada que alguien tiene.
— ¿Quiénes fuimos en vida? - susurró Iza.
— Exacto - dijo Samuel escuchando el balbuceo de Iza - Una manera natural en la que el alma es liberada es cuando uno muere, ahí el alma se sale del cuerpo a los segundos, sin embargo, hay otras maneras de liberar el alma, y la peor forma de todas es adueñarse o secuestrar el alma de alguien más - explicó.
— Okey y ¿qué tiene que ver todo eso con lo que me está pasando últimamente? no entiendo nada.
— Después de esos sucesos y lo que contaste que te pasó, era evidente que algo no estaba bien contigo y tu alma, porque todo aquello no forman parte de las señales, al principio pensábamos que era algún alter ego que estaba surgiendo en ti, eso podía pasar por tener emociones reprimidas o algo así y al momento que nos atacaste hasta llegué a pensar que estabas poseído, pero lo tuyo definitivamente era algo más - añadió Samuel.
— ¿Hay algo peor que estar poseído? - preguntó Iza en un tono irónico - ah Si mencionaste que los ataqué ¿Cómo y cuándo pasó eso?... no lo recuerdo.
— Eso no es chiste - interrumpió Declan.
—¿Entonces volvió a pasar lo del centro comercial? - preguntó Iza más serio.
— Si, pero seguimos vivos y al parecer es verdad que cambias tu aspecto. Parecerá extremo, pero por que llegue a pensar todo eso, es que fuimos a la cabaña de las brujas e hicimos ese ritual… ¿cómo se llamaba?… - volteó a mirar hacia su amiga.
— Anima Moderare o liberación del alma – completó la frase Antoinette.
— Así es. Gracias brujita – respondió Samuel.
Al escuchar la palabra "Bruja" Iza solo la miró algo confundido.
— Aquel ritual permite a una persona ingresar hacia donde se encuentra el alma de otra, generalmente esto se puede realizar cuando el dueño de la misma se encuentra fuera de sí, fuera de su camino o en un estado neutro y peligroso, básicamente todo lo que estaba pasando contigo. Una vez encontrada el alma se procede a recitar un hechizo y liberarla de cualquier pesar y de ese modo la persona vuelve a ser la misma…- explicó Samuel - Eso fue lo pasó ayer y yo entré para ver eso justamente.
— Y ¿que tengo al final?
— De haber sido un alter ego, hubiera visto tu alma por detrás de este o, si estuvieras poseído, también hubiera visto tu alma probablemente en un estado de encierro, pero no fue ninguno, estaba equivocado.
— Cuéntanos que viste Samuel… - exclamó Declan.
Samuel suspiró.
— El alma de Iza no está encerrada, algo se quedó enraizado a ella, ahora ya tengo la certeza… es lo segundo que pensábamos Antoinette. Iza es LA vasija, estamos frente a ella ¿lo entienden? - agregó sintiendo varias cosas a la vez.
Antoinette y Declan quedaron estupefactos ante las palabras de Samuel, se miraron entre ellos y luego a Iza que tenía en la cara un signo de interrogación.
— N-n-no lo creo. No Samuel debiste ver mal, es una confusión, no…- negó Declan acompañando con un movimiento repetido de cabeza de un lado al otro.
— Eso mismo quise creer, pero se lo que vi y se lo que me habló allá adentro – contó Samuel con énfasis.
— ¿Estás seguro? - preguntó Antoinette.
Este asintió con la cabeza.
— Un demonio que quisiera apoderarse del alma de Iza, lo hace y ya, pero este me habló y lo hizo con coherencia, además de eso me mostró los recuerdos específicamente de la vez que nos atacó, créanme… encontró el huésped...Iza es la vasija de la muerte.
Hubo un silencio tenso.
— Igualmente no tiene todo el control y esa quizá es la buena noticia dentro de todo esto, yo creo que más bien está SIENDO retenido y sólo sale por motivos concretos que iremos descubriendo con el tiempo… supongo.
El irlandés movió su cabeza en señal de confusión.
— Pero ¿Por qué antes Iza no lo demostró hasta ahora?
— Esa respuesta no la sé, es la verdad… lo de ser un Reaper fue una cosa, uno jamás lo elige solo llegan las señales si somos escogidos, puede ser que estuvo en Iza siempre pero apagado, solo eso podría deducir al respecto - agregó Samuel observando al muchacho.
—¿De qué están hablando? ¿Por qué me miran así? – preguntó Iza confundido y algo preocupado.
En ese momento Samuel se paró con un gesto de incertidumbre.
— Aunque quisiera que eso haya sido todo, debo comentarles que, por ahora que Iza sea la vasija no será prioridad, hay otro tema que debemos discutir.
— De qué estás hablando - dudó Antoinette con el ceño fruncido.
— Iza, quiero responder todas tus preguntas y lo haré, pero vas a tener que esperar un rato ¿sí? - dijo Samuel viendo a Iza sin palabras – Se trata de la llamada que recibí, era Croy y esto de aquí es la emergencia que debemos detener.
Samuel sacó el papel que le había entregado y lo pasó para que lo observaran.
— Estos planos… no entiendo, ¿es una especie de arma? – preguntó Antoinette, pasando el papel a Declan, quien lo observó con suma atención.
— Si. Hace 60 años atrás cuando Croy aviso al consejo de Reapers del oeste sobre esta "arma", inicialmente el consejo quiso intervenir de una vez y erradicar a todos los Illuminous de esta zona, pero fue Croy quien lo impidió al decir que no generaba ninguna amenaza, ya que la tecnología humana de ese tiempo era menor y tal vez olvidarían del tema…
— Pero si te contó todo esto, fue porque no solo no lo olvidaron, sino que hay avances… ¿es eso? - interrumpió Declan preocupado.
— Efectivamente hubo avances, pero más de los que esperábamos. Según Croy, la máquina estará funcionando en un plazo máximo de veinte años.
Antoinette y Declan se quedaron con la mirada perdida mientras que analizaban aquel papel.
— Pero son veinte años, saben cómo cuanto falta… como veinte años – dijo Iza pensando que no eran malas noticias en sí.
Todos voltearon a mirarlo serios.
— Te golpeaste la cabeza de niño ¿no? - respondió Declan indignado.
— El caso Iza, es que hasta tú como aprendiz de Reaper debes saber y ser consciente de esto, esto te compete también. Ellos están avanzando a pasos agigantados, antes creíamos que no era serio y ahora están a punto de lograrlo… - continuó Samuel.
Iza agarró los planos de la mesa y los observó
— Y que es esta "arma" exactamente ¿qué hace?, porque arma no parece – cuestión Iza viéndolo de todos los ángulos.
— Si bien recuerdo, eran como esos detectores de radiación, pero estos en vez de captar radiación en este caso captan energía mágica e identifican de qué naturaleza es o de quien proviene – dijo Samuel.
— Por eso decimos arma y si Illuminous logra realizarla con éxito, podrán empezar a cazarnos por todo el mundo – agregó Antoinette preocupada.
— ¿Y por qué harían eso? ¿Quiénes son esos tipos? - preguntó Iza confundido.
— Esa es una laaaarga historia - comentó Antoinette.
— En síntesis, después de la quinta gran extinción de la humanidad, hubo humanos que nacieron ignorantes a lo que fue y es el mundo en realidad y tal fue su encierro mental que decidieron crear sus propios grupos desde aquella era hasta la actualidad, no solo para cuidarse entre ellos y a la nueva humanidad, sino para controlar lo que ven y piensan, borrando de ese modo todo lo que creen que no es normal, en ese marco entra todo esto, además del mundo que ya conociste un poco. Para ellos somos la aberración de la vida que quieren crear bajo sus términos, por eso esta arma es perfecta para exterminar, no solo a nosotros, sino a cualquier criatura que esté en este plano y lo peligroso es que a su vez que podrían encontrar el camino hacia el otro mundo y desatar una guerra - contó Samuel
— Suena peligroso - pensó con temor Iza en voz baja.
