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Chapter 5 - cap 5

Lio, Lilith y Zafira se encontraban en el camino que conducía a la Montaña del Dragón, aún recuperándose de su encuentro con los Fantasmas Reguetoneros. La tarde se oscurecía, y el ambiente que los rodeaba se tornaba cada vez más inquietante.

"¿Qué tal si hacemos una pausa y encontramos un lugar para descansar?" sugirió Lio, sintiendo la necesidad de reagruparse. "No quiero volver a encontrarnos con esos tipos."

"¡Buena idea! Pero necesito un lugar cómodo, como una cama suave o algo así," dijo Lilith, mientras se frotaba las manos con un brillo travieso en la mirada.

"¿Y qué tal una mansión?" interrumpió Zafira, con una sonrisa astuta. "He oído hablar de una mansión embrujada cerca de aquí. Podría tener tesoros escondidos."

"¿Mansión embrujada? ¿No es peligroso?" Lio frunció el ceño, recordando cuántas veces su curiosidad lo había metido en problemas.

"¡Vamos, Lio! ¡Tienes la habilidad de atraer la mala suerte! ¡Seguramente eso hará la estancia más interesante!" Lilith dijo, lanzándole un guiño.

"Y si encontramos tesoros, podríamos comprar una casa adecuada en lugar de vivir en un establo," agregó Zafira, mientras comenzaba a hacer cálculos mentales sobre los posibles beneficios.

Así que, con un suspiro resignado, Lio siguió a sus compañeras. Después de un corto paseo, llegaron a una enorme mansión con una fachada imponente, cubierta de enredaderas y sombras. La puerta principal estaba entreabierta, como si estuviera esperando que alguien entrara.

"¿Están listas?" preguntó Lio, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

"¡Listas!" gritaron Lilith y Zafira al unísono, mientras se adentraban en la mansión.

El interior estaba cubierto de polvo y telarañas, con muebles antiguos que parecían contar historias de tiempos lejanos. A medida que exploraban, se encontraron con retratos de antiguos habitantes, cuyos ojos parecían seguirlos.

"Esto es… inquietante," murmuró Lio.

"¡Inquietante y emocionante! ¡Perfecto para un juego de escondidas!" exclamó Lilith, mientras se lanzaba a explorar una habitación cercana.

Zafira, sin embargo, había encontrado algo que le interesaba más. "¡Chicas, miren! ¡Una caja fuerte! ¡Estoy segura de que contiene algo valioso!" dijo, apuntando a una gran caja de hierro oxidado.

"¿Y cómo planeas abrirla?" preguntó Lio, escéptico.

Zafira sonrió con picardía. "He estado practicando mis habilidades de ladrón. ¡Déjenme intentarlo!"

Mientras Zafira intentaba abrir la caja, Lio y Lilith comenzaron a explorar el resto de la mansión. De repente, un sonido sutil pero escalofriante resonó en el aire, como un susurro. Lio se congeló, mirando alrededor con nerviosismo.

"¿Escucharon eso?" preguntó.

"¡Claro que sí! ¡Es el eco de las almas perdidas! ¡Esto es genial!" respondió Lilith, riendo. "¡Me encanta la adrenalina!"

Mientras tanto, Zafira seguía intentando abrir la caja, pero en lugar de eso, se encontró con una trampa que hizo que un chorro de polvo cayera sobre ella. "¡Achoo! ¡Demonios, esta cosa no se abrirá!"

"Tal vez debas intentar un enfoque diferente," sugirió Lio, mientras se acercaba.

"¡Espera! ¡Tengo una idea!" dijo Zafira, con los ojos brillando de emoción. "Voy a lanzar una cabeza de sirviente no muerto dentro de la caja. ¡Quizás eso active alguna trampa secreta!"

"No estoy seguro de que eso sea una buena idea…" comenzó Lio, pero era demasiado tarde. Zafira ya había lanzado la cabeza, que hizo un ruido estruendoso al chocar con la caja.

De repente, un estruendo resonó en toda la mansión, y las luces comenzaron a parpadear. "¡¿Qué hiciste?!"

