🌷NAGISA TAKIBA🌷
Estaba caminando hacia el ascensor un poco desanimada, ya habían pasado varios días sin ver a mi madre en casa y comenzaba a extrañarla. Pero me dijo que tenía mucho trabajo, podía notarlo con solo mirarla, tanto trabajo y no tenía tiempo de arreglarse bien el cabello o lucir su ropa alineada.
Las puertas del ascensor se estaban por cerrar así que apresure el paso para llegar a tiempo. De repente una mano se interpuso entre las puertas, me llevé un pequeño susto antes de ver a quien le pertenecía esa mano.
—Lo siento, lo siento. Menos mal que te vi antes de que se cerrara la puerta —dijo ese hombre.
—¿Señor Yin? — expresé sorprendida al verlo una vez que las puertas del ascensor se abrieron.
—te dije que me llamaras Kinzo —respondió con una pequeña sonrisa.
—Lo siento, pero ¿usted no acaba de llegar?
—Si, lo que pasa es que me olvide algunos archivos importantes en el auto y debo ir a recogerlos.
—Oh, hay... mucho trabajo en la oficina, ¿verdad? —pregunté con voz baja y marcaba la planta baja en los botones del ascensor.
—Sí, sí. No sé cuando terminemos, pero nuestros clientes nos están apurando para que entreguemos resultados —escuche que me hablaba con un tono de preocupación.
—Sí, entiendo. Esta es una empresa muy importante.
—Así es... por cierto ¿A ti como te va? ¿De qué trabajas o que estás estudiando?
—Yo... aún no decido a que universidad asistir. Y estoy en la búsqueda de trabajo por los últimos tres meses... —le respondí de forma desilusionada.
—Oh, ya veo...
De pronto la campanita del ascensor sonó y las puertas del ascensor se abrieron. Ambos salimos para caminar hacia la entrada de la empresa.
—Mira, si quieres puedo proponerte algo —me dijo el señor Yin.
—¿Qué cosa? —pregunte intrigada.
—Yo tengo una pequeña empresa de modelos, y lamento si te vi de esa forma hace rato...
Cuando lo menciono recordé la forma en que me había visto detalladamente mientras subíamos en el ascensor, lo que me hizo avergonzarme levemente.
—Pero creo que te iría muy bien un trabajo como modelo, ¡tienes un cuerpo perfecto y una belleza increíble!
Me avergoncé un poco más por sus palabras e instintivamente me cubrí un poco el busto con mis manos, ya que por mis pechos grandes se podía ver una buena parte del escote.
—Yo... no lo sé. No estoy muy segura de mi cuerpo —le respondí con un tono de duda e inseguridad.
—Creeme, no eres la primer mujer que me dice eso —el señor Yin saco una tarjeta de su bolsillo y me la tendió.
—Llamame uno de estos días para hablar sobre eso ¿Quieres? Yo te pondré al tanto sobre la propuesta, y creeme no tienes nada porque temer.
Tome la tarjeta del señor Yin y vi que ponía su nombre y un número telefónico. Del otro lado de la tarjeta aparecía el nombre de la empresa de modelos.
—Muchas gracias señor Yin, lo tendré en cuenta esto —le respondí de forma cortes y educada.
—No hay de que, es lo menos que puedo hacer por la hija de una de mis viejas amigas.
Ya estábamos en las afueras del edificio y el señor Yin se despidió de mí y fue caminando hasta el lugar de estacionamiento. Guarde la tarjeta en mi cartera y di media vuelta, dirigiéndome a la parada de autobuses.
En todo el camino me quede pensando en la propuesta del señor Yin. ¿Un trabajo de modelo? Nunca creí que sería apta para trabajar de eso. Ósea sí, tenía un cuerpo estupendo, muchos hombres y amigas me lo habían dicho. Pero para ser modelo se necesita ser sumamente hermosa y perfecta. Yo no era una chica perfecta, sabia muy bien cuáles eran mis defectos y uno de ellos era posar frente a una cámara.
No era muy fotogénica que digamos, pero por otro lado necesitaba un empleo. Llevo meses buscando uno, ya soy suficientemente grande para dejar de estar usando el dinero de mamá para mis propios gastos. La idea de la propuesta de ser modelo me estuvo girando en la cabeza durante todo el viaje a casa.
Cuando llegue a casa deje mi cartera y mi abrigo en el sofá y fui directo a mi habitación a cambiarme, elegí una ropa cómoda y me quite la ropa bonita para salir. Antes de comenzar a vestirme me miré al espejo, aun en ropa interior. Forcé una pequeña sonrisa y trate de modelar un poco, a los pocos segundos termine frustrada y avergonzada por las ridículas poses que hice. Era muy difícil poner una pose bonita con el tamaño de mis pechos y mis caderas, estas partes de mi cuerpo casi ocupaban la mitad del espejo.
Termine de cambiarme y fui a la cocina a ver que había para cenar esa noche. Mientras pensaba que cocinar recordé que mi madre no vendría a casa hoy, otro día en el que cenaré sola. Solté un pequeño suspiro y fui a la sala a ver algún programa en la tele, para distraerme un poco de lo que había pasado hoy.
Pasaron unas horas y la propuesta de trabajo del señor Yin seguía rondando mi mente. Una pequeña parte de mí me decía que no debía pasar esta oportunidad, pero la otra parte estaba muy convencida de que no servía para este tipo de trabajo
—¡¡Ahhh!! No puedo decidirme con esto.
Estaba frustrada por no saber que decidir, así que tome mi teléfono y marque a una de mis amigas.
—Hola, Mei ¿Quieres venir a mi casa esta noche?
—Claro, no hay problema. Hoy no tengo nada que hacer. Además me viene de maravilla.
—¿Otra vez te peleaste con tus padres? —pregunté sin sorprenderme.
—¡Es que ellos no entienden! Si supieras que...
—Ya, ya, luego me contaras aquí en casa. Te espero Mei, nos vemos.
Colgué el teléfono y lo lancé a un costado del sofá, seguramente Mei sabrá que debería hacer. No es la primera vez que le pido consejo en alguna cosa importante, además así podre decidirme y sacarme esta inquietud que tengo en mi cabeza.
Ahora que estaba un poco más tranquila me levante del sofá y fui a la cocina a preparar algo para cenar, ya que esta noche no volveré a cenar sola en casa como casi siempre lo hago.