Declan se levantó de su asiento.
— Hay que tomar acciones ahora mismo Samuel – exclamó con voz firme.
— En eso mismo estoy pensando y ya tengo algo parcial; Primero que todo vamos a necesitar respaldo… atacar directamente a los Illuminous, será duro. Dóminus es un adversario admirable.
— Porque no lo besas si tanto lo "admiras". Yo podría matarlo y escupir en su cadáver– replicó Declan con una voz de repudió.
— Ha. Ha…Me gusta tu entusiasmo, pero hasta tú sabes lo fuerte que es.
— Y ¿cuál será el papel de cada uno? – dudó Antoinette.
Iza entendió el "cada uno" y drásticamente su mirada cambió, al igual que su semblante y con ojos de niño reprendido los miraba a todos. Antoinette se percató de ello, vio a Iza y por unos segundos se sonrojó.
— Okay. Primero que todo es a ir a la central de Dakota del Sur y hacer pública esta información, yo me haré cargo de eso y pediré refuerzos – indicó Samuel - Que hayas aparecido en este tiempo y que averiguáramos un poco más de ti no es coincidencia, de alguna forma tenía que suceder - comentó viendo a Iza.
— Es fácil para ti decirlo - balbuceo Iza mirándolo con cierta preocupación.
— Entiendo tu miedo chico… por eso vamos a entrenarte todos para que cuando llegue el momento, tengas más confianza en ti mismo – aseguró Samuel - Mientras yo este de viaje, estos dos amigos de aquí (apuntó a Declan y Antoinette) ellos te van a ayudar en todo y cuando yo regrese vamos a organizar la distracción y el ataque.
— ¡¿Qué?! No esperes a que solo estemos aquí y "entrenemos" al flacuchento, eso es aburrido – protestó Declan.
— No te preocupes Declan, cuando regrese les daré más instrucciones, a no ser que algo suceda por allá… pero de ser así les avisaré antes.
— Y ¿Para cuándo es tu viaje? – preguntó Declan.
— Mañana mismo salgo – se apuró a responder Samuel.
Iza se levantó de su asiento haciendo contacto visual.
— Y yo ¿solo entrenaré? ¿no haré nada más? – mostró más confianza.
— Me alegra que tomes la iniciativa… como tal vez el tiempo esté en nuestra contra, vamos a ver si podemos hacer algo con eso que tienes en tu interior, es decir tomar ventaja de eso.
— ¿Tomar ventaja? ¿Qué, es algún tipo de recurso? apenas está dejando de ser una persona normal y esperas que aprenda algo avanzado ¡sabes que puede morir! – se opuso Antoinette.
— En circunstancias normales ni lo pensaría, incluso ni en emergencia lo propondría, pero este chico no es alguien regular Antoinette, lo sé y eso nos pone adelante.
Declan miró algo extrañado el comportamiento de Antoinette, pero prefirió no decir nada.
— Aun así, sigue siendo un niño en comparación, menos que eso, es un bebé – dijo Antoinette preocupada.
— ¿bebe? - murmuró Iza.
— ¡Entonces está decidido! (todos lo miraron) si claramente nosotros dos podríamos matar a tu discípulo… entonces que Iza sea entrenado por Antoinette - exclamó Declan.
— N-n-no eso no es – tartamudeó Antoinette.
— Ya veo. ¿Así que querías entrenarlo tú sola?, porque no dijiste nada desde un inicio – Samuel la vio sorprendido.
— No es que no…
— No te preocupes, Yo voy a tardar unos días así que él es todo tuyo, ya vuelvo – mencionó Samuel terminando de hablar con tono sarcástico y se fue a su habitación un rato.
La cara de Antoinette demostraba contrariedad o que había metido la pata, mientras que Declan solo se reía y Iza se empezaba a sentir como una carga para todos.
— ¡Ya está! Escuchen bien… ya tengo mi pasaje listo para mañana a las 07:00 A.M - contó Samuel bajando las escaleras mientras veía su celular.
— Porque no usas las piedras portales para hacer esto más rápido – dijo Declan confundido de ver que Samuel tomaría un vuelo.
— Lo haría, pero como veo que no prestas atención a los boletines no te enteraste. El gran vestíbulo de portales, se encuentra en reparaciones desde hace cuatro meses, por lo tanto, los inhabilitaron a todos.
Antoinette sacó una agenda de su mochila y con un lapicero, comenzó a rayar algo en una hoja, por otro lado, Samuel sacó un pergamino y se lo pasó a Declan.
— Que hago con esto.
— Como Antoinette decidió hacerse cargo del entrenamiento de Iza. Para mañana, quiero que vayas donde nuestros "amigos" al muelle.
— ¿Con ellos? Eso es demasiado ¿sabes no? – respondió Declan con un tono irónico.
— Es hora de que te devuelvan el favor y sé que no se van a negar.
— Bien. Si eso piensas, lo haré… ya me voy – se despidió Declan marchándose de la casa.
Antoinette guardó todo lo que había anotado en su mochila y se levantó.
— ¡Baguette! No me olvidé de ti – exclamó Samuel volteando hacia Antoinette.
— Por favor, ese apodo me aburrió.
— Ha, ha. Como quieras. Lo que vayas a enseñarle, que Declan lo continúe, refuerce y … (se acercó al oído de su amiga) no lo dejes solo con el irlandés, por las dudas…- recomendó.
— Pero Samuel ya oíste que Declan no quiere saber nada al respecto.
— Yo me encargaré de eso, tranquila – guiñó un ojo.
Antoinette solo asintió con la cabeza.
— Esta bien. Yo también me voy Samuel Adiós… Adiós Iza – se despidió en voz alta Antoinette tomando sus cosas y marchándose apurada.
— Adiós Antoinette – se despidió Iza algo apagado.
Samuel se dirigió hasta donde estaba su alumno que también estaba por marcharse y le agarró por el hombro.
— Mañana vas a empezar un entrenamiento diferente, antes no lo quise tomar como prioridad, pero recapacité ¿Tú querías aprender a pelear? Pues aprenderás… En nuestra cultura es importante que yo te enseñe, así se empieza la conexión maestro-alumno, pero por la emergencia la estoy dejando a mi otra alumna.
— ¿Antoinette fue tu alumna?
— Si, tal vez ella te cuente un poco. Un consejo... siempre mírala a los ojos. Ella no va a dudar en golpearte si ve que no estás viéndola directamente cuando está enseñando. Es su disciplina.
Iza casi indiferente, solo se quedó mirándolo.
— ¿Te pasa algo? te veo callado.
— Samuel, no quiero ser una carga para nadie y ahora que otros me entrenen … no lo sé, no es mi estilo llamar la atención.
— Es bueno que seas sencillo, pero no es así. La verdad es que no eres una carga para nadie. Hace tiempo que no teníamos a nadie nuevo con nosotros, además de que descubrimos algo interesante en ti – comentó Samuel componiendo a su alumno.
Este agachó la cabeza.
— Si, es algo que ya lo entendí bien… podría matarlos a todos.
— No te dejaremos solo…Mira Iza, no es que no tienes alma, tú alma sigue ahí, sigues siendo tú, solo que ahora es cuando debes demostrar ser más fuerte que esa cosa, todo saldrá bien - agregó Samuel.
— Ya me tengo que ir – respondió Iza todavía sintiéndose abrumado.
— Por algo mañana vas a empezar a entrenar… si de verdad te sientes así, entonces presta atención a tu profesora y por tu bien debes mostrarle que puedes sujetar tu propio peso – comentó Samuel dirigiéndose a la entrada acompañando a Iza.
— Lo haré, por lo menos para no quedar mal con ella – afirmó Iza fingiendo una sonrisa para no preocupar a Samuel.