"¡Solo un pequeño experimento!" gritó Zafira, mientras corría hacia la puerta, seguida de Lio y Lilith, que se reían nerviosamente.

"¡Volvamos a la entrada!" sugirió Lio, mientras el suelo temblaba bajo sus pies.

Sin embargo, antes de que pudieran llegar, una figura apareció ante ellos. Era una chica zorro, con orejas puntiagudas y una sonrisa astuta. "¡Hola, hola! ¡Bienvenidos a la mansión embrujada! Soy Kira, la estafadora más astuta de la región. ¿Qué traen aquí?"

Lio se detuvo en seco. "¿Estafadora? ¿Nos vas a robar?"

"¡Oh, no! Solo quiero hacer un trato. Me encanta robar, pero a veces me olvido de lo que tomo," dijo Kira, mientras movía la cola de manera juguetona. "Si me ayudan a encontrar algo valioso en esta mansión, les prometo que no les robaré… nada."

"¿Y qué es lo que buscas?" preguntó Lio, intrigado.

"Un collar antiguo que tiene el poder de atraer la buena suerte. Se dice que está escondido en esta mansión, pero sólo los más astutos pueden encontrarlo," explicó Kira.

Lio miró a sus compañeras. Lilith parecía emocionada, mientras que Zafira se frotaba las manos, pensando en el dinero que podrían ganar si encontraban el collar.

"Está bien, ¡hagámoslo!" dijo Lio, sintiendo que, a pesar de su mala suerte, esta podría ser una oportunidad para salir de la situación en la que se encontraban.

Mientras el grupo se adentraba más en la mansión, comenzaron a buscar pistas sobre el collar perdido. La combinación de la astucia de Kira, la energía de Lilith y la creatividad de Zafira resultó ser un equipo sorprendentemente efectivo.

Sin embargo, la mansión no se lo pondría fácil. Pasillos llenos de ilusiones, puertas que se cerraban solas y sombras que parecían cobrar vida hicieron que la búsqueda fuera todo menos aburrida.

"¡Miren! ¡Un mapa!" exclamó Zafira, mientras encontraba un viejo pergamino en una mesa polvorienta. "Parece que nos muestra la ubicación del collar."

"¡Bien hecho!" dijo Lio, aliviado de tener una dirección. "¿Y ahora?"

"Sigamos este camino, pero debemos estar alerta. Nunca se sabe cuándo aparecerá un fantasma o algo peor," advirtió Kira, mientras guiaba al grupo.

A medida que avanzaban, la tensión aumentaba. De repente, un grito resonó en el aire. "¡AYUDA!"

"¿Qué fue eso?" preguntó Lio, mirando a todos con miedo.

"Es un fantasma, ¡vamos a ayudar!" dijo Lilith, con una mezcla de emoción y terror.

"¡No, espera! ¡Podría ser una trampa!" gritó Zafira, pero ya era demasiado tarde; Lilith se había lanzado hacia el sonido.

Lio y Zafira la siguieron, y pronto se encontraron con un espectro que, en lugar de ser aterrador, parecía estar atrapado en una red de luces. "¡Ayuda! ¡No puedo salir de aquí!"

"¡Es un fantasma de fiesta! ¡Él solo quiere bailar!" exclamó Lilith, mientras comenzaba a mover los pies al ritmo de una música que solo ella podía oír.

"¡Esto es ridículo!" murmuró Lio, pero al mismo tiempo, no podía evitar sonreír ante la situación. "¿Qué hacemos con él?"

"¡Déjamelo a mí!" dijo Kira, mientras se acercaba al espectro. "Si te suelto, ¿prometes que no nos asustarás más?"

El fantasma asintió con fervor.

Kira desenredó las luces, y el fantasma, liberado, comenzó a bailar con alegría. "¡Gracias! ¡Ahora puedo volver a la fiesta!" gritó antes de desvanecerse en una nube de confeti.

"¡Eso fue increíble!" exclamó Lilith. "¿Dónde está mi vino de sangre? ¡Necesito celebrarlo!"

Mientras continuaban buscando, Lio no podía evitar sentir que, a pesar de su mala suerte, cada experiencia lo acercaba más a sus compañeras. Tal vez, solo tal vez, había algo de fortuna en su caos.

Finalmente, tras más aventuras y un par de encuentros inesperados, el grupo llegó a una habitación oculta donde encontraron el collar antiguo, brillando con un resplandor dorado. "¡Lo encontramos!" gritaron al unísono.

Kira sonrió, mientras Lilith y Zafira se abrazaban de alegría. "¡Esto cambiará nuestras vidas!"

Lio, sintiendo que su suerte podría estar finalmente cambiando, levantó el collar con cuidado. "Ahora solo tenemos que salir de aquí sin más problemas."

Pero antes de que pudieran hacer un plan de escape, la mansión tembló una vez más y, de repente, una figura oscura apareció. Era el espíritu de la antigua dueña de la mansión, con ojos brillantes y una sonrisa siniestra.

"¡Intrusos! ¿Qué hacen en mi hogar?" gritó.

Lio sintió que su corazón se detenía. "¡Uh-oh! Esto no se ve bien…"

"¡Rápido! ¡A la salida!" gritó Zafira, mientras todos comenzaban a correr.

Con su torpeza habitual, Lio tropezó y cayó al suelo, pero en un giro del destino, la antigua dueña del espíritu lo miró fijamente. "¡Eres un desgraciado! ¡Pero me has hecho reír! Quizás te deje ir esta vez…"

"¡Gracias! ¡Nunca lo haré de nuevo!" gritó Lio mientras se levantaba y corría hacia la salida, con sus compañeras detrás de él.

Finalmente, lograron salir de la mansión, riendo y jadeando. El collar brillaba en la luz del sol, y mientras se alejaban, Lio sintió que, a pesar de todo, había encontrado un nuevo sentido de familia en su grupo.

"¿Qué hacemos ahora?" preguntó Lilith, sonriendo.

"Quizás deberíamos comprar una casa en lugar de vivir en un establo," sugirió Zafira, aún emocionada.

"Y tal vez deberíamos dejar de buscar problemas, al menos por un tiempo," bromeó Lio.

Mientras caminaban hacia el atardecer, Lio no pudo evitar sonreír. A pesar de su mala suerte, había encontrado un grupo de compañeras que lo entendían y lo acompañaban en sus locuras. Quizás, solo quizás, la fortuna estaba de su lado, aunque de una manera extraña y caótica.

Lio se encontraba en su nuevo hogar, una casa que parecía más un castillo de cartas que un refugio seguro. Las paredes estaban torcidas y los muebles, en su mayoría, eran solo sombras de lo que alguna vez fueron. Pero lo peor de todo era que, tras la compra de la casa, se dio cuenta de que su grupo estaba en bancarrota total. La situación era desesperante, y mientras miraba a sus nuevas compañeras, la inquietud se apoderaba de él.

"¡No puedo creer que estemos en la ruina absoluta!", exclamó Lio, mirando a Lilith, Zafira y Kira, que estaban sentadas en el suelo esparciendo un montón de objetos robados y cabezas de no muertos. "¿Qué vamos a hacer ahora?"

Lilith, la vampira pechugona con una sonrisa traviesa, se encogió de hombros. "Siempre podemos encontrar una forma de hacer dinero... o hacer que otros nos lo den", dijo, jugueteando con su colmillo. "Personalmente, estoy a favor de la seducción y el engaño, pero eso no siempre funciona... especialmente si me descubren."

Zafira, la nigromante colorida, se puso de pie, levantando una cabeza de esqueleto como si fuera un trofeo. "¡Tengo una idea brillante! Podríamos hacer un espectáculo de magia con mis amigos no muertos. ¡Podríamos cobrar entradas! Aunque, bueno, no sé si la gente pagará por ver cabezas volar. Pero podríamos hacer un espectáculo de comedia… o algo así."

Kira, la astuta chica zorro, se rió. "¿Comedia? ¿Tú? Eso sería el mayor chiste de todos. ¡Nos reiríamos hasta morir! Oh, espera, eso ya lo haces cada vez que intentas lanzar cabezas de tus sirvientes."