— Adiós… suerte – deseó Samuel.
— Adiós Samuel, que tengas buen viaje.
Como era todavía algo temprano Iza decidió mejor irse a su departamento a quizá comer y dormir, después de todo el día había sido bastante pesado.
–
A la mañana siguiente, todavía durmiendo plácidamente, acorde a su alarma en su mesa de noche eran las 06:30 A.M. el sol ya estaba empezando a radiar las ventanas ya amanecía y ese calor suave se empezaba a sentir, el cielo tenía un color celeste con partes de azul marino.
Poco más tarde se escuchó ruido viniendo de la sala, era Antoinette que de manera no tan sigilosa había entrado a su habitación.
Cuando ingresó vio a su alumno estirado roncando, así que dirigió su mirada hacia una botella de agua que había a lado de la cama y con un movimiento de su mano derecha imitando el nado de las medusas, el agua de su botella comenzó a elevarse hasta la altura de su mano y sin crear ningún tipo de sonido, de manera que el agua se aglomeró en el aire. Con su misma mano hizo un ademán, como al abrir el pomo de una puerta y lo volvió una esfera de agua la cual dirigió justo encima de la cara de Iza y con solo cerrar su puño, un litro y medio de agua cayeron mojando no solo a su víctima sino también la cabecera y las sábanas.
El muchacho se levantó como habiendo recibido un golpe de improviso, todo confundido y enojado.
— ¡QUE MIERDA! – gritó Iza despavorido y con algo de tos.
— Al fin te levantas – reclamó Antoinette cruzada de brazos.
— ¿Por qué me mojaste? ¡y que tienen todos con echarme agua! – Iza se secó con una parte de la sabana seca.
— Tenemos que empezar a entrenar.
— Pero quedamos para la tarde.
— No lo hicimos…- aseguró Antoinette.
— ¡Que sí! Lo hicimos – repitió Iza.
— Primero, levántate por favor – replicó Antoinette con impaciencia.
— ¿Antoinette sabes qué hora es? (miró su alarma) ¡¡ni siquiera son las 07:00 faltan veinte minutos!! – protestó Iza tapándose la cara con un pedazo de colcha como para volver a dormir.
— Exacto. Creí que al menos para esta hora estarías despierto y ahora ya deberíamos estar entrenando - refunfuñó Antoinette
— Antoinette tengo clases, ya falté mucho y creo que tengo examen ahora o mañana… no estoy seguro, pero sé que tengo o tuve.
— No vas a ir a tus clases ¿no te dijo nada Samuel?
— Algo de que, no entiendo - respondió Iza confundido.
— Samuel habló con uno de tus docentes. No pasa nada, te pondrás al día en cuanto puedas – comentó.
— ¡QUE! con quién hablo…Nooooo me meteré en problemas – gritó Iza estirándose la cara.
— Ay, Iza no te preocupes, tu solo confía.
— Qué más da, igual no hice nada - respondió Iza aburrido y más resignado.
Pronto se levantó de su cama, estiró sus brazos y su espalda, todo estaba normal, sonó su alarma, y la apagó al instante, entonces escuchó unas carcajadas disimuladas, volteó para ver a Antoinette, pero ella miró inmediatamente a otro lado para evitar reírse más… le pareció extraño hasta se acordó que había dormido solo con una polera y su bóxer, aun así eso no era motivo para reír, no obstante, no se dio cuenta que al estirarse y apagar su alarma Iza tenía puestos sus bóxer favoritos, pero olvidando el detalle que estaban completamente agujereados justo en el medio de la parte trasera.
Al darse cuenta de un rato al otro, en un segundo cambio su cara de color a un blanco pálido.
— ¡DISCULPA! ¡DISCULPA! Antoinette es que es mi bóxer favorito y esta fresquito ¡DISCULPA! – gritó como loco Iza tapándose con una mano el agujero.
— Ha, ha… no te preocupes solo ve a cambiarte y tira eso a la basura – respondió Antoinette tapándose algo los ojos.
— Está bien.
Iza se tapó desde la cintura con sus sábanas como si fuera una gran falda y entró a su baño corriendo.
— ¡No te tardes! Yo te veo en la casa de Samuel, ah y no desayunes, vamos a comer algo directamente allá – avisó Antoinette marchándose primero saltando del balcón.
— DE ACUERDOOOO – gritó Iza que ya había entrado a la ducha.
A la hora y media Iza llegó a casa de Samuel y antes de tocar la puerta esta se abrió al instante, entonces él entró y se cerró inmediatamente. Ingresando notó que no había nadie en la sala, se entró a la cocina y por la puerta de vidrio pudo ver a Antoinette que estaba en el jardín meditando.
— Antoinette ya llegué – anunció en voz alta.
— Regla número uno. No interrumpas la meditación de alguien más – respondió Antoinette todavía con los ojos cerrados.
— Ah, perdón.
— Bien, comencemos – respondió a los minutos - Primero que todo vamos a almorzar directamente ¡¿Entendido?! – informó Antoinette con una voz de mando.
— Entendido – respondió Iza de la misma manera (era obvio que moriría de hambre, pero quería hacer todo lo que Antoinette le ordenara).
Ella se paró frente al chico.
— Hoy vamos a ir suave con tu entrenamiento ¿Sabes algún estilo básico de pelea? – preguntó.
— Si – respondió Iza al instante.
Antoinette lo miró con una cara de incredulidad.
— Bueno, no.
— Creo que vamos a tener que empezar desde cero – suspiró Antoinette.
— ¿Samuel mencionó algo en específico que deba aprender?
— Si, pero me temo que pueda matarte – se puso pensativa - Okay, no voy a hacerme la vida imposible, vamos a empezar con un poco de defensa personal, como golpear y canalizar energía.
Iza tragó su saliva.
— ¿Dijiste matarme? Mm eso suena bien – respondió con sarcasmo.
— Primero quiero contarte esto: Un Reaper debe ser experto en un estilo de pelea como mínimo y ese estilo debe complementarse a su guadaña.
— O sea tengo que aprender un estilo de pelea ¿tipo Karate? – dudó Iza.
— Si, debes aprender a pelear, no importa cuál sea, pero si o si, el estilo que escojas debe ayudar a tu manejo del arma – explicó Antoinette.
— ¿Tan importante es la guadaña?
— Por supuesto que sí, es elemental para nosotros portarla. Aunque… sí hay excepciones – respondió Antoinette enfatizando.
— Y esa se obtiene… ¿ascendiendo?
— Después te explico la jerarquía y lo demás. Ahora, para entrar en calor quiero que trotes alrededor del jardín… creo que unas veinte vueltas estaría bien ¿no? para empezar.
— ¡¿Veinte?! Dios. Espero no vomitar – respondió Iza perplejo.
— Listo ¡Basta de quejas y a correr! – exclamó Antoinette dando tres aplausos.
–
Mientras Iza comenzaba su entrenamiento, en la universidad se encontraban Lisa y los demás en plena clase del Licenciado Ríos.
— Chicos… Los exámenes van a comenzar en cuatro días así que yo si fuera ustedes me pondría a estudiar desde ya – Habló Milardo sentándose en su escritorio para guardar su computadora.
Se suponía que tenían unos 10 días más hasta los exámenes, pero por alguna razón todos los exámenes se habían adelantado y entre quejas, finalmente todos los alumnos lo aceptaron.
— Ya vamos a entrar en semana de exámenes ¡otra vez! que horrible – protestó Gabriel.
— Y qué esperas, todas las materias tienen semanas de exámenes, con eso apruebas por si no lo sabías – dijo Lisa
— Con eso apruebas si no lo sabias – imitó Gabriel haciendo caras de burla.
— Si bueno… hay que estudiar - comentó Yleria de manera desganada.
— Qué te pasa Yleria… desde hace días estás deprimida – dijo Lisa con tono de preocupación.
— Termine con mi novio.
— Eso explica tu humor – comentó Lisa.
— ¿Quieres hablarlo? si quieres puedo ir a tu casa y mientras preparamos unos sándwiches con refresco podemos charlar – sugirió Gabriel.
Lisa la miró con la cara más seria.
— ¿Quieres que hablemos más tarde?
— Sí. Por favor… Ve a mi casa tipo tres de la tarde.
— ¿Entonces voy? – se metió Gabriel emocionado.
— Gabriel, esto es algo de mujeres. Aparte apestas a desesperación – respondió Lisa irritada.
— Despides amargura Lisa, consíguete mejor un novio – contestó Gabriel yéndose a hablar con otro compañero.
Después de unos minutos las clases terminaron y todos se fueron a sus hogares.
–
Lisa llegó puntual a la casa de Yleria. Aquella, más que casa era como una mansión mediana, tenía varios pisos y por fuera un hermoso jardín. La familia entera venía siendo de la nobleza por generaciones y los exitosos "negocios" se reflejaban en toda esa riqueza que ostentaban.
Tocó la puerta y justamente abrió su abuelo.
— A quien busca señorita – preguntó el Abuelo de Yleria tratando de fingir que no conocía a Lisa.
— Buenas tardes ¿Esta Yleria en casa?
— Ah, eres su amiga, si, si pasa ella te estaba esperando, sube, su habitación está arriba, segunda planta a la derecha… es la tercera puerta – indicó el abuelo de Yleria.
— Muchas gracias Señor.
Lisa subió como le indicaron y entró para ver a su amiga.
En ese momento Yleria estaba echada boca abajo en su alfombra deprimida, así que caminó un poco hacia ella y al levantar la mirada Yleria inmediatamente cambió en algo su semblante.
— ¿Desde qué hora estabas en el suelo?
— Desde que volví a mi cuarto después de almorzar – respondió Yleria desganada.
— Ven, sentémonos en tu cama ¿quieres?
Ayudando a Yleria a levantarse ambas se sentaron en su cama.
— Cuéntame que paso – comenzó Lisa agarrando la mano de su amiga.
— ¿Qué pasó? Ya te cuento: Todo empezó ese día que me encontré con Iza no hace mucho (Lisa suspiró de estrés al escuchar su nombre) fue cuando estaba de compras con mis hermanas… ese día empezó a hacerme escándalo de que él ya se disculpó y que yo soy una loca y-y-y todavía como que insinuó que yo estaba enamorada de él o algo así, creo que no lo dijo en esas palabras, pero así pareció – contó Yleria algo alterada.
Lisa golpeó un poco su frente.
— Ugh IZA… ¡Cuando lo vea lo voy a poner en su sitio! Ya tengo muchas guardadas.
— Y…En eso llegó Frank y sintió la tensión que había, me subí a su auto y nos fuimos, pero en el viaje me preguntó qué pasaba entre nosotros… Yo solo le dije que discutimos, pero quedamos afectados los dos – resumió Yleria agarrando su almohada y tapándose la cara en señal de enojo.
— Entiendo, pero eso no dice mucho, qué más pasó.
— Bueno que él seguía insistiendo con lo mismo, y yo le dije que no pasó nada, pero no me creyó. A partir de ese día, toda esta semana estuvimos peleando por lo mismo (se sacó la almohada) y no dejo de pensar en él, porque me arruinó la relación. – protestó Yleria.
— Por qué no simplemente…un momento. No dejas de pensar en él… ¿Quién exactamente?
— ¿Qué?
— Dijiste que no dejas de pensar en él por qué te arruinó la relación, te refieres a IZA – se dio cuenta Lisa sorprendida.
— Claro que no, no dije eso – fingió Yleria dándose cuenta lo que dijo.
— Acabo de escucharte ¿acaso te gusta Iza?
— ¡No! (se levantó y le dio la espalda a Lisa) … como va a gustarme un chico irresponsable, mete líos, flojo, aburrido, al que solo le importa jugar y jugar y dormir al parecer – respondió Yleria - además que nunca se peina - agregó comenzando a visualizarlo y sin darse cuenta a ruborizarse también.
— ¡¿Desde cuándo te gusta?! – preguntó Lisa con emoción yendo para su lado.
— No Lisa, no me gusta y por SU culpa, mi novio me dejó – insistió Yleria.
— Yleria, Iza no tiene la culpa de eso, lo sabes… Mira no sé cómo habrá sido tu relación con Frank o como es él, pero Iza no te robo un beso, no saboteó tu relación, y no digo que vos lo estás haciendo, solo que tu corazón te está mostrando lo que de verdad quieres.
— Pero Frank me conviene, es responsable, trabaja, ah y se ganó una beca en su universidad, es realmente buen estudiante.
— Peeeero no es Iza – interrumpió Lisa.
— Exacto. No es Iza, es todo lo opuesto, él es…
— Pero no es Iza – completó Lisa volviendo a interrumpir con la voz más suave y algo entonada.
— Pero Frank me conviene – repitió Yleria.
— Mira Iza puede tener muchos puntos en su contra, pero lo conozco hace mucho tiempo, y por las personas que él quiere, lo hace y lo da todo – aseguró Lisa.
Yleria volvió a echarse en su cama y Lisa se recostó a su lado.
— Creo que desde ese día en el metro quedé así, antes no lo quería aceptar, pero ¿Te conté la historia de cuando lo vi por primera vez?
— Iza a los minutos de haberte visto nos lo contó – respondió Lisa.
— Perdóname que me descargue contigo. No tengo muchas personas con quien hablar de estas cosas, esta casa es enorme pero solitaria – contó Yleria algo triste.
— Somos amigas ¿no? Aparte estas charlas son emocionantes, pero dime ¿se lo piensas decir? – preguntó Lisa.
— No sé, para empezar que vaya a clase - respondió Yleria y ni bien ambas se miraron no pararon de reír.
El resto del día Lisa e Yleria hablaron de otras cosas, vieron una película, mientras almorzaban una pizza que habían ordenado y en general la pasaron riendo unas horas más y finalmente Lisa se levantó para irse.
— Adiós Yleria, la pase muy bien… yo también necesitaba charlar con una amiga que no hable groserías ni emita sonidos todo el día como Iza y Gabriel.
— Si, hay que repetirlo, adiós Lisa te cuidas – se despidió Yleria dándole a su amiga un abrazo en la puerta de su casa.
Todavía cerca de la casa de Yleria, de pronto Lisa recibió un mensaje.
— Lisa, en los próximos días necesitamos que estés alerta, tenemos la información de que el puerto está siendo aprovechado ilícitamente y a manera de confirmarlo tú iras al frente del operativo - informó alguien del cuartel Illuminous.
— Enterada… - respondió.
En ese momento la expresión de Lisa cambió.
–
Por su lado Iza mientras seguía en casa de Samuel, esta vez Antoinette había sacado una bolsa enorme de boxeo, con el indicativo de que Iza sacara toda la fuerza que tuviera en cada golpe, sin un estilo aparente de pelea. El objetivo de todo aquello, era que este liberara tensiones, ira y estrés reprimidos.
En un momento de esos se puso a descansar después de casi desmayarse por el desgaste físico.
— Te doy diez minutos más de descanso – exclamó Antoinette.
Iza respiraba a penas desvanecido en el jardín y completamente sudado de pies a cabeza.
— Die-diez minutos es muy poco.
— Cálmate. Está bien que te cueste, pero al respirar así solo haces que se aminore tu resistencia.
Inhalando y exhalando con más calma, Iza trataba de controlar su cansancio, No obstante, el ejercicio mostró el terrible estado físico en el que se encontraba (eso a pesar que con Samuel hacía algo de cardio y ejercicios con su propio peso).