En medio de las bromas, Lio recordó que había algo en lo que podía apoyarse: el manga. Desde que había adquirido el extraño poder de recibir mangas en sus manos, había estado recopilando ideas e historias. "¡Chicas! Creo que tengo una solución", anunció Lio, con una chispa de esperanza en sus ojos. "Podemos comerciar usando los conocimientos que he obtenido del manga. Hay muchas formas de hacer dinero a partir de ideas creativas y productos únicos."

Las tres chicas lo miraron con curiosidad. "¿Cómo exactamente?" preguntó Zafira, inclinándose hacia adelante.

"Podemos crear un negocio de venta de productos inspirados en personajes de manga. Cosas como camisetas, figuras, y tal vez incluso eventos basados en historias populares. Y, por supuesto, podemos ofrecer experiencias de aventura donde los clientes puedan, no sé, intentar sobrevivir a mis desastrosos intentos de aventuras", explicó Lio, empezando a entusiasmarse con la idea.

"¡Eso suena brillante! Pero, ¿tienes suficiente material para eso?" preguntó Kira, con una mirada escéptica. "No creo que podamos vender cabezas de no muertos como souvenirs…"

"¡De ninguna manera! Pero tengo un montón de mangas que puedo usar como referencia", respondió Lio, sacando un par de volúmenes que parecían tener más páginas de lo normal. "Podemos hacer una especie de club donde las personas paguen por leer y disfrutar de historias locas mientras nos ven fracasar en nuestras aventuras. ¡Podríamos hacer un montón de dinero!"

Lilith se rió a carcajadas. "¡Eso suena tan divertido! Y si algo sale mal, siempre puedo usar mis encantos para convencer a la gente de que paguen más. ¡Soy una vampira, después de todo!"

Con una idea clara en mente, el grupo se puso a trabajar. Primero, decidieron hacer un evento de lanzamiento en el que Lio contaría historias de sus aventuras, mientras Zafira lanzaba cabezas de no muertos al aire como parte de un truco de magia, y Kira intentaría robar las pertenencias de los asistentes sin darse cuenta. Era un plan ridículo, pero en el mundo de Lio, eso era casi una garantía de éxito.

Lio se preparó para el evento, haciendo un esfuerzo por recordar todas las locuras que había vivido. Mientras tanto, Zafira se aseguraba de que sus cabezas de no muertos estuvieran en perfecto estado, y Kira buscaba cualquier objeto que pudiera "tomar prestado" para hacer el espectáculo más atractivo.

El día del evento llegó, y Lio se sintió más nervioso que nunca. Miró a su alrededor y vio a las personas que habían llegado, algunas con expresiones de curiosidad y otras con la expectativa de ver un desastre. Pero a medida que comenzaba a contar sus historias, la risa y el asombro llenaron la habitación.

"Y entonces, el árbol que tenía un corazón roto me aplastó... ¡y yo seguía vivo! ¡Por suerte, tengo el poder del 'Regreso de la Muerte'!" exclamó Lio, y la multitud estalló en risas.

A medida que el espectáculo avanzaba, los asistentes se divirtieron y comenzaron a dejar propinas, lo que hizo que Lio se sintiera un poco más seguro de que tal vez, solo tal vez, su idea de negocio podría funcionar. Sin embargo, en un giro inesperado, mientras Zafira lanzaba una cabeza al aire, esta terminó impactando en la cabeza de un noble desprevenido que había decidido asistir al evento. La situación se tornó caótica, y Lio se encontró una vez más en medio del desorden.

"¡Esto es un desastre total!" gritó Lio, mientras trataba de calmar a la multitud y evitar que los guardias llegaran al lugar. Pero, al contrario de los resultados esperados, la gente estaba disfrutando cada momento de la locura.

Al final de la noche, Lio, aunque exhausto, se sintió satisfecho. Habían logrado reunir suficiente dinero para cubrir algunas deudas y, por primera vez, había sentido que su suerte estaba cambiando, aunque fuera solo un poco.

"Tal vez esto de ser aventurero de clase S no sea tan malo después de todo", murmuró, mientras sus compañeras reían y celebraban. Pero, en su interior, sabía que el caos nunca estaba muy lejos, y su próxima aventura estaba a solo un tropiezo de distancia.