Una vez más cerró sus ojos y se enfocó en respirar con tranquilidad.
— ¿Samuel ya llegó a Dakota del sur? – preguntó un poco más tranquilo.
— Si, el vuelo es de cuatro a cinco horas, pero ya debe de estar en el edificio del consejo.
El muchacho se levantó.
— ¿Quieres un poco de agua? Iré a la cocina a traerme un vaso, si quieres te traigo – ofreció.
— No gracias, yo estoy bien – respondió Antoinette.
— Ese lugar como es ¿es un edificio visible o está escondido? – preguntó en voz alta Iza para que se le escuchara en lo que iba a la cocina.
— Está algo escondido, los mortales no pueden verlo, solo con la visión Reaper se puede encontrar la entrada – comentó Antoinette.
— Interesante. Perdona que te pregunte solo que tenía curiosidad ya sabes.
— Me parece bien. No sabes TODOS los secretos que un Reaper llega a conocer sobre el mundo.
— Y ¿Qué fue hacer exactamente Samuel allá?
— Fue a solicitar ayuda para la planificación de un posible asalto a la base de los Illuminous.
— Siempre se pide permiso ¿para todo? – cuestionó Iza.
— Si necesitas logística, es con ellos, si descubriste algo que nos beneficia o nos afecta, es con ellos, si eliminaste a algún objetivo en particular, es con ellos, además que ellos te asignan las misiones y ya vas captando la idea – respondió Antoinette.
— … Ya estoy entendiendo.
— Ah y también son ellos los que dan los máximos títulos – agregó Antoinette.
— ¿Máximos títulos? ¿Cómo es eso? – dudó Iza con más curiosidad.
— Hay niveles en los Reapers, que muestran tu grado de nivel de poder, algo simple, pero es efectivo y así uno ya sabe a qué apuntar - aumentó Antoinette.
— ¿Y en qué grado están ustedes?
— Nosotros somos maestros… podemos hacer todo tipo de misiones y ya tener alumnos si lo deseamos, pero Samuel está un poco más alto, en lo que podríamos llamar un pre-nivel antes de ascender al último nivel que es el de Guerrero o Sabio – explicó Antoinette.
— ¿Uno puede elegir lo que quiere ser? – preguntó Iza.
— Se podría decir que si… Algunos Reapers Guerreros, solo entrenan en el ámbito físico e incluso llegan a dominar múltiples técnicas y pueden alcanzar una fuerza sobrehumana y cosas así. En cambio, los Reapers Sabios, son más que todo lanzadores de conjuros, muchas veces tienen los recursos para eso, de ellos su energía espiritual está en un nivel muy alto y estos también pueden dominar múltiples elementos naturales o ya sea dominar a un nivel superior la magia o telekinesis - contestó Antoinette.
— Vaya, eso suena muy complicado – dijo Iza pensativo.
— Por eso, nosotros los Reapers recibimos el regalo de vida eterna que no es inmortalidad en sí… El tiempo de la vida humana no alcanza para lograr mucho. Ya vas a conocer Reapers que tienen más de cinco siglos de edad, los cuales llegan hasta un cierto nivel y se quedan ahí por comodidad, pero hay otros que se pujan a seguir y seguir y aprender nuevas habilidades e incluso se dice que hay Reapers pertenecientes a otras eras que solo decidieron quedarse y ya – contó Antoinette.
Iza denotaba bastante interés.
— ¡Vaya! Pero… ¿Solo en un siglo se puede aprender todo eso?… son cien años.
— Si eres extremadamente hábil y genio puede ser, ya hubo algunos así. Igual la vida eterna no significa que somos invulnerables, no es igual a la inmortalidad. Te lo pongo así: somos mortales que no solo no podemos envejecer, es decir; nos podemos enfermar, sufrir daño físico mortal, mágico o incluso suicidarnos. Ya depende de uno sobrevivir por muchos años. Es complicado el tema de la edad, te lo explicaremos más adelante.
— Entonces cómo es que lo obtienen ya sabes la vida eterna ¿Lo deciden como discuten las leyes y cosas así, tipo en la cámara de diputados? – preguntó Iza.
Antoinette se mató de risa por las ocurrencias de su alumno.
— ¿Cámara de diputados? No, no, bueno pensándolo bien tiene su grado de parecido (se rascó la barbilla), pero, en este caso estos son diez Reapers de élite repartidos por igual entre Guerreros y Sabios. Ellos analizan el caso de la Eternidad Reaper y te lo dictaminan.
— Ya veo, pero bueno, volviendo a Samuel… fue a pedir ayuda y digamos que ellos ya tomaron una decisión, después de eso ¿hay que esperar por esos refuerzos o se lo dan al instante? – dudó Iza.
— Al instante… Si te dan el visto bueno, ellos envían ese mensaje a todos los Reapers del nivel correspondiente para que te asistan cerca del aérea. Y eso pasa de manera inmediata – explicó Antoinette.
— Es sorprendente lo que dices, me gustaría verlo alguna vez – dijo Iza tratando de imaginarse.
— Para los nuevos sí es sorprendente, para los antiguos da igual. Bueno hablamos mucho ¿qué hora es? – preguntó Antoinette.
— Son las 15:30.
— Voy a llamar a Samuel para ver cómo procedió todo. Mientras tanto quiero que practiques los movimientos de ataque que hicimos ahora – instruyó Antoinette.
— Está bien.
El muchacho se levantó y se puso a entrenar nuevamente.
Antoinette entró rápidamente a la sala a buscar su celular en su mochila y llamó a Samuel.
— Hola Antoinette – respondió Samuel al segundo.
— Como te fue, ¿ya aceptaron tu petición? – preguntó Antoinette.
— Más o menos. Te voy a contar, pero primero ¿está ahí Iza?
— Sí, aquí está. Vamos a entrenar un rato más – contó Antoinette.
— Luego…Vayan a la sala y activen el Berilo de Cristal, creo que está en mi habitación, no quiero que nuestros pasos sean rastreados de alguna forma, confío más es eso que en este celular – dijo Samuel.
— Entiendo – contestó Antoinette colgado la llamada.
Siguiendo sus instrucciones, Antoinette subió a la habitación de Samuel, encontró el artefacto en el ropero y bajó nuevamente a la sala.
— ¡IZA! Ven a la sala por favor – gritó.
— Está bien ¡ya voy! – respondió Iza corriendo hacia la sala.
Antoinette sacó unos bocadillos del refrigerador y leche y lo puso en la mesa como para relajarse un rato "merendando" mientras sujetaba aquel orbe.
— Samuelson Salazar Prietero- exclamó.
Puso el Berilo en la mesa, y este empezó a "encenderse" como esas televisiones antiguas de los años 70', de repente mostró una imagen como un proyector, pero más nítido y el sonido era impecable. Al tener una forma esférica, este objeto cabía dentro de la palma de la mano y en unos segundos de espera, poco a poco se vio a Samuel sentado en un restaurante del centro de la capital Pierre.
— Hola, ¿hola me escuchan? … Iza que paso te ves horrible.
— ¿Lo estoy? (se rio levemente) Que es esta tecnología – dudó Iza a la vez algo sorprendido.
— Luego te explico Iza y si de hecho creo que me pase con el entrenamiento, perdona – dijo Antoinette.
— Ese entrenamiento debió ser un tanto fuerte - comentó Samuel riendo un poco.
— Que paso Samuel, te apoyaron o no – indagó Antoinette con gran curiosidad.
— Estuvieron a punto de ayudarme, pero al ver y escuchar que la máquina estaría en un plazo de veinte años, básicamente dijeron que no es una amenaza inmediata – contó Samuel decepcionado.
— Algo así me temía. Esos viejos no actúan a no ser que el enemigo les ponga un cuchillo directo al cuello.
— Me dio coraje, pero al menos en la votación uno me apoyó y fue mi amigo, el Guerrero Starn Deadwind. Incluso se me acercó cuando estaba de salida del edificio y me ofreció cinco soldados para nuestro asalto. Ahora solo debo darle la fecha exacta y los enviará – contó Samuel.
— Bueno eso es algo… al menos si tendremos algo de respaldo - comentó Antoinette algo aliviada - ¿Entonces ya volverás? – preguntó
— No creo. Starn me pidió que me quedara hoy para hablarlo bien, pero mañana salgo a las 10:20.
— Ah Samuel, Declan va a entrenar a Iza mañana ¿no? Por qué me asignaron una nueva misión y yo no podré.
Iza abrió los ojos hasta que casi se salieron.
— Si, no te preocupes… de igual manera, yo les aviso cuando llegue.
— ¿Ya tienes la fecha en mente para el golpe? – preguntó Antoinette.
— Aún no, sé que debe ser pronto, solo que no sé qué tan pronto, eso voy a hablarlo con Starn… Ya me tengo que ir, eso es todo por ahora y cualquier novedad los voy a mantener informados – respondió Samuel.
— Bueno Samuel, estamos hablando entonces. adiós – se despidió Antoinette.
— Chau Samuel - se despidió Iza.
— Por si acaso, márcalo – agregó Samuel poco antes.
— Sí, Claro – respondió Antoinette finalizando la conexión del Berilo, al mismo tiempo que esta dejó de alumbrar y la imagen desapareció.
— Increíble… Este es un invento fantástico – comentó Iza sujetando el orbe.
— Las brujas tendrán su fama, pero tienen buenos inventos – comentó Antoinette.
— Esta esfera ¿es de brujas? – preguntó Iza mirando de inmediato a Antoinette.
— Claro, también son comerciantes. Hay de diferentes tamaños y colores, esté berilo en específico tiene mejor señal. Con estos, evitamos que nos rastreen las comunicaciones - explicó Antoinette - Bueno cambiando de tema y antes de que me olvide, vamos a afuera un rato, voy a marcarte.
— Me… ¿ME VAS A MARCAR? ¿COMO A LAS VACAS? – preguntó Iza con voz quebrada.
— NOOOO…No te preocupes, no voy a dañarte, te voy a poner una marca de agua en tu pecho, eso en caso de que volvieras a perder el conocimiento esa marca aparecerá en mi mano y sabré que estás en problemas – explicó Antoinette riendo por la respuesta.
— Ah bueno, es un alivio – Iza respiró normal.
De ese modo, Antoinette abrió un grifo que había en el jardín durante unos segundos dejando caer el agua al pasto y con el movimiento de su mano izquierda hizo hacia arriba, luego de unos segundos el chorro de agua se alzó, estaba negro por tener tierra en su interior, así que, con el movimiento de su otra mano hacia el otro lado extrajo toda la tierra quedando el agua pura y cristalina.
— Sácate la camiseta Iza y recuéstate un momento – pidió Antoinette.
— Está bien – respondió Iza fascinado por lo que estaba viendo.
Con dos movimientos algo inusuales de sus dedos y recitando algo corto en la lengua que él no entendía, el agua se aplanó en la mano de Antoinette y la apoyó en el pecho, introduciéndose como si el mismo cuerpo de Iza la succionara.
— Listo, eso fue.
— Que raro… no sentí nada – respondió Iza tocándose el pecho.
— Es agua, es difícil de sentir… Ya acabamos por hoy.
— Voy a traer mis cosas entonces – respondió Iza yéndose a vestir rápidamente.
— Te recomiendo que mañana estés aquí a las 07:00 A.M. puntual… Declan es estricto – aconsejo Antoinette.
— No pienso llegar tarde, el tipo es muy "amigable" conmigo.
— Él es así, también fue reacio conmigo, pero se le pasa. Voy a acomodar mis cosas y salimos, si quieres usar el baño aprovecha ahora – mencionó Antoinette.
— Sí, buena idea – dijo Iza corriendo hacia el baño.
— Ah, Iza disculpa al final ya no almorzamos, me olvidé por completo - se disculpó con Iza una vez se acordó que había matado de hambre a su alumno.
— Tome mucha agua eso me distrae, pero si me comprare almuerzo no te preocupes - respondió Iza sintiendo que sus tripas tronaban de inanición.
A los 10 minutos ambos salieron de la casa, se acompañaron hasta el final de la calle y de ahí cada quien se fue por su camino.
Iza decidió ir al centro comercial a "almorzar" tenía Antojo de sándwiches de 30 centímetros o lasaña y caminando llegó a ver un bus que, si bien no lo dejaba allá de manera directa, lo dejaba a una cuadra, así que corrió como pudo (sus piernas apenas le respondían).
El conductor logró verlo un segundo antes de cerrar su puerta y se detuvo para que subiera. A medio camino comenzó a llover fuerte y por la intensidad de la lluvia se desanimó de ir por el sándwich, de modo que prefirió ir directamente a su departamento a descansar y quizá desde allá pedir un delivery.
Hasta entonces Iza se encontraba en la parte del medio del bus del lado de la ventana, le gustaba apoyar su cabeza en el vidrio frío y pensar en lo que sea mientras observaba el paisaje gris por el clima. Llegó a la parada cerca de aquel centro comercial, pero cuando el bus se detuvo por unos segundos, en ese momento, su nariz le empezó a picar por dentro, al no haber gente cerca suyo cabo un par en los primeros asientos de adelante del bus, decidió "rascarse", unos segundos después, la picazón había desaparecido y el alivio se hizo presente también en la expresión de su cara. No obstante, para su mala suerte al voltear a ver por la ventana Iza cambió su expresión de placer de haber saciando su "necesidad" a un color inerte y cadavérico, al ver una chica con ojos bien abiertos de la impresión.
Esta chica lo había presenciado todo y no había forma de fingir o hacerse el dormido, por lo tanto, solo se quedó mirándola sin gestó alguno.
La muchacha que en ese momento portaba una sombrilla transparente, lo miró fijamente, y se le escapó una sonrisa un poco coqueta, mientras él seguía quieto como tabla y comenzando a tornarse rojo como un tomate, pero de pronto se dio cuenta… Esta era la misma con la que justamente había cruzado miradas un tiempo antes también por esos lares y a la que fue a buscar en el centro comercial y encontró a Yleria en su lugar. Esta vez Iza la observó con más detalle, aquella tenía la piel de porcelana, con un lunar que adornaba su mejilla derecha, el color de sus ojos se asemejaba al intenso del jade y su cabello ondulado que acariciaba a sus hombros era el color del fuego vivo.
Pocos segundos después, como si fuera ya una tradición, el bus cerró su puerta, el acelerador comenzó a sonar y la luz del semáforo se puso rojo… solo tenían un minuto en el cual ninguno de los dos despegaba su mirada del otro.
Más allá de lo pensado, ella al parecer sí se mostraba interesada.
Un poco después el bus comenzó a moverse, por ende, la concentración de ambos se había interrumpido y se fueron alejando, entonces Iza rápidamente se cambió de asiento al de atrás, donde la ventana grande le proporcionaba una imagen más amplia de ella (aunque sí parecía un pervertido desesperado). La chica al ver que Iza se quedó babeando viéndola, le hizo señas con su mano apuntando al suelo múltiples veces y luego otra en señal de "mañana" y de alguna forma él pudo entender a la perfección el mensaje y al parecer al día siguiente tendría una cita, debido a lo cual se fue con lo más feliz que le pudo pasar hasta ese momento.
— ¿Por qué siempre tengo que conocer a chicas en medios de transporte y no en circunstancias normales? - pensó Iza - Para bien o mal al menos quizá esta vez no lo estropeé.
–
Por su parte Samuel ya se había reunido con su amigo el Guerrero Starn. Ambos venían conociéndose desde hacía décadas y mientras iban caminando por la capital se ponían al día con sus vidas... recordaban batallas pasadas, hasta que en uno de esos momentos finalmente llegaron al tema del asalto a la base de Illuminous:
— Aunque no quisiera otra cosa más que desaparezcan esos moscas muertas, si te soy sincero Samuel, me parece algo arriesgado tu golpe – comentó Starn Deadwind.
— No queda otra Starn. No voy a permitir que nos cacen como animales, no solo a nosotros, sabes que ellos no discriminan y van por cualquiera que no forme parte de su mundo. Tengo que matarlos o por lo menos a la cabecilla, y sabes de quien hablo – respondió Samuel.
Starn fijo su mirada.
— Sabemos que un asalto directo con todo su personal será suicidio para todos… Sé que no harías nada sin estar seguro, pero al menos piensa bien en una estrategia.
— Si lo pienso, quiero encontrarlo… con pocos o ningún personal suyo, para así tener una batalla justa.
— Tendría que haber un cebo de por medio, es lo único que se me ocurre – sugirió Starn.
— Puede ser, pero siento que indirectamente atraeríamos a todos – contestó Samuel.
— Daría lo mismo… Puede ser tal vez uno de tus amigos – sugirió.
— Podría ser uno de mis amigos o tus Reapers, no importa, igualmente haríamos que Dóminus mande a sus soldados - afirmó Samuel.
Se quedaron pensando un momento.
—... Esto no puede ser casualidad, suena más bien a venganza – se puso a pensar Samuel y mientras terminaba la oración en su tono de voz iba decayendo.
— Ahora que lo pienso, tendría sentido ¿pero que los habrá incitado? – se puso de acuerdo con su amigo.
— Exacto…No puede ser casualidad que justamente aceleren el proceso cuando… cuando…. los atacaron - murmuró Samuel pensando en Iza y a la vez tomando conciencia del hecho.
— ¿Crees que ese incidente en el centro comercial donde ese ente mató a esos Illuminous haya sido su detonante? - preguntó Starn Deadwind que ya estaba enterado de ese suceso.
— Puede ser… pero vamos a hacer esto con cautela - mencionó Samuel queriendo que al menos ese tema quede ahí, sin mencionar a Iza.
Ambos seguían caminando, uno seguía al otro y viceversa sin saber hacia dónde iban. En ese punto, estaban cerca de una plazuela que estaba vacía por la hora.
— Por cierto ¿dónde estamos? – Starn comenzó a mirar a los lados para buscar el nombre de la calle.
Samuel miró la hora.
— Son las nueve de la noche, sentémonos un rato más en esta placita para conversar mejor.
En esa noche, la luna estaba entera y aunque no fuera su luz propia, esta iluminaba magnifica todo el cielo nocturno, había un millar de estrellas y las nubes estaban escasas.
— Que tal esto… porque no creamos una situación tentadora para Dóminus. Piénsalo, ese día del ataque justamente ellos se distribuyeron por el rumor que había nuevos Reapers por el área - comentó Starn Deadwind con énfasis - lo gracioso es que se encontraron con algo más y terminaron muertos… esa cosa no tuvo piedad – agregó con algo de gracia.
— Así que era por eso que estaban ahí...Debieron estar despavoridos con la idea (pensó unos segundos). Tienes razón, cuando hayamos pensado en esa situación, dejaríamos el cebo ahí con algo extra y pasaríamos la voz que algunos Reapers están en plena batalla contra otro grupo… podría ser Dragon 's Fury por ejemplo – aumentó Samuel.
— Claro, de ese modo Dóminus mandaría a todos sus soldados o a la mayoría, él jamás desaprovecharía la oportunidad de deshacerse de todos ellos a la vez, luego ustedes entran y lo acaban – agregó Starn Deadwind
Con la sonrisa pícara, ambos Reapers se alegraron de haber pensado en ese plan, un poco más contundente.
— Vamos a destruir de igual manera todo lo que tenga que ver con ese invento, para que no piensen continuar su investigación junto con los del lado oeste – exclamó Samuel.
— Exacto… ¿Cuándo planeas atacarlos?
— Quiero que sea lo más pronto posible pero tampoco quiero hacerlo mañana mismo… Estuve pensando por lo menos un mes o más, así de paso mi nuevo alumno desarrolla las habilidades necesarias – comentó Samuel.
— Está bien, no levantará sospechas yo creo, además que mis Reapers ya estarán más que listos. Tú solo avísame y ellos se pondrán a tu disposición.
En lo que concordaban ambos Reapers, de pronto vieron a una persona a la distancia, la cual iba caminando en dirección a la plazuela en la que se encontraban. Lo extraño era que vestía solo una sábana que la usaba como poncho.
Cuando este ya estaba a poco menos de tres metros, los tres cruzaron miradas y este fue directamente hacia ellos con cierto aire de camorrista, mientras que Starn y Samuel mirándose mutuamente empezaron a sospechar que el tipo no tenía otra intención más que de causar algún problema.
Estando a unos pasos de ellos, ya se podía percibir la vestidura algo sucia que despedía olor agrio, físicamente el tipo tenía uno de esos cortes de moda (rapado por los lados y largo en la parte del medio), estaba descalzo, sus ojos estaban algo rojos y el tipo no pasaba de los treinta años.
— Caballeros muy buenas noches ¿Que los trae por estos lugares a tan altas horas? - habló.
— Joven buenas noches. Le voy a pedir de buena manera que se aleje un poco de nosotros. Si necesita ayuda con gusto le damos algo de dinero para que pueda comprarse comida y me imagino que ropa interior – respondió Starn Deadwind.
El joven se rio.
— Mil disculpas por la confusión caballeros. Aclaro que yo no vengo a pedir limosna, yo vengo a comer.
Al escucharlo ambos Reapers se miraron sorprendidos por el comentario, entonces el sujeto retrocedió pegando un silbido ensordecedor y en cuestión de segundos de los alrededores aparecieron cuatro tipos más y de la misma forma, estaban sucios, cubiertos solo por una sábana y todos descalzos.
— Verán mis víctimas, nosotros somos hombres lobos y venimos a cenar, y alégrense, que sus muertes vendrán por nosotros, quienes los purificaremos en el acto.
— ¿Son de algún tipo de culto? – indagó Samuel.
Los cinco individuos se voltearon a la vez. En la parte de la espalda, se pudo ver una especie de logo en sus sábanas viejas, era el símbolo de una luna llena con rayos en todo el círculo.
— Somos del culto de la ascensión de la luna – respondió el chico.
Todos aullaron al mismo tiempo.
— Chicos, supongo que deben de ser feroces, pero no tenemos tiempo para estos jueguitos. Por favor retírense – pidió Samuel todavía con algo de cortesía.
Los cinco sujetos miraron directamente a la luna llena que ya no tenía ninguna nube tapándola y al verla sus cuerpos reaccionaron inmediatamente.
De repente, sus pieles comenzaron a oscurecer y burbujear por dentro, sus estaturas de humanos comenzaron a alterarse, de manera que cada uno creció a más de un metro y medio… el pelo comenzó a crecer en todas partes a cada segundo hasta que quedaron enteramente cubiertos, paralelamente sus orejas se agrandaron, sus bocas se estiraron hasta tener la forma de un hocico y cada uno acorde a su tamaño. Sus dentaduras también habían mutado, haciendo denotar unos colmillos muy grandes y afilados, por detrás sus enormes colas algunas más grandes que otras, se movían de un lado para otro con éxtasis, pronto sus uñas de humanos cayeron, viéndose reemplazadas por unas garras largas y gruesas y del mismo modo sus piernas ya se habían transformado a una adaptación híbrida entre lobo y hombre.
A pesar del evidente cambio, por otro lado no eran todos iguales, siendo que se diferenciaban del otro por el color de pelaje y por tener alguna marca en cierta parte de sus pelajes. Al terminar su transformación, simultáneamente largaron otro aullido mucho más intimidante que el primero, el cual movió un poco el piso de los veteranos al sentirlo desde adentro.
— Realmente son bestias majestuosas, No creo que haya nadie en este mundo que no sienta terror a los hombres lobos – mencionó Starn Deadwind viendo hacia las bestias.
— Y el miedo es la mejor alarma que puede tener el ser humano – agregó Samuel.
Los hombres lobo tomaron una nueva posición alrededor de sus víctimas y en sus miradas inyectadas de sangre solo se reflejaba como linterna la luz de la luna.
— Prepárense… seres impuros – gritó el alfa de la manada (justamente el primer tipo que vieron).
Samuel y Starn cruzaron miradas y de manera automática se pusieron de espaldas uno junto al otro.
— Si quieren bailar ¡VAMOS A BAILAR! – gritó Samuel y ambos Reapers sacaron sus guadañas de su ropa casual.
— Son cinco ¿cómo nos dividimos?, tres para mí y dos para ti – sugirió Starn.
— Ya quisieras, porque mejor dos para cada uno y el último "piedra, papel o tijera" – exclamó Samuel con algo de emoción.
— ¡Hecho!
Este último alzó su mano y centró en sus dedos unos pequeños focos de luz con su energía, luego apuntó hacia el hombre lobo que los amenazó y los focos salieron volando maniatando sus brazos, piernas y hocico.
— Listo ¡Que comience la batalla! – exclamó Samuel.
— ¡El primero que mate a sus dos lobos le paga la cena al otro! – gritó Starn haciendo de la batalla una pequeña competencia para ellos.
Ambos Reapers plantaron sus guadañas al suelo quedando estas paradas y rápidamente comenzaron a atacar a los hombres lobo.
Por la velocidad a la que iba Samuel, tomó desprevenido a uno de frente golpeándolo en el estómago con su puño y al hacerlo este cayó al piso tratando de respirar.
El segundo gritó al ver a su compañero caer y atacó incluso con más furia, pero el Reaper pudo fácilmente evadir sus golpes, porque si bien eran rápidos para ser tan altos y fuertes, este era un guerrero que llevaba batallando cientos de años.
Del mismo modo Starn con mucha facilidad evadió a los otros dos e incluso hizo que entre ellos se rasguñaran.
Decidido a acabar con el combate, Samuel rompiendo la posición, aprovechó sus ataques torpes para evadirlo a la vez que se agachó y usando la velocidad de ese movimiento aumentó la fuerza de su patada barriendo así sus piernas hasta hacerlo caer. Al verlo en el suelo hizo una voltereta de manos para atrás, pero este ya se había levantado preparándose para atacar de nuevo, sin embargo, Samuel solo mostró una sonrisa volteándose hacia su guadaña del suelo y con un movimiento de su mano está automáticamente fue atraída a toda velocidad acuchillando el pecho del hombre lobo a su paso y acabando con él instantáneamente.
Una vez cayó este al suelo como una bolsa de papas, Samuel retiró su arma del cuerpo.
Unos segundos después, el otro hombre lobo que golpeó primero ya se había recuperado y aulló fuertemente atacando de manera desesperada al ver al otro muerto en el suelo, pero evadiéndolo sin problemas Samuel decidió igual acabar con él de una vez, entonces usó su guadaña para hacer dos cortes en las patas y en sus piernas para derribarlo.
— No me obligues a matarte, te doy una oportunidad, pide perdón y te dejo huir – exclamó Samuel - vamos Ríndete ahora.
El hombre lobo se volteó para verlo directo a la cara.
— ¡NUNCA! - respondió entre gruñidos.
El "joven" malherido solo gruñía con mucho enojo y sus ojos sobresaltados también transmitían esas emociones. Samuel suspiró y con un movimiento rápido le hizo nuevos cortes en ambas piernas hasta su rodilla.
El hombre lobo bajando sus orejas comenzó a gritar entre bestia y humano con algo de dolor y desesperación.
— Te di tu oportunidad.
Tratando de escapar en su desesperación arrastrándose a la vez que dejaba su sangre en el camino, Samuel caminó hacia él, lo agarró de la cabeza y sin tener algún tipo de piedad puso la cuchilla en su cuello y como si no le costará nada cortó de un lado hacia el otro dejando caer la cabeza de golpe al suelo (el hombre lobo murió en cuestión de segundos).
Después de eso miró a su amigo para ver si había terminado y pudo ver dos cuerpos cubiertos de llamas.
— ¿Tenías que hacerlos asado? – preguntó Samuel tapándose la frente y parte de la cara.
Ambos Reapers se rieron un poco.
— Casi terminamos al mismo tiempo, me gusto jugar un poco – comentó Starn Deadwind.
— ¿Un poco? Yo veo que te divertiste mucho.
— Esta semana no pude ejercitarme bien, tuve que aprovechar la oportunidad – comentó Starn.
— Estos chicos eran novatos. Un verdadero hombre lobo me hubiera hecho luchar por mi vida.
— Desde la aprobación de la libertad de vida, muchos novatos han aparecido y desprestigian… Rómulo y Remo deben de estar muy avergonzados – comentó Starn.
— Ni que lo digas. Ahora cómo nos deshacemos de los cuerpos, tardarán unas horas en volver a sus estados humanos – se expresó Samuel con algo de preocupación.
— Ahora recuerdo, vi en la televisión una noticia sobre unos misteriosos asesinatos y canibalismos en diferentes partes del pueblo. Su modus operandi era atacar de noche.
— ¡Misterio resuelto! Matamos a los caníbales – se alivió Samuel.
— Que curioso. Bueno, vamos a meterlos bajo tierra – Starn sacudió su ropa del polvo.
— Me parece bien.
Samuel recogió a sus víctimas y las lanzó con los otros que ya se estaban quemando.
En sus dedos índices apegados, Starn prendió una llama muy baja y apuntando como una pistola, esta pasó a dispararse como un rayo de fuego delgado pero concentrado que fue como un láser por la dirección que le daba, luego se cortó un cuadrado en la tierra donde ya estaban los cuerpos y cerrando a puños simultáneamente la tierra se quebró dentro de ese cuadrado, de modo que al hacerlo los cuerpos cayeron a un vacío de unos diez metros.
Al escuchar que los cuerpos chocaron el fondo, el Reaper procedió a cerrarlo elevando nuevamente sus manos un poco hasta la altura de sus clavículas y como si alguien retrocediera el tiempo, con un leve aplauso la tierra volvió a su estado original acomodando todo como estaba con pasto y parte del cemento usado para crear un camino en el parque.
— Ahora que hacemos con él – mencionó Samuel apuntando al último hombre lobo todo maniatado.
— No sé, lo matamos o ¿dejamos que los mortales lo atrapen? – preguntó Starn.
— Mejor le clavo mi guadaña en la yugular y lo entierras ¿Puedes abrir otro agujero?
— Claro – afirmó Starn repitiendo todo el proceso.
Samuel hizo aquello y lo lanzó al agujero junto con los otros.
— Un momento, ¿ahora quien pagara la cena? - preguntó Samuel.
— Bueno tu mataste al último, yo la pagaré - respondió Starn sonriendo un poco.
— ¿Eso significa que gané?
— Noooo, eso significa que no hubo más alternativa, mis manos estaban ocupadas enterrando.
— Bueno vamos ya - interrumpió Samuel - pero a la siguiente, que la competencia al menos sea con hombres lobos capaces y no simples caníbales - agregó.
— Tienes razón…quizá no falte mucho para que eso suceda.
La escena simplemente quedó ahí, como si nada hubiera pasado y habiendo "entrenado" y tenido la diversión por el día, ambos Reapers decidieron marcharse a cenar.